La distancia entre lo real y lo imaginario perseguirá al Frente Amplio y al Presidente Boric hasta el último día.

“El mundo era todo delante de ellos” dice Milton en su obra más recordada, refiriendo a la postrera esperanza. Y así era. Así fue en 2011, así fue en 2012, así fue en 2013 y podría enumerar año tras año. Y aunque la manzana fue mordida con arrogancia y ceguera en 2022, en Temucuicui primero, pero sobre todo en la Convención Constitucional, donde la Historia (sí, con mayúsculas) talló su sentencia más dura, pero nada nueva: “ganarás el pan con el sudor de tu frente” se dice en el Génesis.

Y luego de haber llegado al poder sin mayor esfuerzo, el Presidente Boric tuvo que afrontar crecientes obligaciones y dificultades.

Las fisuras de un modelo desgastado

Y el 2024, luego de un primer semestre tranquilo, luego de un inicio de segundo semestre casi prometedor, con los favores de la fortuna en la cúspide, de pronto todo se hizo mancha, oprobio y caída.

El segundo semestre de 2024 será recordado como un periodo de crisis sucesivas, cada una marcando un capítulo distinto en la decadencia institucional y en la pérdida de confianza hacia los actores del sistema político, judicial y económico.

No es una exageración decir que, en menos de seis meses, el país enfrentó una tormenta perfecta de conflictos que dejó al descubierto las fisuras de un modelo desgastado y una ciudadanía cada vez más escéptica.

Lo que debía ser el mes de las alzas eléctricas —con sus previsibles discusiones técnicas y económicas— se transformó en un vendaval de impugnaciones tras el ventarrón que dejó a miles sin suministro. La verdad, era la divina providencia la que apoyaba en este proceso a Gabriel.

Las alzas eléctricas golpearían probablemente al gobierno. La falta de claridad, de previsión, la tardanza en asumir el problema, todo ello, había redundado en alzas inimaginables. Con el poder multiplicador del aumento del precio de la energía, sin duda peligraría Diego Pardow y pasaría un mal rato el gobierno en general. Pues bien, conjeturas irrelevantes. Nada de eso ocurrió.

Una tormenta hizo el trabajo de limpiar el camino para el gobierno. Bueno, no una, sino tres tormentas. Una tragedia griega al revés. Los dioses habían otorgado un nuevo aire a Boric, como tantas veces. Como cuando fue ungido el candidato y seguro ganador de la FECH para 2012 cuando el candidato era otro (hoy, un funcionario menor a su servicio en palacio).

O como cuando Jorge Sharp rompió el autonomismo y Boric simplemente lo siguió, con claro éxito para él y muchas tormentas para Sharp.

También podemos recordar que su apuesta por seguir el camino de Jackson para aprobar el inicio del proceso constituyente, que su partido rechazó, supuso una causal de sanción (nunca cursada) en su movimiento, pues Convergencia Social no apoyó la salida constitucional a la crisis del estallido social. Pero Boric firmó, contra sus bases. Ya lo había hecho antes al proclamar sin consultar a su partido a Beatriz Sánchez.

En todas las ocasiones, el rebelde movimiento fue sumiso ante su rostro visible (aunque el grupo de Boric era minoritario en el partido, conocido de hecho como ‘grupo pequeño’). Lo cierto es que los dioses habían vuelto a elevarlo, como todo líder necesita: viento a favor.

La fortuna de Gabriel Boric

Cuando se acercaba la última elección presidencial, Boric decidió ser candidato presidencial. No marcaba bien en las encuestas. La decisión parece haber sido inopinada: justo lucía un mohicano en su cabeza (mala idea para ser presidenciable), justo estaba saliendo de un tratamiento psiquiátrico, justo se anunciaba su postulación después de la ruptura con su pareja de años para ir a una aventura con una diputada, historia que duró poco.

Para colmo, al frente tenía a Daniel Jadue, cuyo modelo de gestión municipal había sido imitado en muchas municipalidades, que parecía un seguro nombre para segunda vuelta. Pero claro, la fortuna sonrió: Jadue mismo se encargó de la autodestrucción.

Pero igual había un problema: el partido no existía. Gabriel Boric alcanzó a avisar que no postularía porque no se había inscrito, pero de pronto personas ajenas a su sector, grupos de padres y apoderados de los muchachos, exmilitantes de partidos de centro, atemorizados con el comunismo, fueron a inscribir al partido de los jóvenes.

Otra generación pudo más que todas las fusiones políticas que habían dado origen a Convergencia Social. Paso a paso, los dioses le dieron su ofrenda. Ganó las primarias. Y luego de una mala primera vuelta (sacó solo cinco puntos más que Beatriz Sánchez), la fortuna quiso que desde la derecha pasara a segunda vuelta un candidato que no ganaría salvo emergencia nacional (y quizás ni así).

Tormentas inesperadas limpiaron el camino de Gabriel Boric

El Presidente no se puede quejar de la diosa Fortuna, la que en algunas representaciones es presentada con los ojos vendados, para señalar que no necesariamente premia a quien lo merece. En medio del mar incierto, la fortuna puede mover el barco en tu beneficio. Y así fue. Porque en agosto de 2024 tres grandes casos parecían otorgarle a Boric su gran oportunidad: el caso ENEL, la explosión del caso Hermosilla y el caso Cubillos.

En menos de dos meses el gobierno tenía para elegir donde regocijarse de su suerte. El alza de la luz caía en el olvido y ENEL era el culpable a nivel de empresa. Y las preguntas cayeron por todo lo ancho. ¿Cómo se construye soberanía energética cuando las decisiones clave responden a intereses extranjeros? Las respuestas, como tantas veces ocurre, quedaron atrapadas en forma de indignación.

La suerte no terminaba allí. La explosión del caos Hermosilla, involucrando a empresas e instituciones de todo orden, convirtiendo los pasillos de la política en sospechosos de las peores artes; reivindicaba el discurso central del origen del Frente Amplio.

Y luego llegaría el caso Marcela Cubillos en la Universidad de San Sebastián, encendiéndose otro foco de controversia, vinculando a la exministra de Educación con prácticas cuestionables en un espacio que debiera ser un referente de formación. El salario de diecisiete millones al mes por media jornada, sin carga académica extraordinaria y con publicaciones dudosas en calidad y pertinencia académica; mostraban lo peor de las tramas del apoyo político y de sesgos en espacios educacionales.

Curiosamente, Andrés Chadwick, exvicepresidente de la República, apareció en los márgenes de todos estos casos. Sus vínculos, ya sean formales o colaterales, sugerían la existencia de redes de poder que operan al margen del escrutinio ciudadano.

El Presidente Gabriel Boric paseaba por palacio levitando. El tercer año, pronosticado como potencialmente espantoso luego del caso “Democracia Viva”, se vestía con las ropas más hermosas.

Ni su imprudente forma de terminar la relación con su pareja, que había oficiado de Primera Dama; ni la muerte de un trabajador en La Moneda cumpliendo más de veinte horas seguidas de labores; ni sus variados errores en declaraciones; nada lo había golpeado. Y ahora el mundo se abría. La Fortuna no llevaba una tímida sonrisa, ya era mucho más elocuente. Tal parecía que solo habría días y soles.

Caso Monsalve: el punto de no retorno del gobierno

Pero en un segundo todo se cerró. Una imprudencia llevó a otra. La tormentosa vorágine llegó con el caso Monsalve, un estallido inesperado que, en cuestión de horas, sacudió los cimientos del gobierno.

El 18 de octubre de 2024 el Presidente Boric daría una clase titulada “cómo dilapidar la fortuna mientras menoscabas a tu equipo”, dando una conferencia de prensa que probablemente pase a la historia como la peor jamás realizada por un mandatario.

el 18 de octubre de gabriel boric, la conferencia más larga

Ese día Gabriel Boric tomó en sus manos el pecado original y lo convirtió en complicidad de estado. La distancia entre la información al Presidente de la denuncia y el día de la renuncia resuena todavía hoy. No hay forma de validar algunas de las versiones gobierno: más bien todo indica que la instrucción que recibió el subsecretario no fue precisamente su necesaria salida del cargo, sino la imperativa necesidad de resolver el problema.

Sin querer afrontar la dificultad, el Presidente optó por un inquietante silencio. ¿Por qué tenía que llegar la tragedia a la puerta del palacio? ¿Por qué la fortuna se había marchado o quizás, con sus ojos vendados, procuraba sus bienes a otros?

Fue así como llegaron los espinos y cardos al gobierno, fue así como con dolor y sin mieles cada día se ha de procurar su alimento, con el sudor de su frente.

comillas
El Presidente pronto cumplirá tres años en el ejercicio de su cargo. La coalición que lo ha llevado a lo más alto seguirá existiendo y pretenderá prolongar su historia. La gran pregunta existencial es pertinente: ¿podrá labrarse un camino una coalición que ofreció el paraíso y que hoy debe explicar por qué en su propio gobierno fueron expulsados del paraíso? La distancia entre lo real y lo imaginario perseguirá al Frente Amplio y al Presidente Boric hasta el último día.
- Alberto Mayol