Exijo que las políticas de seguridad que se implementan en Santiago lleguen también a nuestra región.

La región de O’Higgins está enfrentando una crisis que no podemos seguir ignorando. La delincuencia y el crimen organizado han dejado de ser un problema aislado o lejano para transformarse en una amenaza cotidiana, sobre todo en el cono norte de nuestra región. La violencia que antes parecía concentrarse en la región Metropolitana, hoy se ha desplazado hacia regiones como la nuestra, donde no estamos recibiendo las mismas herramientas para combatirla.

La madrugada del 12 de marzo de este año, un matrimonio fue brutalmente asesinado en su hogar en Graneros. Rodrigo González Aguirre y Carolina Calleja Lucero fueron atacados en el lugar donde más seguros deberían haberse sentido: su propia casa. Este crimen no es un hecho aislado. Es parte de una escalada de violencia que ya habíamos advertido.

Por eso, en octubre del año pasado pedí que la Comisión de Seguridad de la Cámara sesionara en Rancagua. En esa sesión, quedó en evidencia una cifra alarmante: en O’Higgins hay 554 habitantes por cada carabinero. ¿Cómo podemos enfrentar el avance del crimen organizado y la delincuencia común con una dotación policial insuficiente? No podemos seguir siendo la región que se mira desde Santiago solo cuando ocurre una tragedia.

Estar al lado de la región Metropolitana nos expone a un aumento constante de la delincuencia. Las bandas criminales, que operan con audacia en la capital, también lo están haciendo en nuestras comunas. Solo basta recordar el asalto a la empresa Brinks en agosto de 2024, donde una banda de más de 20 delincuentes ejecutó un millonario robo con una planificación digna de películas. O el asesinato por encargo en Mostazal, en marzo de 2024 o el doble asesinato de dos agricultores en Malloa.

Las cifras son contundentes

El estudio “Índice Radiografía a la Delincuencia en Chile” del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (CLAPES UC) reveló un aumento del 105% en homicidios y femicidios en O’Higgins desde 2014 hasta 2023.

No solo tenemos un déficit de carabineros; también somos la segunda región del país con mayor déficit de fiscales. ¿Cómo podemos investigar, perseguir y condenar a los responsables si no contamos con los profesionales y recursos necesarios?

La región de O’Higgins no puede ser el patio trasero de la Metropolitana. Exijo que las políticas de seguridad que se implementan en Santiago lleguen también a nuestra región. Necesitamos más carabineros, más fiscales, y una respuesta contundente y permanente por parte del Gobierno.

No podemos seguir lamentando vidas perdidas ni soportando el miedo que hoy sienten miles de familias en O’Higgins, necesitamos medidas urgentes y concretas. Nuestros vecinos merecen vivir tranquilos, y nuestro deber es garantizarles seguridad y justicia.