Alrededor de 350 alumnos entre 12 y 18 años tiene el liceo Hernando de Magallanes ubicado en la comuna de Porvenir, en la zona más austral del mundo. Gracias a un proyecto de la Fundación Profuturo, esta escuela cuenta con tablets y fibra óptica para avanzar en la educación digital.
Ubicada en plena Tierra del Fuego y construida por debajo del paralelo 53, se encuentra el liceo Hernando de Magallanes, destacando por ser la escuela secundaria interactiva más austral de Chile.
Con apenas 350 alumnos, este recinto educacional de la comuna de Porvenir alberga a adolescentes de entre 12 y 18 años que estudian de forma holística gracias a un proyecto de la Fundación Profuturo -auspiciada por las Fundaciones de las empresas españolas Telefónica y La Caixa- sustentado en las tablets y la fibra óptica.
“Es un cambio sideral, las comunidades educativas tenían aquí hasta hace poco tiempo muy limitada internet”, explicó Mauricio Martínez, uno de los expertos que forman a profesores de escuelas lejanas o vulnerables en el sistema digital de educación del siglo XXI.
A esto añadió que “tenían mucha dificultad para conectarse con pares que les ayudaran a mejorar sus metodologías educativas, y el apoyo más significativo es que los docentes ya no se sienten tan lejos”.
En esta línea recordó cómo Porvenir se hizo famosa en la pandemia por las imágenes de sus habitantes arriba de los tejados tratando de captar alguna señal de internet.
“Es más sencillo y entretenido”
Es un viernes de octubre en Tierra del Fuego, mes de vientos indómitos y rayos de sol furtivos en un paisaje embellecido por la nieve, y en el interior de la escuela Evelyn, Paula e Iván de 14 años atienden las explicaciones del profesor en la pantalla, mientras juegan con la tablet digital en la que comparten el documento.
Desde Santiago, a más de 3.000 kilómetros de distancia, les explica cómo introducirse en el mundo de la computación, el que más atrae a Iván, que sueña con poder dedicarse a programar juegos.
Paula no sabe que quiere ser aún, tampoco Evelyn, pero ambas coinciden en que con este sistema aprenden más porque “es más sencillo y entretenido”.
“Uno aprende más a interactuar”
Agustín Caro, de 15 años, es un joven que quiere convertirse algún día en piloto comercial, una profesión esencial en esta zona aislada por los hielos en invierno y conectada por una única carretera que debe sortear cientos de estrechos y fiordos.
“Ha cambiado bastante en realidad, ya que antes el internet no era tan bueno y ahora con la fibra uno vuela”, afirmó.
Así también dijo que “además de ser más entretenido, tienes más facilidades de estudio digitalmente, más fácil que estar con un teléfono, con un PC, con un libro, ya que lo puedes usar más tiempo y estudiar mejor”.
En tanto, su compañera Javiera Recabal utiliza la tecnología para seguir las páginas de moda: quiere ser la primera diseñadora de alta costura nacida, crecida y educada en el lugar donde acaba el mundo.
“Son otros tipos de actividades que no se ven todos los días y así uno aprende más a interactuar, trabajar más en grupo y puede socializar mejor. Es bastante genial que estemos en un colegio tan austral y aún así tengamos este tipo de actividades”, señaló con una amplia sonrisa.
Trabajo individualizado y mejor evaluación
Boris Sambuesa, profesor de matemáticas en esta escuela, cree que una de las mayores bondades del programa es la facilidad que ofrece de itinerarios educativos individualizados, adaptados a las distantes velocidades de aprendizaje en salas en las que se juntan una treintena de alumnos.
“Más que en la calificación se ve en el entusiasmo de los chicos, en la forma de enfrentarse a la asignatura, están más motivados. Me arroja los resultados de forma instantánea y yo puedo revisar ahí el avance, cuantos de ellos se han conectado a la plataforma y me permite a mí tener un control más grande del curso”, afirmó el docente.
Magdalena Brier, directora general de Profuturo, destacó que este método permite a los chicos de Porvenir “trabajar un itinerario formativo en neurociencia, innovación educativa e innovación tecnológica igual que cualquier niño en Estados Unidos, de Europa, con el mismo tipo de formación y acceso a los mismos materiales”.
“Es impresionante de ver que la educación digital lo que favorece enormemente es la igualdad de oportunidades en los lugares más remotos del planeta”, manifestó.