La viuda del exmilitar venezolano, Ronald Ojeda, Josmarghy Castillo, reconoció el temor que siente en nuestro país, tras el asesinato de su esposo, y que ha generado una importante tensión entre el gobierno de Gabriel Boric y el régimen de Nicolás Maduro.
Ronald Ojeda, disidente del Gobierno de Nicolás Maduro y asilado político en Chile, fue secuestrado el pasado 21 de febrero en su domicilio en la comuna de Independencia, y sus restos fueron hallados diez días después en una toma de Maipú, sepultados debajo de un bloque de cemento.
Al respecto, Castillo aseguró que su vida se convirtió en una “tortura” tras el crimen, enfatizando en que “no puedo dormir, porque me desespero ante cualquier ruido o llamada en la noche. No solo estoy afectada yo, sino toda la familia (…) Ronald era mi pilar. Mi mundo ha estado paralizado durante estos meses”.
En entrevista con El País, reconoce que la detención en Costa Rica de otro de los sospechosos, Maickel Villegas Rodríguez, no ha impedido que se sienta más segura.
“Si antes me sentía insegura, ahora me siento peor. Tenemos miedo a represalias debido a que atraparon a uno más de ellos”, agregó.
Respecto al motivo del crimen, Josmarghy Castillo apuntó a causas políticas, especialmente tras la captura del capitán Ányelo Heredia, disidente del régimen venezolano, quien fue detenido en la frontera con Colombia acusado de liderar un presunto atentado contra Nicolás Maduro.
“La punta de lanza de esto fue la captura del capitán, quien menciona a Ronald en su declaración. Al nombrarlo, aparte de que ya lo tenían en el ojo, se vuelve como una pieza clave”, señala.
“Ronald estaba muy decepcionado y preocupado. Nunca pensó que sería capaz de implicar a personas que no tenían nada que ver con ese proceso. Mi esposo no hubiese dicho nada”, añade.
Respecto a su vida en nuestro país, Castillo aseveró que nunca se sintieron tranquilos, por lo que optaron por estar cambiándose de domicilio constantemente. Sin embargo, tras lo sucedido, la sensación de inseguridad no ha disminuido, especialmente por la sospecha del posible rol que habría cumplido el Tren de Aragua en el crimen.
“No nos sentimos seguras. No es un secreto los monstruosos crímenes del Tren de Aragua. No sentimos que tenemos las medidas de protección adecuadas. Cuando llegamos a Chile solicitamos refugio porque buscábamos seguridad, protección, considerábamos que era un país donde estaríamos seguras”, fustigó la viuda de Ronald Ojeda.
“El gran problema es que para Chile es muy difícil aceptar que ya no es un país seguro para los refugiados, al menos no lo es para los venezolanos (…) Hemos hecho muchas cosas para protegernos y, a pesar de eso, no nos sentimos en calma”, insistió.
Por último, Castillo pidió que los responsables del homicidio de Ojeda cumplan sus condenas en Chile, “porque en Venezuela —en caso de ser capturados— es como si estuvieran en un hotel de lujo”.