A días de la reunión con Francisco en el Vaticano, los obispos chilenos concluyeron que su continuidad en la Iglesia sólo depende de la voluntad del Papa.
En Concepción, el arzobispo Fernando Chomalí aclaró que estos días han sido de suma reflexión tras los dichos del Papa, lo que no dejó indiferentes a los líderes de la Iglesia Católica nacional.
A la pérdida del sentido profético y misionero, y los hechos de abuso en el país plasmado en el informe del arzobispo Charles Scicluna, se sumó la visita de Francisco, instancia en la que observó que había una pastoral “de elite”, dijo.
Sobre las motivaciones personales o una especie de mea culpa por lo acontecido, el religioso expuso que como todo ser humano, siempre hay un grado de culpa de forma directa o indirecta en los hechos que enlodaron la imagen de la iglesia y que quedó claro cuando el Papa les pidió no tener una actitud de “yo no fui”.
Chomalí agregó que el último sínodo vivido hace dos años arrojó un análisis que hablaba de siete puntos que hoy se encuentran dentro de los focos detectados por el Papa, que deberán ser atacados con medidas como la tomada por los obispos chilenos.
Por el momento se mantiene la incertidumbre en vista de la última palabra del Papa respecto al obispado chileno.