Sr. director:

Un reciente estudio dado a conocer por IPSOS, cuyo propósito fue conocer lo que los ciudadanos saben sobre Inteligencia Artificial, reveló que la IA genera emoción y nerviosismo en gran parte de los chilenos. Junto con eso, la medición, que abarcó 32 países, detalló que el 65% de los encuestados nacionales dice tener una buena comprensión de lo que es la IA, cifra que nos sitúa muy cerca del promedio mundial y sobre potencias como Australia, Gran Bretaña, Francia y Alemania.

En cuanto a cómo la IA ha impactado en lo cotidiano, uno de cada dos chilenos asegura que los productos y servicios que utilizan IA han cambiado profundamente su vida diaria en los últimos 3 a 5 años.

Frente a este escenario, surge la interrogante de qué debemos hacer las Universidades para convivir con esta nueva realidad donde la IA, definitivamente, ha llegado para quedarse. Si bien en un principio muchos la miramos con recelo, es momento de incluirla definitivamente en los planes de formación y aprovechar las ventajas que esta puede traer si es bien utilizada.

Es responsabilidad plena de todos los actores involucrados en la educación debatir y encontrar colaborativamente los mejores caminos para capitalizar el potencial de la innovación, optimizando así los conocimientos que estamos impartiendo.

Intentar avanzar desconociendo esta nueva realidad sería, sin duda, un error, que haría que miles de jóvenes queden rezagados de las tendencias mundiales, repercutiendo directamente en el progreso y desarrollo del país.

Debemos, por tanto, impulsar instancias que permitan abordar los desafíos ante la irrupción de la IA y la era digital. Estamos llamados a repensar y redefinir el rol de las instituciones educativas, adaptándonos a un entorno tecnológico en constante evolución.

En definitiva, nuestra misión debe ser liderar esta transformación, fomentando la innovación educativa y proporcionando a nuestros estudiantes las herramientas necesarias para prosperar en una sociedad cada vez más digitalizada.