Fin de año, momento de balances. En marzo de 2023 se cumplirá el primer año de gobierno de Boric, para ese entonces se espera que comience a pegar fuertemente el factor externo y con una tasa de política monetaria de 11,25%, la cual podría ser más baja solo si la inflación cede.

Que lo anterior suceda es ya bastante complejo, primero por el efecto de segunda vuelta de la inflación, es decir, aquellos servicios que se reajustan por la inflación acumulada. Por ejemplo: servicios como los colegios, universidades, peajes, tag, además créditos, etc.

Sumemos el alza que tendrán los servicios. La entrada en vigencia desde el 1 de enero de 2023 del IVA a los servicios que hará que varios servicios como: los legales, aseo, de arquitectura, veterinarios, entre otros tengan un alza de precios. Demostración clara de que las alzas de impuestos lo terminan pagando todos por igual y que afecta a los más pobres, a quienes se les van todos sus ingresos en alimento y transporte.

Mientras tanto, el ministro Marcel, ha señalado que estábamos viviendo lo peor de la crisis en contradicción con lo que dice la presidenta del Banco Central, que dice que lo peor será en el primer trimestre del próximo año. Sin la claridad de la realidad de lo que sucede en la cancha es difícil que el resultado cambie.

La CEPAL, ya señaló que en materia de crecimiento Chile sería el país de peor desempeño de Latinoamérica el año 2023. Mientras que el resto crecerá en promedio un 1,3%, según este organismo Chile decrecerá en un 1,1%.

Para los próximos años se espera que el crecimiento tendencial sea de apenas sobre un 2% en un escenario medio, hace 15 años era entre un 5% a 6%. En 15 años la economía chilena perdió más de la mitad y casi dos tercios de su capacidad de crecer.

Producto de que la suerte del programa del gobierno, iba unida a la del plebiscito constitucional, se perdieron valiosos meses que pudieron ser utilizados en desarrollar proyectos pro inversión, pro crecimiento, pro productividad. Porque el gobierno que no piensa en racionalismo económico, sino que desde un buenismo tiró al tacho de la basura, la productividad y crecimiento. Como si hablar de ello fuera pecado.

En cambio, son pro amiguismos y pro “pitutos”. Dentro de las noticias positivas para el gobierno en enero se espera que el gobierno de Lula de el beneplácito a Sebastián Depolo, amigo del Presidente para que sea embajador.

Producto de que no se han tomado a tiempo las medidas económicas correspondientes para enfrentar la crisis, el 2023 será el cementerio de muchas Pymes y de proyectos de innovación. Otra demostración de que el tiempo en economía es importante.

Quienes hablan de brotes verdes son políticos irresponsables, tal como pasó con los retiros no se harán cargo de las consecuencias de sus declaraciones. Como dijo el exministro Andrés Velasco el pasar de una buena a una mala política es la culpable de la caída de la proyección de crecimiento. En eso, oficialismo y oposición son igualmente responsables.

En este sentido el “the economist”, en el reportaje de la semana pasada hablaba del problema de crecimiento de las economías desarrolladas, los cuales tienen varios paralelismos con la economía chilena. Pese a que no somos una economía desarrollada y quizás gracias a los esfuerzos de los políticos nunca lo seamos.

Se identifican en este reportaje, 3 causas del bajo crecimiento económico: El primero de ellos es un empuje hacía la desglobalización; el segundo, dificultades al sector construcción que hacen más caro y burocrático construir; el tercero, la baja migración de mano de obra calificada.

En este reportaje “the economist”, hizo una revisión de los manifiestos de los partidos políticos de los países que integran la OCDE (donde está Chile), analizaron qué porcentaje de manifiestos de los partidos eran anti crecimiento y cuales pro crecimiento. En la década del 80, 15% era anti crecimiento y 15% era procrecimiento. Hoy, un 30% es anti crecimiento y un 6% es pro crecimiento económico.

Respecto a la inversión, cuando Marcel ha viajado a EE.UU. y Gran Bretaña a buscar inversiones, ha debido enfrentar cuestionamientos complejos, desde el alza de impuestos a la reforma previsional. Desde ese punto de vista, el ministro ha tenido que ir a la defensiva y explicar cosas que son difíciles de explicar a inversionistas extranjeros.

En el gobierno nadie habla de crecimiento, tiene problemas de ejecución de proyectos y para ningún inversionista es atractivo invertir en un país donde el andamiaje general del gobierno falla y la ignorancia abunda.

Un ejemplo de esto: es la declaración del subsecretario de Previsión Social, respecto a que la pensión promedio de las AFP era menor que el salario mínimo, él puede dejar a la galería contenta con un lujo, porque quienes entienden de economía, que son quienes finalmente invierten, se dan cuenta de lo horroroso de la opinión y se espantan.

El Presidente, ha demostrado tener una escasa tolerancia a la frustración y ser un mal perdedor, porque pese a perder el plebiscito constitucional en el cual se jugó todas sus cartas, no puede reconocer la derrota e insiste con lo mismo, sin espacio a enfrentar los problemas de la gente.

Todos podemos cambiar, ver nuestros errores y mejorarlos muchas veces con ayuda. Al igual que usted sr. Presidente Boric, reprobé el grado dos veces, en ese momento vi donde estaban mis falencias personales y las enfrenté. Fue así como la tercera vez el examen de grado fue un trámite y lo aprobé. El no saber tolerar las frustraciones y no ser autocríticos, y más, no enfrentar nuestros errores con mirada de futuro, nos lleva a ser infelices y volver a cometerlos.

El fallar, equivocarse está dentro de las posibilidades, eso muchas veces nos frustra y nos hace infelices, porque como decía Humberto Maturana en una entrevista en la revista Caras en 1989, “la felicidad es el apego a que las cosas salgan bien”.

Finalmente, un chiste soviético puede reflejar la situación post octubre 2019 y lo que se ha venido:

Stalin, solo con su chófer, le dice:

-Déjame preguntarte y, por favor, respóndeme con honestidad. Desde la revolución, ¿estás mejor o peor?

-La verdad es que estoy peor.

-¿Y por qué?

-Bueno, antes de la revolución tenía dos trajes. Ahora solamente tengo uno.

-Deberías estar contento -replica Stalin- ¿Sabías que en África andan desnudos?

– ¿De veras? ¿Y cuánto hace que tuvieron su revolución?

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