Al parecer el Presidente durante las fiestas escuchó Bad Bunny, si no no se encuentra una explicación para el conflicto originado con la Corte Suprema a raíz de sus declaraciones totalmente innecesarias sobre el juicio del indultado Jorge Mateluna.
Boric pudo otorgar el indulto y decir que es una facultad presidencial y listo. La oposición hubiera reclamado y todo hubiera quedado así. Pero como el que se explica se complica, de manera inexplicable el Presidente “se encabronó” y entró en razones de fondo, respecto al sistema judicial, señalándoles que hicieron mal la pega. De esta manera se desató una crisis institucional entre poderes del Estado.
De manera inédita la Corte Suprema, emitió una reprimenda pública al Presidente de la República recordándole sus deberes constitucionales y subrayando su desconocimiento en el actuar que tuvo en comentar no sólo los fundamentos de un fallo judicial, sino que de cuestionar el sistema de justicia completo del país. Lo mismo que con la Fiscalía nacional.
Lo grave de estos cuestionamientos -que habíamos escuchado de presidentes o ex presidentes de países como Ecuador, Brasil, Perú, Argentina, en el caso de Cristina Fernández recientemente- es que parecía algo bastante lejano que un Presidente entrara a cuestionar el sistema de justicia de Chile, puesto que nuestro país que se ha caracterizado por su respeto a las instituciones establecidas constitucionalmente.
El Presidente le refriega en la cara a la Corte Suprema y Fiscalía que él cree que es inocente Jorge Mateluna. La Fiscalía le responde, diciendo que no hubo irregularidades en el desarrollo del juicio y le recuerda que Mateluna fue detenido “infraganti”, es decir cometiendo el delito.
Es necesario, para el valor de las democracias, que las instituciones establecidas constitucionalmente funcionen de manera adecuada y que esta es nuestra tradición. El actuar torpe del Presidente de la República ha roto esta tradición.
El tema ha sido que para algunos, que no saben separar las cosas, no se cuestiona la facultad presidencial de los indultos, porque eso todos los gobiernos lo han hecho, sino que este conflicto entre instituciones del Estado, de países donde no se respeta el Estado de Derecho.
Posteriormente, se emite una declaración en que se cita mal la ley que concede la facultad presidencial para otorgar indultos particulares, esto no habla más que de la torpeza del Presidente y de su equipo asesor, digna de un gobierno amateur, donde pese a los millonarios sueldos, nadie chequea la información.
Ya hay pruebas suficientes de que estamos ante un gobierno amateur, donde no están los más capaces, sino que los amigos del Presidente. Donde se tiene paciencia para no tener embajador en Brasil, esperando que dicho país acepte las credenciales de un amigo presidencial, pero no tiene la misma paciencia la Ministra Tohá para dialogar de seguridad con la oposición.
En materia de seguridad, el país pasa por una crisis. En la región del Bío Bío el fin de semana hubo 7 crímenes, mientras las autoridades nombradas por el Presidente Boric en la región no muestran mayor preocupación en seguridad. El único preocupado, pero que carece de las facultades para hacer algo, es el Gobernador Regional Rodrigo Díaz, por lo cual una esperanza a corto plazo es que se elimine el cargo de Delegado Presidencial y se entreguen todas las competencias incluso de la seguridad al Gobernador Regional.