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Al menos diez niños en situación crítica debido a la Isapre Cruz Blanca que reduce prestaciones, obligándolos a hospitalizarse, generando preocupación parlamentaria. Casos como el de Ruth, con parálisis cerebral y Santino, con síndrome de Pfeifer, muestran reducciones abruptas en la cobertura de hospitalización domiciliaria al asistir a clases. Diputadas solicitan reunión con la Superintendencia de Salud para abordar medidas ante esta problemática, denunciando abusos y exigiendo protección de la atención médica especializada para los niños afectados.
Según denunciaron las diputadas Weisse, Santibañez y Gazmuri, al menos una decena de niños estaría en una situación crítica debido a que Isapre Cruz Blanca les reduce las prestaciones a las que pueden optar en casa, obligando a hospitalizarlos en centros médicos. Por ello, acudirán a la Superintendencia de Salud para analizar acciones a tomar.
El caso de Ruth Ortega
Las parlamentarias relataron dos casos críticos, uno de ellos es el de Ruth Ortega.
Ruth nació a las 24 semanas de gestación. Tiene parálisis cerebral y a las 2 semanas de vida le tuvieron que cortar el 80% de su intestino, lo que le generó cuatro paros respiratorios.
A pesar de que tenía un 1% de posibilidad de seguir con vida, a los nueve meses lograron reconstruir su sistema digestivo y a los diez, le realizaron una traqueotomía por su insuficiencia respiratoria. A los dos años fue dada de alta con hospitalización domiciliaria.
No obstante, su vida y la de sus padres volvió a cambiar en 2024, y con solo 4 años de vida estaría nuevamente en riesgo.
“Hace un año aproximadamente hemos tenido problemas de cuestionamientos de su hospitalización domiciliaria por parte de Isapre Cruz Blanca, porque Ruth ha tenido progresos”, relata su madre Daniela Valencia.
Valencia acusa que “están obligando a entrar a mi hija a hospitalización para revisión de vía aérea con el fin de decanular (retirar la cánula de la traqueotomía) y quitar todas las prestaciones que hoy la mantienen con vida”.
Así, explica que desde Cruz Blanca “amenazan constantemente con que si no entramos no será renovada la hospitalización domiciliaria, lo que ha llevado incluso a que su médico tratante entregue un informe en el que explicita que Ruth ha tenido un retroceso en su sistema neurólogico, solicitando que no sea sometida a ningún procedimiento, ya que puede salir más dañada”.
“El modus operandis es entrarlos a revisión de vía aérea y dejarlos secuestrados”, sostiene.
El caso de Santino Guerini
Otro caso es el de Santino Guerini. Tiene cuatro años y su corta vida ha estado marcada por cirugías, tratamientos médicos y cuidados intensivos debido a que nació con el síndrome de Pfeifer, una condición que impide que su cerebro tenga suficiente espacio para crecer.
Con apenas un mes y medio de vida, producto del Covid-19, tuvo un daño pulmonar crónico que lo obliga a tener una traqueotomía permanente y depender de un ventilador mecánico cada vez que duerme.
Por ello, hasta 2024 contaba con hospitalización domiciliaria financiada por su seguro CAEC de la Isapre Cruz Blanca, lo que le permitía contar con atención médica 24/7 en su hogar, incluyendo enfermería especializada, kinesiología, fonoaudiología, medicamentos, insumos y la supervisión de su médica tratante. Así, el año pasado logró un hito en corta su vida: Asistir al jardín infantil.
“Pero ese avance hoy se ha convertido en una trampa”, relata su madre Cristina Pizarro, quien dice que “al enterarse de que Santino estaba escolarizado, la Isapre decidió reducir drásticamente su cobertura, argumentando que no financia la hospitalización domiciliaria de niños que asisten a clases”.
Para ello, según cuenta, en diciembre pasado la aseguradora “obligó a hospitalizar a Santino con una evaluación médica sin precedentes. Tras ser dado de alta, solicitamos la renovación de la hospitalización domiciliaria, pero durante días no nos contestaron y retuvieron a Santino en la clínica, sin justificación”.
La única forma que tuvieron de volver con Santino a casa, señala, fue renunciando al CAEC y aceptar una reducción de las prestaciones médicas, costeando del propio bolsillo más de $8 millones y convirtiéndose en enfermeros de su propio hijo sin tener conocimientos para ello.
Acciones parlamentarias
Los casos de Ruth y Santino no serían los únicos. Según información recopilada por la diputada Marisela Santibáñez, habría al menos diez menores en la misma situación, todos de Isapre Cruz Blanca.
“Es urgente regular esta situación. (…) Esto no puede seguir ocurriendo. Es por eso que hemos solicitado una reunión al superintendente de Salud Víctor Torres para analizar las posibles medidas a tomar”, informa Santibáñez.
Por su parte, la diputada Flor Wiesse (UDI) explicita que “cientos de niños con enfermedades graves dependen de la atención domiciliaria especializada para poder vivir. Sin embargo, existen Isapres que están reduciendo arbitrariamente esta cobertura, dejando a las familias sumidas en la angustia, encareciendo los costos y sobre todo poniendo en riesgo la vida de los niños”.
“Desde el Congreso nos interesa impulsar leyes que repongan la atención domiciliaria y que impida este tipo de prácticas abusivas”, agregó.
Finalmente, la diputada Ana María Gazmuri (AH) dice que “lo que estamos viendo con Cruz Blanca es francamente inaceptable. Hemos recibido múltiples denuncias de familias con niños hospitalizados en sus hogares, con atención médica, especialistas y equipos adecuados. Sin embargo, la Isapre Cruz Blanca los está amenazando con negar la cobertura de sus prestaciones si no permanecen en un hospital”.
“¿Qué busca Cruz Blanca con esto? ¿Forzar a estos niños a vivir en hospitales en contra de toda lógica médica y humana? Esto es un abuso inaceptable que debe ser denunciado. Exigimos que la Isapre rectifique su postura en los casos de Santino, Ruth y muchas otras familias que están enfrentando esta injusticia”, cerró.
Desde BBCL se intentó contactar a la isapre, no obstante, decidieron -de momento- no referirse a la acusación.