El pasado 5 de diciembre se viralizó la historia de un ex profesor de ciencias de la Universidad de Chile, Mark Hershkovitz, quien hoy día se encuentra en situación de calle.
Según consignó a La Segunda, el profesor que llegó desde Estados Unidos fue contratado por dicha casa de estudios para ser parte de un proyecto de investigación y luego se estableció como profesor de la Facultad de Ciencias, donde se desempeñó al rededor de 5 años.
Juan Carlos Letelier, quien trabajó con el ex académico y hoy día es vicepresidente del senado universitario de la U. de Chile, señaló al diario que “Mark era muy conflictivo y es cierto que se ganó muchas enemistades, pero lo echaron de la universidad porque dejó de cumplir los requisitos básicos que se le solicitan a todos los académicos, como un cierto número de publicaciones al año”.
Asimismo, aseveró que nunca le cerraron las puertas.
“El decano de esa época, Raúl Morales, sintió que la facultad era responsable por haberlo traído hasta aquí, y continuó pagándole el sueldo durante un año para que él pudiera encontrar trabajo y estabilizarse”.
Otra versión que se baraja acerca de Hershkovitz, es que era millonario.
En el año 2006, tras un incendio del laboratorio de Neurobiología de la Facultad de Ciencias, donde el ex académico había donado dos computadores, un microscopio y una impresora, además de dos mesas de ping pong.
“El Gringo“, como lo conocían sus alumnos, una vez que fue despedido no dejó de ir a la facultad durante los 10 años siguientes y era conocido por su gran generosidad y por su amor por la fotografía.
En este tiempo, informa La Segunda, su dinero se agotó y hace tres meses dejó de asistir a la universidad y fue desalojado de su departamento ubicado en el Barrio Brasil y no quiere volver a Estados Unidos, ya que sus familiares habrían muerto.
“No está loco, es un hombre brillante solo que es un tanto excéntrico(…) Hace meses que la universidad está tratando ayudarlo”, dijo Letelier.
Luego de la publicación en Facebook, miles han sido los ofrecimientos para ayudar a Mark, sin embargo, el quiere un trabajo. Pero según Letelier ya es muy difícil volver a dedicarse a la ciencia.
“Es un mundo pequeño y él ya perdió 10 años. Pienso que podría dedicarse a a la fotografía. La universidad debería ofrecer apoyo a estos académicos que traemos de afuera, porque en Chile, tratamos mal a los extranjeros, sean haitianos, colombianos o gringos con doctorados”, precisó.