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El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha vuelto a colocar al embajador chileno en ese país, Juan Gabriel Valdés, en el ojo del huracán. Recordaron sus críticas previas hacia Trump, llamándolo la "encarnación de lo peor de la historia", lo que desató la petición de renuncia por parte de sectores como la UDI y el Partido Republicano. Sin embargo, el oficialismo salió en defensa de Valdés, rechazando las críticas y calificándolas como una "tontera". A pesar de las tensiones, Valdés ha declarado que no tiene intenciones de renunciar, afirmando que está dispuesto a rendir cuentas ante Cancillería y que ha dado peleas anteriormente en su vida.

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El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos volvió a poner al embajador chileno en ese país, Juan Gabriel Valdés, en el centro de la polémica.

Esto porque se recordaron sus declaraciones en el pasado sobre la figura del ahora candidato electo, a quien culpó de “planear un golpe de Estado” y lo calificó como “la encarnación de lo peor de la historia” de la potencia norteamericana. Luego, opinó sobre política doméstica estadounidense tras asistir a la Convención Demócrata.

La victoria del magnate reavivó estas polémicas y sectores de la oposición, como el Partido Republicano y la UDI, salieron rápidamente a pedir la renuncia de Valdés y el nombramiento de un nuevo embajador. Pero el oficialismo no se quedó atrás y salió a blindar al representante en Washington.

El “blindaje” del oficialismo al embajador Valdés

El excanciller y senador socialista José Miguel Insulza, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores, descartó que las declaraciones de Valdés hayan generado algún “interés” o “preocupación” en Estados Unidos, y calificó como “una tontera” y “una vergüenza” los pedidos de renuncia de la oposición.

Este fue secundado por el diputado liberal Vlado Mirosevic, quien preside la misma comisión pero de la Cámara, y aseguró que la UDI y Republicanos buscan “rebajar el nivel” de la política exterior chilena y los acusó de desconocer la “trayectoria” y el “prestigio” que Valdés tiene en el ámbito internacional.

En tanto, la diputada comunista, Nathalie Castillo, miembro de la comisión de Relaciones Exteriores, acusó a la oposición -“con respeto”- de ser una “banda con un modus operandi” de pedir renuncias ante cualquier diferencia. Una lógica -agregó- que genera “molestia en la ciudadanía” porque perciben a la clase política como “un show”.

Pese a todas estas criticas oficialistas contra la oposición, un sector del Frente Amplio aclaró que todos los embajadores “tienen que estar permanentemente disponibles” para “ser evaluados” y “rendir cuentas” ante Cancillería.

Fue el caso del diputado Jorge Brito, quien llamó a “ser muy cuidadosos con la relación con Estados Unidos”.

Tras el triunfo de Trump, Valdés dio una serie de entrevistas a medios de comunicación. Ante los pedidos de renuncia, dijo a Ex-Ante que “el Presidente decide quiénes son sus embajadores y yo, como cualquier otro, dependo de su voluntad. No se me ha pasado por la cabeza renunciar. He dado peleas durante mucho tiempo en mi vida, y no me parece que esto sea importante”.