Una ventaja de al menos 22 puntos es la que estaría obteniendo la opción Rechazo por sobre el Apruebo a la nueva Constitución entre los habitantes de la Macrozona Sur de nuestro país. Esto, según un sondeo realizado por la iniciativa Panel Ciudadano de la Universidad del Desarrollo.
La encuesta fue realizada a 903 personas de las regiones del Bío Bío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, entre el 9 y 10 de agosto, determinando que un 54% de su población rechazaría la propuesta constitucional, mientras que un 32% la aprobaría. Los indecisos se mantienen sólo en 11%.
Respecto de las propuestas constitucionales, la más resistida es la de eliminar la posibilidad de decretar estado de Emergencia frente a hechos de violencia en la zona, la cual es rechazada por un 69% de los electores, frente a 18% que está de acuerdo con la nueva normativa.
Le sigue la necesidad de consentimiento de los pueblos originarios para modificar algunas secciones de la propuesta constitucional, disposición que 67% de los residentes de la Macrozona Sur rechazan y sólo 22% estarían dispuestos a aprobar.
Otras partes de la Constitución propuesta que rechazan sus habitantes es que se creen sistemas de justicia indígenas (64%), que se instauren territorios indígenas autónomos (60%), que se defina a Chile como un país plurinacional (58%) y que los pueblos originarios tengan escaños reservados en el Congreso (53%).
El sociólogo Eugenio Guzmán, responsable del sondeo, indicó a Bío Bío que el sistema de panel que utilizan busca reflejar proporcionalmente a la población de cada zona, independiente de su origen étnico. Las respuestas en tanto, se administraron mediante WhatsApp o a través de mensajes de texto para incorporar a quienes poseen teléfonos básicos, como ocurre con personas mayores o en zonas rurales.
“Todo el proceso constitucional está muy influido por emociones que podríamos llamar de expectativas no cumplidas. Son personas que no necesariamente han leído el texto, sino que reaccionan frente a algo que se ha discutido o han percibido y no están de acuerdo”, detalló el profesional.
A mayor edad, sube el rechazo a la nueva Constitución
Si bien existe poca diferencia entre la votación de hombres y mujeres, la brecha se acentúa cuando se divide a los potenciales electores por edades.
Así, mientras un 39% de los jóvenes entre 18 y 30 años de la Macrozona Sur estarían dispuestos a aprobar la nueva Constitución, esta cifra se reduce a sólo 26% entre los mayores de 65 años.
De igual forma, 46% de jóvenes entre 18 y 30 años se inclinan por rechazar el texto constitucional, donde los mayores de 65 años están dispuestos en un 60% a rechazarlo.
“Los jóvenes en general tienden a tener posturas mas progresistas y radicales como parte de sus ciclos vitales políticos y culturales. Para las personas de 18 a 30 años la democracia es un hecho, está dado, así como acceder a una serie de bienes. Pero también es una generación que ve con preocupación lo que viene y no tiene claridad de su futuro, porque perciben que no van a tener las ventajas de movilidad social que tuvieron otras generaciones”, explica Guzmán.
“Por otro lado, las generaciones mayores vivieron crisis económicas y sociales, para qué decir los mayores de 60, por lo tanto su aproximacion a la política y sus resultados son diferentes, con percepciones de riesgo muy distintas”, sentenció.
Muestra de ello es que mientras un 57% de jóvenes entre 18 y 30 años en la Macrozona Sur rechazan la desaparición del estado de Emergencia en la nueva carta magna y 23% la aprueba; entre los mayores de 65 años esta disposición es rechazada por un 80% de ellos, con apenas 15% apoyando el cambio constitucional.
Consultado respecto de si el rechazo a la nueva Constitución puede interpretarse también como un voto de desaprobación a la gestión del gobierno del presidente Gabriel Boric, Guzmán indica que si bien puede existir un vínculo entre ellas, las regiones del país incorporan otras complejidades.
“En la Región Metropolitana pudimos observar que cada vez que subía la aprobación del Gobierno también subía la intención de voto por el Apruebo. Bajo esta tesis la respuesta debiera ser sí, pero en el caso de las regiones hay otros elementos a considerar: las promesas incumplidas, la falta de gobierno desde las regiones, que vinieron a mi región pero nunca más volvieron. Entonces tenemos una influencia ya no sólo de problemas nacionales como la inflación, sino locales como los actos de violencia política”, concluye.
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