Por 49 votos a favor y 82 en contra, la Cámara de Diputados rechazó la acusación constitucional contra la exministra de Justicia y Derechos Humanos, Marcela Ríos. En medio de recriminaciones de Chile Vamos al Partido Republicano, el juicio político se cerró en su primer paso legislativo con la mayor cantidad de votos en contra desde el retorno a la democracia.
El resultado de la acusación constitucional contra Marcela Ríos fue aplastante.
Tanto que hubo que mirar los libros de historia para encontrar acusaciones en 1991, 1997 y 1999 que tuvieron menos apoyo que este libelo, con la diferencia que esas no contaban con 155 parlamentarios en ese entonces.
Si se mira desde los votos en contra, esta es la acusación constitucional que tuvo más oposición en la historia del instrumento, desde el retorno a la democracia.
Desde el juicio político contra el exministro de Salud de Sebastián Piñera, Emilio Santelices, en 2018, nunca una acusación había tenido tan pocos apoyos y tantos votos en contra: 49 votos a favor y 82 en contra.
En medio de esto estaba la exministra de Justicia, a 26 días de la emisión de los 13 indultos particulares que la terminaron removiendo del cargo, pese a que la exsecretaria de Estado insiste en que están en regla, siguiendo la tesis que lo que hubo, a lo sumo, fueron “desprolijidades”.
Marcela Ríos remarca que indultos no infringieron la ley
A la Sala, Marcela Ríos llegó flaqueada por ministros y parlamentarios. Tal como pasó con Giorgio Jackson, La Moneda la quiso “arropar”.
La exministra se emocionó en medio de las intervenciones cuando el diputado Gonzalo Winter (CS, su mismo partido) habló de su historia de vida.
Después de eso volvió a emocionarse cuando recordó el apoyo que le dio la tienda.
Junto a eso, insistió en que los indultos se apegaron a derecho.
“Se ha establecido por esta Cámara que no hemos infringido ni la ley ni la Constitución. Votaron en conciencia y vieron que no había méritos”, dijo.
“Los decretos de los indultos son públicos y, como ha sido establecido muy contundentemente hoy, todos se otorgaron cumpliendo con las leyes”, agregó.
El cachetazo de los republicanos a Chile Vamos
Un comentario repetido en el hemiciclo ayer miércoles fue que la oposición cedió desde una posición de fortaleza.
2022 fue un buen año internamente para el bloque y se pensaba que enero sería el mes de ofensivas que seguirían debilitando al Gobierno.
Pero lo cierto es que lo que tienen para mostrar son dos acusaciones rechazadas y gestiones administrativas que tardarán en tener efecto.
A eso se suman las lesionadas relaciones entre Chile Vamos y el Partido Republicano, que finalmente no apoyó el libelo.
El diputado Andrés Longton (RN) dijo que esa colectividad, que aportó diez votos en contra y tres ausentes, debe dar explicaciones al país.
La bancada del Partido Republicano mantuvo la posición que anunciaron el martes, pese a que tanto Chile Vamos como una de las listas de las próximas elecciones del partido, apoyadas por el senador Rojo Edwards, presionaron pública y privadamente para revertir la situación.
Ellos piensan que hay que apuntar más alto y que esta acusación tácticamente pudo permitir que el oficialismo cerrara la página, sin poder explorar realmente si hay o no piso para acusar al presidente Gabriel Boric, al ser él quien tiene la potestad de indultar.
El diputado republicano Stephan Schubert insiste en que esto no es una rencilla contra Chile Vamos, pese a que desde esa coalición los acusaron de “venganza política” luego que tres diputados de RN y la UDI no concurrieran con su voto en la acusación contra Giorgio Jackson.
Schubert dijo que la exministra Marcela Ríos no es la principal responsable, apuntando a Boric.
Oficialismo tranquilo tras salvada de Marcela Ríos
En el oficialismo hay conformidad, pero también la sensación de una tarea pendiente.
Mientras Chile Vamos explicaba su derrota, un parlamentario comentaba que ahora le toca al Socialismo Democrático y a Apruebo Dignidad enderezar el rumbo y aprovechar este tropiezo de la oposición.
Marcos Ilabaca, jefe de bancada del PS, eligió el camino de recordar que esta fue una pérdida de tiempo y, como lo han hecho otros diputados en el pasado, hizo un llamado a la fuerza opositora a concentrarse en las iniciativas que impactan al país.
Así se cierran tres semanas en donde las comisiones revisoras y la Sala – en dos ocasiones – discutieron posibles vulneraciones a la Constitución de parte de autoridades de Estado del gobierno de Gabriel Boric, sin efecto real y con la sensación que fueron relativamente blandas en lo jurídico.
Sin embargo, esto no ha terminado. A la vuelta del receso legislativo, quienes impulsaron esta ofensiva buscarán tantear el terreno para un nuevo juicio político con un debate interno sin resolver: ir por la destitución del Presidente.