Por más asombroso que parezca, ha surgido un nuevo movimiento que se encuentra más a la derecha que Kast.

El ascenso de Javier Milei a la presidencia de Argentina ha sido una noticia de impacto global. El discípulo del connotado profesor anarcocapitalista español, Jesús Huerta de Soto, ha conseguido que los principales medios del mundo le estén siguiendo de cerca sus pasos.

Aunque él mismo se define en la práctica como minarquista (porque convengamos que sería muy difícil convencer a todo un planeta de administrar una nación sin la presencia del Estado), no vacila por un minuto cuando se trata de reducir el tamaño del Estado para conseguir la tan anhelada eficiencia en el uso de los recursos fiscales en su lucha contra una incipiente hiperinflación.

El vigor con el que defiende su política económica deriva de una fuerte convicción de que las ideas que promueve son las que devolverán la prosperidad perdida del país trasandino. Y así ha sido.

“La mejor política social es equilibrio fiscal”

Milei, en estos 9 meses de gobierno, logró equilibrar las cuentas y eliminar el déficit fiscal. En sus palabras: “La mejor política social es equilibrio fiscal”. El pueblo argentino tendrá que prepararse para soportar un shock económico que podría extenderse durante un tiempo considerable, al menos en lo que respecta en los ajustes que deben hacer las familias que dejen de percibir las transferencias estatales o sufran el desempleo producido por el encogimiento del aparato estatal.

Tal como cuando una herida ha de ser curada y limpiada periódicamente para que no haya infección, la nación vecina debe prepararse para un par de años de dolorosas curaciones. Este dolor se ha manifestado en algunos gremios y grupos de presión corporativos – como es el caso de Aerolíneas Argentinas – quienes no han dudado en protestar en contra de los recortes salariales y la intención de privatizar esta empresa estatal que arrastra un déficit de 200 millones de dólares.

Además, la reducción de la inflación le ha costado un descenso en el crecimiento económico que se verá recompensado cuando se recupere del todo la confianza empresarial.

Kast no es Milei. Johannes Kaiser está más a la derecha

En Chile, el controversial modus operandi de Milei no ha dejado a nadie indiferente. Hay quienes señalan que este evento ayudará a la candidatura de José Antonio Kast en las próximas elecciones.

Especulaciones de este tipo son insustanciales debido a que no se puede comparar a la figura de Milei con la de Kast. Primero, porque es poco probable que Kast quiera ser comparado con el presidente argentino. Segundo, por más asombroso que parezca, ha surgido un nuevo movimiento que se encuentra más a la derecha que Kast, encabezado por Johannes Kaiser, cuya concepción de política económica es similar a la de Milei.

Apoyado por su hermano, el intelectual Axel Kaiser, coincide con Milei en erradicar la práctica de hacer crecer la maquinaria estatal y en promover políticas públicas que acentúen la responsabilidad fiscal.

Porque moverse al ritmo de las tendencias y saber “leer” el panorama político no siempre es sinónimo de agudeza política. A veces, por más contraintuitivo que parezca, la defensa de las ideas poco populares podrían asegurar una victoria. Ese fue, probablemente, el gran acierto de Milei.