Diversas reacciones generó el despido de cinco trabajadores de la fábrica textil Bellavista Oveja Tomé, luego que el gerente de la empresa, Luis Bartolli, señalara como argumento que uno de los factores de la desvinculación sería el efecto que trajo la declaratoria de Monumento Histórico Nacional del inmueble, que habría implicado pérdidas en las fuentes de mantenimiento de la empresa.
Los trabajadores despedidos corresponden a tres guardias, una secretaria y a una vendedora, quedando tan sólo siete personas operando en el histórico edificio.
Desde la Mesa Ciudadana de Tomé, una de sus voceras, Carolina Lara, calificó como mal intencionadas las palabras de Bartolli, considerando que la crisis que vive la textil se arrastra desde 2007 cuando llegó a asumir la nueva administración de la empresa.
Actualmente, la fábrica se mantiene prestando servicios a nivel externo, pues no cuenta con la maquinaria ni los recursos para reactivar la producción de textiles.