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La Fiscalía de Villarrica confirmó que las osamentas halladas a orillas del río Toltén el año pasado corresponden a un hombre desaparecido en 2014, identificado como Pablo Antonio Navarro Carrasco. El fiscal José Manuel Ramírez detalló que la identidad se corroboró mediante un informe pericial de ADN del Servicio Médico Legal, informando a la familia sobre el hallazgo. Por otro lado, se descartó que las osamentas pertenecieran a Carlos Navarrete Figueroa, cuyo paradero sigue siendo un misterio desde 2016. La investigación sobre este caso permanece abierta.
La Fiscalía de Villarrica confirmó que la identidad de las osamentas encontradas el año pasado a orillas del río Toltén -hallazgo realizado por pescadores de la zona a fines del mes de diciembre- corresponden a un hombre que desapareció en 2014.
Lo anterior lo detalló el fiscal José Manuel Ramírez.
La identidad de la persona, sostuvo, se corroboró a partir de los resultados del informe pericial de ADN realizado por el Servicio Médico Legal.
Las osamentas son de un hombre adulto de nombre Pablo Antonio Navarro Carrasco, cuya familia había denunciado su desaparición. Tenía 53 años.
El fiscal agregó que, tras tener el resultado del informe de Servicio Médico Legal, se reunió con la familia de Navarro Carrasco, informándole que los restos pertenecían a él.
Desde que se le perdió el rastro al hombre se estaban desarrollando investigaciones para esclarecer su paradero y sus datos estaban, asimismo, publicados en la web de la Policía de Investigaciones, en la sección de “PDI Busca”.
En paralelo, el fiscal Ramírez tuvo una reunión con otra familia, la de Carlos Navarrete Figueroa, un joven de Villarrica, cuyo paradero se desconoce desde 2016.
En esa junta les comunicó que las osamentas encontradas no correspondían a su familiar; y les señaló que la indagación sobre el caso permanece abierta.