El sacerdote Renato Toro Medina y al capellán de un colegio de Chillán, Héctor Bravo, fueron suspendidos por acusaciones de presuntos abusos sexuales.
Dicho proceso comenzó el 29 de junio, cuando el Obispado de Chillán inició una investigación previa contra Toro Medina tras recibir una denuncia de abuso sexual a menor, la que estuvo a cargo de un sacerdote externo a la Diócesis, quien realizó la investigación que concluyó y fue informada al obispo Carlos Pellegrín, estableciendo que los hechos denunciados son verosímiles.
A través de un comunicado, se informó que conforme a lo establecido en los actuales protocolos de la Iglesia, los antecedentes serán remitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma.
También se confirmó que como medida cautelar se mantiene la suspensión del ejercicio público del ministerio sacerdotal, iniciada con la investigación previa.
El religioso ya cumplió una condena por el delito de abusos a menores, ocurrida entre 2012 y 2015, la que fue determinada por la congregación previamente señalada.
Asimismo, este lunes el Colegio Padre Hurtado de Chillán -a través de otra misiva- informó que decidió suspender las labores de Bravo, otro sacerdote que también fue denunciado por -presuntos abusos de este tipo.
Este último, se encuentra bajo investigación canónica, aún no concluida; siendo también investigado de oficio por el Ministerio Público.