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A presidio perpetuo fue condenado un hombre de 48 años, identificado como Richard Fuentes Fierro, quien entre diciembre de 2021 y enero de 2022 violó a tres mujeres en Alto Hospicio, región de Tarapacá.

Además, según las numerosas pruebas presentadas por la Fiscalía, en años previstos el sujeto había atacado sexualmente a quien era su pareja. Igualmente, se consideraron los testimonios de las víctimas.

Según detalló el fiscal especializado en delitos sexuales, Cristóbal Platero, “quedó de manifiesto que el imputado tenía el perfil de un agresor sexual serial, toda vez que tenía antecedentes de agresión en contra de dos de sus exconvivientes, a quienes agredió tanto física, psicológica y sexualmente”.

“Pero también respecto a tres víctimas desconocidas que abordó durante la noche, en distintos lugares de Alto Hospicio, amenazándolas con una pistola y llevándolas hasta sitios alejados donde las termina violando”, complementó.

Agregando que “con la abundante prueba presentada en el juicio, el tribunal decidió condenar al acusado a una pena que el Ministerio Público considera proporcional a la gravedad de los hechos, esto es, presidio perpetuo, la que el acusado tendrá que cumplir de por vida”.

Cadena perpetua a agresor sexual serial de Alto Hospicio

Tal como se mencionó anteriormente, entre los años 2016 y 2018, en distintos domicilios de la comuna, Fuentes Fierro violó y golpeó en más de una oportunidad a quien era su pareja, luego de sostener discusiones en las que actuó con extrema violencia contra la víctima.

En el juicio, el fiscal presentó los testimonios de las tres víctimas abordadas en la calle, una de las cuales incluso se fue del país a raíz de los hechos, quienes relataron los ataques, reconocieron al acusado y dieron cuenta de las graves afectaciones que estos hechos provocaron en ellas, lo que fue corroborado por los peritos del Servicio Médico Legal y las sicólogas que las atendieron posteriormente.

También declaró la expareja del acusado, quien relató los graves episodios de violencia y los ataques sexuales que sufrió mientras vivió con él, al igual que otra conviviente anterior que tuvo el imputado, quien también vivió situaciones similares por casi ocho años, hasta que logró abandonarlo.

Finalmente, considerando que el acusado tenía otras condenas previas, la reiteración de los hechos y la grave afectación psíquica que mantienen hasta el día de hoy las víctimas; el tribunal lo condenó a la pena de presidio perpetuo simple como autor del delito reiterado de violación.