Si bien solo una vez visitó Chile, la Reina Isabel II es permanentemente recordada por su regalo al entonces presidente Eduardo Frei Montalva: el mítico Ford Galaxie 500 XL. No obstante, su relación también incluyó a los huasos chilenos y sus destrezas ecuestres.
La Reina Isabel II cultivó una relación especial con nuestro país, especialmente tras su única visita a Chile, en noviembre de 1968.
De hecho, se le recuerda en cada cambio de mando presidencial o actividad pública donde se utilice el mítico Ford Galaxie 500 XL, que obsequió al entonces presidente Eduardo Frei Montalva.
Recordemos que la monarca murió este jueves a los 96 años, según confirmó el Palacio de Buckingham.
El viaje de la Reina Isabel II a Chile
El viaje de Isabel II se originó tras una gira oficial a Europa del mandatario, donde fue recibido personalmente por la reina. En la ocasión, Frei le extendió una invitación oficial a su Majestad, para que viajara a nuestro país con su esposo.
Según relatos de la época, su visita fue planificada por ocho meses, tratando de no dejar nada al azar. Especialmente, luego del incendio que afectó el Palacio Cousiño, y que obligó a habilitar el antiguo Hotel Carrera, para su estadía en Santiago.
En dicho lugar, como para dar más pompa, el director de Protocolo de la Presidencia de la época, Mariano Fontecilla, contactó a las personas más pudientes de Santiago, para conseguir mesas, sillas, escritorios o cuadros, para decorar sus aposentos.
A su arribo, la Reina Isabel II fue recibida con papel picado, carteles y pañuelos blancos. Y fue tanta la euforia en la capital que incluso Mary Rose Mac-Gill, la conocida socialité chilena, estuvo sobre un piso en la calle para lograr verla pasar.
La monarca participó en distintos actos públicos, tanto en el Congreso y Tribunales, como también visitando la Escuela Nº 139 Niñas de Inglaterra, ubicada en medio de veredas de tierra, algo alejado de la realidad londinense, pero muy normal en los barrios más modestos de Chile.
Además, participó en la plantación de un Mañío en el cerro Santa Lucía.
Aunque, la actividad que más concitó comentarios fue la cena en la casa del presidente Frei, situación que rara vez realizaban Jefes de Estado.
Alguna de las anécdotas del encuentro es que, durante la cena, el abrigo y sombrero de la Reina quedaron en el segundo piso de la residencia, por lo que las hijas del mandatario aprovecharon el momento para probárselos a escondidas y posar frente a un espejo.
El Clásico Universitario y su visita a Pucón
Pero no solo participó en eventos sociales y políticos, sino que también se dio el tiempo de asistir al Estadio Nacional y ver el Clásico Universitario entre Universidad de Chile y Universidad Católica, partido que se desarrolló en plena época del Ballet Azul al mando Leonel Sánchez.
Asimismo, viajó junto al príncipe Felipe a Valparaíso para participar de un desfile de las Fuerzas Navales en la Plaza Sotomayor, depositar una ofrenda floral en el Monumento a los Héroes de Iquique, visitar la cripta de Arturo Prat y participar en diversas recepciones oficiadas en la ciudad.
Y como no todo podía ser eventos oficiales, Isabel II junto a su marido llegaron hasta la zona lacustre, donde el duque de Edimburgo se fue a pescar, mientras que Elizabeth, en jeans, disfrutó de un picnic con sándwiches y huevo duro frente al lago Villarrica.
Para el registro histórico, ambos se hospedaron en el Hotel Antumalal, ubicado en Pucón.
La especial relación de Isabel II con Chile
Si bien nunca más volvió a pisar suelo nacional, el recuerdo de Chile lo tuvo presente, especialmente a través de una de sus fascinaciones: los caballos.
Esto último, debido a que los huasos chilenos han estado presentes en varias ocasiones, como por ejemplo la Escuadra Ecuestre Palmas de Peñaflor.
Fue en 2012, cuando la reina Isabel II cumplía 60 años en el cargo y se realizó el “Diamond Jubilee Pageant” en su honor, donde participaron huasos chilenos.
En la ocasión, la escuadra chilena viajó a Londres para exhibir ante el público inglés y la reina ágiles combinaciones de juegos de equitación y danza folclórica.
A través del entonces embajador de Chile en Inglaterra, Tomás Müller, quien se contactó con el excanciller Alfredo Moreno, los representantes del campo chileno pudieron concretar el viaje para llevar parte de las tradiciones folclóricas a los jardines de Windsor.
Huasos chilenos en los 90 años de la Reina
Cuatro años después, los jinetes y caballos volvieron a Inglaterra, invitados para la celebración de los 90 años de vida de la reina Isabel II.
En esta ocasión tuvieron oportunidad de presentar los bailes y espectáculos en privado ante la monarca.
Fue al interior del Castillo de Windsor donde se realizó este espectáculo para la Reina, quien estuvo acompañada por su marido, el príncipe Felipe, y por el director y productor de The Queen’s 90th Birthday Celebrations, Simon Brooks-Ward.
Fue una presentación de cerca de 15 minutos que abarcó parte de la historia folclórica de Chile con piezas como la Diablada, bailes Rapa Nui y por supuesto, la cueca. El espectáculo contó con 12 caballos y sus jinetes, más 10 bailarines de la compañía Evenmax.
Uno de sus números más significativos fue el de una pareja de jinetes bailando cueca mientras montaban sus caballos, un baile que emocionó a la monarca, quien no dudó en aplaudir con alegría a los chilenos desde su exclusivo palco, recordando quizá el cielo azulado, las montañas nevadas y el cariño del pueblo chileno.
Sin dudas, la monarca seguirá siendo recordada cada vez que un Presidente de la República transite rumbo al Congreso a bordo del mítico Ford Galaxie 500 XL.