Más de 500 familias de Labranza denuncian lo que ellos llaman una “Lluvia de caca”, material contaminante que surge, aseguran, desde las instalaciones de la Empresa de Servicios Sanitarios San Isidro, y que ensucia continuamente sus viviendas, ropas y alimentos.
Los vecinos catalogan esta situación como insostenible, ya que por años han tenido que soportar malos olores, además de la contaminación directa de sus hogares.
La presidenta de villa Los Apóstoles, Mirella Soto, quien vive hace 10 años en el sector, dijo que ya están cansados por tener que convivir con el material fecal que se traslada por el aire, y donde hasta el momento no hay soluciones.
Por su parte la presidenta de villa El Rodeo, Fabiola Figueroa, indicó que a la compleja situación de la suciedad que deben soportar, se suma que no pueden realizar su vida cotidiana con normalidad por el inminente riesgo que significa lidiar con esta contaminación.
Isolina Navarrete, del Portal Alegría, villa que fue entregada hace cuatro meses y que se encuentra más cerca a la empresa de Tratamientos de Aguas Servidas San Isidro, manifestó que existe molestia, pero por sobre todo preocupación en relación a la salud de los cientos de niño que viven este sector.
La consejera regional, Ana María Soto, indicó que han mantenido acercamientos con el Ministerio de Medio Ambiente, y aseguró que existe la voluntad de apoyar a estas personas y oficiar a la Superintendencia de Servicios Sanitarios, para que se haga presente y fiscalice a la empresa San Isidro.
Claudia Fuentes, gerente general de Aguas San Isidro, indicó que frente a una denuncia de similares características se realizó una fiscalización en febrero del año pasado, liderada por la Seremi de Salud y donde no se detectaron irregularidades.
Sin embargo, agregó que de momento no pueden asumir una responsabilidad por estos hechos, pero que investigarán para dar confianza a los vecinos.
Vecinos que esperan soluciones en el corto plazo y que se realicen supervisiones constantes y rigurosas, considerando la gravedad de estos hechos denunciados, donde literalmente deben lidiar con una lluvia de material fecal.