Chile requiere un proyecto político en favor de Chile, al que se adhieran quienes buscan en serio el bienestar de todo el país en base a la Democracia, el Estado de Derecho, la libertad económica y ayudas focalizadas sin burocracia.

Que en Chile reina el pesimismo en la ciudadanía no debería ser novedad. La situación no es mejor que antes del estallido y la pandemia. Eso el chileno lo resiente y se expresa en una creciente nostalgia por esos años en que los temas noticiosos eran las novedades navideñas y no cuántos asesinatos se produjeron durante las fiestas.

El pesimismo crece cuando se piensa en la seguridad, la situación económica y lo que será el futuro de los más jóvenes en un país que parece más en decadencia que caminando al desarrollo. En parte estamos pagando lo que Michelle Bachelet hizo durante su segundo gobierno con sus reformas tributaria y educativa, al trastornar los pilares que nos estaban llevando al desarrollo, generando bienestar económico y social para miles de chilenos.

Chile en retroceso

Es claro que los problemas más agudos se manifiestan en a lo menos tres dimensiones claves: una economía que crece poco; una criminalidad que parece ir aumentando; un sistema educativo que muestra síntomas de decadencia. ¿Alguien podría decir que una familia de clase media está mejor que hace cinco años en estos aspectos? Claramente no.

Como la agenda del gobierno de Gabriel Boric nunca fue aumentar el bienestar de los chilenos, sino que acabar con todo lo que consideran neoliberalismo, tampoco han hecho mucho por abordar estos y más bien los han agudizado. Nada de raro, puesto que la agenda de la izquierda, desde el socialismo democrático hasta el PC, ha estado centrada en desmantelar el modelo económico y político, aumentando a la vez la burocracia en varios ámbitos. Así, mientras la burocracia crece y ellos colocan a sus amigos en puestos del Estado, la sociedad chilena se empobrece.

La oposición al bloque representado por el Frente Amplio, el PC y el PS, desde demócratas hasta los republicanos, parecen haber olvidado esto y presumir que su adversario político es un símil de la antigua Concertación. Pero su contrincante es uno que pacta sin problemas con el comunismo, aunque este valide y apoye la dictadura en Venezuela y Nicaragua.

¿En serio creen que los comunistas y frenteamplistas seguirán siendo moderados cuando no sean gobierno? ¿En serio creen que han dejado de creer que el socialismo es viable y una opción para Chile?

Algunos dicen que ha existido una cierta maduración. Un aprendizaje. En realidad el Frente Amplio, el PC y el PS han administrado el poder de forma “moderada” porque las circunstancias los han obligado a aquello, pero no han abandonado la pretensión de desbaratar “el neoliberalismo”.

Por eso, no intentan revertir la tendencia al estancamiento de la economía, ni hacer menos engorroso el sistema tributario. Tampoco se han esforzado en detener la importación de marginalidad que se produce diariamente a través del ingreso de miles de ilegales que luego se toman terrenos o propiedades, saturan servicios públicos y tuercen las leyes y normas.

Sistema tributario, educación y seguridad para un proyecto político de largo alcance

Quien aspire a gobernar Chile en serio debe comprender que su tarea principal será frenar la decadencia del país. Los últimos gobiernos la han administrado, pero no la han frenado. Solo le han dado respiración artificial a un enfermo que requiere tratamientos intensivos para sacarlo de la languidez. Eso requiere oponerse con fuerza a los afanes destructivos de la izquierda representada por el Frente Amplio y el PC.

Primero, se debe unificar y simplificar el sistema tributario. Se debe acabar con una serie de trabas burocráticas que entorpecen inversiones para que la economía comience a crecer, generando mejores empleos y elevando los ingresos reales de las personas. Chile debe dejar de tener gobiernos que simplemente piensan en formas de esquilmar a los ciudadanos con crecientes impuestos para luego ofrecerles migajas a través de bonos y asistencialismo.

Segundo, el sistema educativo debe ser transformado radicalmente para volver a incentivar la creación de escuelas y que los estudiantes accedan a esa diversa oferta con apoyos directos a la demanda. Lo mismo debería ocurrir en salud, porque el sistema público está mostrando indicios de un potencial colapso.

En términos de seguridad, se debe imponer el Estado de Derecho con claridad y convicción. La coherencia entre lo dicho y lo realizado debe ser clara:

    – Primera señal, que se van a erradicar tomas ilegales con toda la fuerza de la ley. Basta de romantizar lugares que se han vuelto espacio de grupos criminales.

    – Segunda señal, que se llevarán a cabo expulsiones de extranjeros irregulares que no cuenten con documentos y que además tengan antecedentes.

    – Tercera señal, que a los miembros de grupos criminales les caerá todo el poder del Estado encima, por parte de las policías a nivel interno y de las Fuerzas Armadas en las fronteras. La vida e integridad de los ciudadanos chilenos debe valer más que la de cualquier criminal extranjero.

¿Para qué quiere gobernar Chile?

Todo lo anterior no se logra en un período presidencial de cuatro años. Se requieren varios gobiernos alineados con esto. Por tanto, se requiere un proyecto político claro, de largo alcance, que tenga como horizonte aumentar el bienestar de los chilenos y chilenas, desde Arica a Punta Arenas. En otras palabras, Chile requiere un proyecto político en favor de Chile, al que se adhieran quienes buscan en serio el bienestar de todo el país en base a la Democracia, el Estado de Derecho, la libertad económica y ayudas focalizadas sin burocracia.

Chile no aguanta más un gobierno cuya inspiración sea el socialismo y el comunismo o una versión edulcorada de esto bajo la máscara de la socialdemocracia escandinava.

Tampoco aguanta una simple mezcla de visiones políticas de derecha que terminan pareciéndose a esas mezclas de plastilina que hacen los niños cuando juntan diversos colores que terminan en una masa gris.

Entonces, la primera pregunta que hay que hacerle a todo aquel que quiera gobernar Chile es: ¿Para qué quiere gobernar Chile?