Los resultados de las elecciones presidenciales, de representantes en su totalidad y de un tercio del senado de Estados Unidos de Norteamérica, dan al Partido Republicano un triunfo de especial magnitud, dado que controlarán, prácticamente sin contrapesos, el poder político del país.

A ello debe agregarse la composición del Tribunal Supremo y la conducción de un significativo número de gobernaciones estaduales.

Las particularidades de este resultado electoral a favor de Donald Trump

En particular el triunfo de Donald Trump debe analizarse con parámetros especiales, toda vez que ha triunfado tanto en la composición del Colegio Electoral como en el voto directo de la ciudadanía, lo que no había logrado en la elección de 2016 en que triunfó en el primero, pero perdió ante Hilary Clinton por más de dos millones ochocientos mil votos directos. En la elección de año 2000 fue vencido por Joe Biden en ambos aspectos.

Habrá tiempo suficiente para analizar pormenorizadamente las causas de este resultado, entre ellas las razones del pobre desempeño electoral de Partido Demócrata. Este escenario se da no obstante las vulnerabilidades de Trump, algunas de ellas inéditas, como, por ejemplo, ser el primer presidente de la historia norteamericana que ha ganado las elecciones pese a estar imputado penalmente y condenado, tras ser declarado culpable, por unanimidad del jurado, de 34 delitos en el caso conocido como Stormy Daniels.

Sumado a ello, otros tres casos judiciales pendientes, como son: instigación del asalto al Capitolio de enero del año 2021; manejo indebido de documentos clasificados, conocido como caso Mar-a-Lago (Florida) y la presunta interferencia electoral en el Condado de Fulton (Georgia).

Preocupación e incertidumbre

La mayoría de la ciudadanía estadounidense no evaluó estos antecedentes para determinar su voto y se inclinó por apoyar al exmandatario para que retorne la presidencia en la Casa Blanca. Tampoco consideró negativamente, en esta oportunidad, su estilo de conducción del poder, como si parece haberlo tenido presente en las elecciones pasadas en que fue derrotado por el presidente Joe Biden.

Es precisamente el tipo de liderazgo que representa Donald Trump, con un estilo de gran rigidez y actitudes de clara descalificación a los discrepantes, lo que motiva preocupación e incertidumbre, especialmente cuando ha obtenido un resultado electoral de la magnitud de lo que se observa, lo que le permite un ejercicio del poder casi sin contrapesos.

La expectativa de control del uso del poder descansa en la solidez de la institucionalidad democrática existente en Estados Unidos y su fiel respeto, enraizado en su historia.