En el actual ordenamiento jurídico y técnico de la construcción, el cumplimiento de la normativa tiene un rol fundamental en la organización de la sociedad contemporánea, ya que de ello depende una oferta de calidad adecuada y alcanzar un nivel de seguridad aceptable tanto para los fabricantes, los constructores y los usuarios.
Las construcciones de acero utilizan este material luego de un proceso de fabricación estrictamente controlado y que a su vez cuenta con la posibilidad de llevar una buena trazabilidad. Sin embargo, ello per se no garantiza el cabal cumplimiento normativo que es requerido para asegurar esa calidad. Desde este punto de vista, es de gran importancia contar con un cuerpo normativo sólido, actualizado y vigente según el conocimiento tecnológico de hoy.
A diferencia de lo que se tiende a creer, al contar con ese cuerpo y tener como objetivo cumplirlo cabalmente, se origina un comportamiento mejorado que resulta en la obtención de productos de mejor calidad, y en una aplicación realista de la tecnología asegurando la seguridad, la habitabilidad, el buen comportamiento de las construcciones y, en definitiva, la calidad de vida en la sociedad.
Para obtener estos logros, este comportamiento de la industria debe estar debidamente incorporado en las políticas públicas, de manera que exista una consistencia real en toda la cadena, desde el proyectista que concibe una obra hasta el último de los ejecutores. Es así como la aplicación de la normativa cobra su importancia real y se despoja de esa carga que equivocadamente se considera como un obstáculo al desarrollo de la labor profesional y productiva.
En Chile, en el último tiempo se ha trabajado intensamente en diversas instituciones para mejorar este entorno normativo, de esta manera hoy tenemos normas técnicas, como la NCh427/1 y NCh427/2, que son una poderosa herramienta para los ingenieros estructurales pues mejoran el marco en el cual debe situarse el correcto diseño de las estructuras de acero.
De la misma manera, el control de la calidad de los aceros queda claramente determinado en las normas NCh3518 para perfiles cerrados conformados en frío y, consecuentemente, la NCh3576 para perfiles abiertos conformados en frío. Esta tipología de perfiles es ampliamente usada en el país para las construcciones en acero.
De esta manera el país avanza en un camino definido para lograr la calidad que requieren los productos y construcciones de acero y, también así, podemos pensar que estamos sentando bases sólidas para mejorar el bienestar de las personas.
Sergio Contreras A, presidente del Consejo de Normalización de la Construcción, Instituto de la Construcción.