La causa sigue vigencia, con diligencias en cursos, pero a la fecha no se logra dar con los responsables del millonario atraco que puso en tela de juicio la seguridad y protocolos de las empresas de valores.
Este 19 de septiembre se cumplen tres años desde que un grupo de delincuentes encapuchados robaron cerca de $16 mil millones a la empresa de valores en la región Metropolitana, hecho que dejó a descubierto una serie de negligencias y que incluso llevó al subsecretario del Interior de la época a reunirse con el gremio, para mejorar estándares y protocolos.
El nuevo “robo del siglo”, como fue denominado, ocurrió de medianoche, cuando un grupo de sujetos llegó en vehículos particulares a la empresa Esertval, emplazada en calle Capitán Bynon en Avenida Domingo Santa María, en la comuna de Independencia. Esta empresa prestaba servicios de transporte de valores a diversas entidades bancarias, autopistas y el Metro.
Así, en medio del turno de noche, uno de los dos guardias de seguridad abandonó por un momento su puesto de trabajo -dejando su arma- para ir a comprar cigarros. Cuando retornaba, tal como consta en su declaración, fue interceptado por los antisociales, quienes lo encañonaron para ingresar a las dependencias de la empresa.
Tras ello, los únicos dos trabajadores que se encontraban en el lugar fueron esposados y encerrados por cerca de tres horas en una de las oficinas de la empresa.
Así, sin que nadie los detuviera, usando la modalidad del oxicorte, los delincuentes ingresaron a la bóveda y sustrajeron $15.800 millones de pesos en efectivo. Por insólito que parezca, los sujetos usaron un carro de supermercado para sacar el dinero del lugar.
Luego de que este hecho fuera dado a conocer y se le bautizara como el “nuevo robo del siglo”, el fiscal Patricio Cooper fue designado para liderar la investigación que aún desarrolla Carabineros.
¿Falla de seguridad o filtración de información?
A días del atraco, las hipótesis que se barajaban era la falta de seguridad o una eventual filtración de información.
Esto surgió luego que se detectaran dos fallas en las medidas preventivas. La primera debido a la salida de uno de los vigilantes, presuntamente, a comprar cigarrillos; y la segunda apuntaba a que ninguno de los trabajadores portaban identificación.
Estas dos negligencias llevaron a que la policía cursara dos multas contra la empresa.
Pese a que el recinto contaba con circuito cerrado de televisión, cercos eléctricos y un sistema que detectaba a intrusos, ninguno funcionó. Según se indicó, los autores del robo se aseguraron de cortar la fibra óptica, dejando a la empresa en total vulnerabilidad.
“Cortaron todo, la señal de internet, de las cámaras. Todo”, dijo en aquel momento uno de los encargados de reponer el servicio en el lugar, quien calificó la situación como un trabajo de expertos.
¿Fue o no a comprar cigarros?
Tal como se mencionó anteriormente, uno de los guardias testificó que había salido a comprar cigarros y alimentos, sin embargo, el dueño del almacén refutó sus dichos al asegurar que no vendía ese tipo de artículos y que dicha jornada no vio ingresar a nadie con uniforme.
El vigilante que se quedó solo mientras su colega y cuñado fue al negocio – hecho que lo convirtió en el principal sospechoso de estar involucrado en el millonario asalto – reconoció que quizás fue un error que su compañero dejara por unos minutos su puesto de trabajo, pero enfatizó que “siempre se sale”, según consignó en ese entonces Radio Bío Bío.
“Todos los días sale uno a comprar, uno encarga. Uno llega a la empresa y (pregunta) ‘qué vamos a comer hoy día’. Existen protocolos a lo mejor, pero lo desconozco”, señaló.
De igual forma, aseguró que “en la cámara se veía solo al colega, por eso abrí la puerta. Si hubiera visto más personas activo los protocolos”.
Respecto al tiempo que estuvieron retenidos, dijo que temieron por sus vidas y recibieron golpes en todo momento. “El que pasaba nos pegaba”, acusó.
¿Por qué había tanto dinero?
Otro de los cuestionamientos que surgió con el paso de los días fue la gran cantidad de dinero en efectivo que había en la empresa, más aún teniendo en cuenta que era un fin de semana largo debido a la celebración de Fiestas Patrias.
“Es muy extraño que se pueda producir un robo tan grande, sin algún tipo de colaboración. Paradójicamente esta es una empresa de transporte de valores. Hay que fiscalizar a esta empresa en particular para saber si cumplió o no con los protocolos. Lo que está claro es que una entidad que tiene como giro el negocio la seguridad, fue vulnerada de la manera más brutal”, criticó el entonces intendente metropolitano, Claudio Orrego.
La situación desencadenó que el subsecretario del Interior de la época, Mahmud Aleuy, se reuniera con representantes de la Asociación de Empresas de Seguridad Privada y Transporte de Valores (Aseva) para avanzar en nuevos estándares y protocolos en el trabajo de estas compañías.
Cuatro detenidos, cuatro descartados
El 9 de noviembre de 2017, carabineros del OS9 efectuaron allanamientos y registros en 15 domicilios de Maipú, Cerro Navia, Lo Prado y La Pintana, donde se encontró dinero, armas, municiones y un balón de gas con oxicorte, modalidad empleada en los robos a bóvedas o cajeros.
Las diligencias finalizaron con la detención de cuatro personas, dos de ellos por porte de armas, un tercero por receptación y el cuarto por una orden de detención pendiente, sin embargo, más tarde se estableció que no estaban directamente vinculadas al nuevo “Robo del Siglo”.
Desde entonces, no se han conocido más detalles de la investigación, que -según indicaron desde la Fiscalía Centro Norte- “está vigente y sigue con el desarrollo de diligencias”, aunque precisaron no poder entregar más antecedentes.