La tarde de este jueves la Fiscalía Centro Norte formalizará a un hombre y una mujer que serían parte del grupo de neonazis que el pasado 5 de julio atacó, golpeó y mantuvo secuestrado a un joven al interior de una casa okupa en Estación Central.
En la primera diligencia desarrollada el lunes por parte de la Brigada de Investigaciones Especiales de la PDI se materializó la captura de cuatro sujetos, uno de ellos menor de edad, por el delito de secuestro con resultado de lesiones graves. Audiencia en la que se invocó la agravante por la ley Zamudio, ya que el ataque se habría producido por su orientación sexual.
Recordar que el joven fue desnudado, golpeado y amarrado a un palo ubicado en el patio de la propiedad. Lugar donde además lo amenazaron con violarlo.
En el caso de los primeros detenidos, tres quedaron con prisión preventiva, mientras que al menor de edad se le decretó el arresto domiciliario.
Por su parte, los aprehendidos durante esta jornada será formalizados por el mismo delito, secuestro y lesiones graves.
La fiscal Pamela Contreras detalló que las diligencias de la BIPE permitieron detener a los dos últimos implicados, en calidad de autores, del ataque contra la víctima.
Corresponde a José Rodríguez y Priscila Romo. En el caso del primero, fue uno de los principales incitadores de las amenazas de abuso sexual y violación; mientras que la mujer habría sido una de las que trasladó al joven al patio, donde fue torturado por aproximadamente cinco horas.
La fiscal indicó que las penas que arriesgan por el delito de secuestro calificado parten de los 10 años y un días, y con la agravante de la ley Zamudio, al tratarse de crimen de odio, podría llegar a ser superior a los 20 años.
Declaración de la víctima
La víctima, un joven tatuador de 29 años, Francisco Aranda, aclaró al Movilh que no tiene ninguna relación con la ideología neonazi y que a sus agresores los conocía hace años.
“Desde pequeño me junté en el Eurocentro, el cual era punto base de junta para tribus urbanas, a las cual yo pertenecí. Ahí conocí a estos “neonazis” cuando eran supuestos punks, dark, etc”, dijo en referencia a los agresores Ángelo Sánchez, Betzabet Soto, Rodrigo González y del menor de edad, A.I.G.S.
Añadió que a la casa okupa, donde fue torturado, llegó en febrero pasado por problemas económicos, y que al poco tiempo comenzaron los problemas, los cuales se agudizaron en razón de su orientación sexual.
“Últimamente (en la casa okupa) veníamos teniendo problemas de convivencia por diversas razones, nunca una en en especifico; alcohol, drogas hacían que la convivencia fuese cada vez peor y de a poco violenta”, señaló,
Por eso, añadió, “llegó el día donde empecé a retirar mis cosas de ahí porque ya no me sentía cómodo. Fui a sacar un bolso con mi ropa y a buscar unas agujas para tatuar”.
Recordó que ese día los sujetos estaban carreteando y le hicieron una “encerrona”. “Mi mina estaba embarazada en ese momento, habíamos tenido una discusión y me acompañó a buscar mis cosas allá”.
En la ocasión Rodrigo González “me amarró a un palo junto a la Betzy (Betzabet Soto) y la Pila. Me pegaron con fierros, palos, me tiraban agua constantemente, mientras el hijo de la Betzy (menor de edad) me grababa y aprovechaba de golpearme”.
“Me trataban de “weco y maricón”, sus golpes iban acompañados de insultos homofóbicos. Me grabaron, me sacaron fotos, se dieron el tiempo de sacarse selfies conmigo desnudo y amarrado, ensangrentado y semi inconsciente”, sostuvo.
Denunció que “la Betzy llamó a varios tipos skinheads de índole NS (neonazis) para que me pegaran. Involucró a gente que yo ni siquiera conocía, y llegaron solo a golpearme. Mientras yo estaba amarrado me dieron golpes de corriente incluso”.
Agregó que “quedé con fractura maxilofacial, fractura en la costilla. Llegué con hipotermia ya que estuve 6 horas amarrado, me tiraban agua helada constantemente y nunca pararon de golpearme. Quedé inconsciente y llegó un momento en que asumí realmente que me iban a matar. Ya no di más y solo me entregue a lo que venia”.
“Me iban a violar, pero no lo concretaron porque debido a mis gritos los vecinos llamaron a los pacos, los cuales no hicieron nada. Yo solo quería salir de ahí cuando llegaron y debido al estrés comencé con convulsiones, llegué inconsciente a la mutual que está en el Metro Ecuador”, siguió.
“Debo aclarar también que nunca estuve de acuerdo con denunciar ya que estuve constantemente bajo amenazas yo y mi familia si es que esto se hacía público. Fui torturado por 6 horas, las peores 6 horas de mi vida donde me hicieron sentir que valía nada”.
“Comparto esto ahora para que se haga público y tengan cuidado con estos sujetos, porque lamentablemente esto seguirá pasando si no cambiamos como sociedad”, dijo.
Puntualizó que “no necesito contarle mi orientación sexual bisexual a todo el mundo, ya que es algo personal. Me basta con que mi familia lo sepa. No es un tema que, según yo, sea relevante ante esta sociedad ya que mantengo al margen mi privacidad”.