Hace 26 años que se presentaron las primeras denuncias y en 2013 la Corte Suprema confirmó las condenas contra Paul Schäfer y otros jerarcas, pero por años la administración de la hoy Villa Baviera intentó evitar los pagos. Eso se terminó el viernes, cuando en Parral se subastó por $897 millones una parcela de 1.025 hectáreas, la primera de cuatro, acción con la cual el enclave perderá unas 3.700 hectáreas de terreno. Ahora la atención se fija en otro grupo: por ejemplo los colonos que trabajaron por años bajo un sistema similar a la esclavitud.
Villa Baviera comenzó a pagar las indemnizaciones que por años buscó evitar a víctimas de su fundador, Paul Schäfer, el líder de la extinta Colonia Dignidad.
“El dinero no borra los recuerdos, pero sí nos va a ayudar a tratar de olvidar y terminar esta lucha de tantos años. Estamos felices porque es un gran paso, algo histórico”, dice con emoción Johan Cisternas.
Él es uno de los beneficiarios del remate de terrenos de la ex Colonia Dignidad, con que se pagarán indemnizaciones a un grupo de chilenos que, de niños, fueron abusados por Schäfer.
Han pasado 26 años desde que, junto a sus familias, presentaron las primeras denuncias por abuso sexual, violación y secuestro.
En 2013, la Corte Suprema confirmó las condenas contra Schäfer y otros jerarcas.
Como parte de una demanda civil presentada por 11 víctimas, la justicia ordenó a Villa Baviera, como se conoce actualmente la colonia, a pagar una indemnización equivalente hoy a más de €1,4 millones (sobre $1.200 millones).
Durante estos años la administración no cumplió con el pago y además realizó numerosas acciones legales para dilatar y suspender la subasta de cuatro propiedades, correspondientes a unas 3.700 hectáreas, que son parte de un acuerdo que firmó con el Fisco para hacer frente a las indemnizaciones.
La primera parcela, de 1.025 hectáreas, fue subastada en $897 millones el viernes 10 de junio en un tribunal de Parral, jurisdicción donde se ubica la colonia.
Esta es la primera vez que se indemniza a víctimas de Colonia Dignidad recurriendo al patrimonio del enclave.
“Es un hecho histórico y no solamente es satisfactorio en cuanto a las sumas que se pagan sino también al hecho simbólico de tocar la base material de la colonia”, dice Winfried Hempel, abogado de un grupo de víctimas y también excolono.
“Estamos tranquilos y satisfechos porque, por fin, se concretó algo. Es un cierre de ciclo”, señala Cristóbal Parada, también víctima.
Durante esta larga batalla judicial dos de las víctimas fallecieron. Demandantes y familiares formaron la Agrupación de ex Niños Víctimas de Colonia Dignidad, que estuvo presente en el Juzgado de Parral junto a Hempel y al abogado Hernán Fernández, quien los representó en las causas penales.
Fernández destaca la acción de estas familias: “Es una larga lucha de más de veinte años, que logró terminar con la impunidad de Colonia Dignidad”.
“Los niños y sus familias hicieron lo que dos Estados – Chile y Alemania – nunca habían logrado. Con este remate se reparan los daños y se hace justicia con esa lucha que implicó valor y valentía”, agrega.
Una infancia marcada por los abusos
En la década de 1990 la colonia comenzó a invitar a actividades recreativas y educativas a niños de familias vulnerables de la zona.
Al principio iban los fines de semana pero pronto se fueron quedando por temporadas más largas e ingresaron al “internado permanente” para chicos de entre 7 y 12 años.
Allí permanecían incomunicados viviendo con los alemanes.
Muy pronto estuvo claro que se trataba de un régimen de esclavitud y abuso.
“Estudiábamos solo un par de horas y el resto del día teníamos que salir a trabajar como el resto de los alemanes, recolectando frutos o trasladando tubos de regadío en verano… eran jornadas laborales de 13, 14 horas o más”, relata Jaime Parra, quien recuerda que eran medicados con drogas que los mantenían sometidos y tranquilos.
Así se convertían en “sprinter” de Schäfer, como eran llamados sus ayudantes cercanos.
Los abusos se realizaban con la complicidad de colaboradores del líder, que le llevaban a los niños a sus dependencias.
Cuando las madres querían recuperar a sus hijos, la colonia se negaba, inventaba excusas o los escondían y los llevaban a otras zonas del país.
Solo con acciones legales y de la Policía lograron recuperarlos, y aun así sufrieron amenazas y amedrentamientos.
¿Se abre la puerta para nuevas indemnizaciones?
En su época de mayor auge, la colonia llegó a tener 17 mil hectáreas, además de varias empresas.
“Con los años, ha vendido e hipotecado buena parte para hacer frente a deudas y hoy cuenta con entre siete mil y ocho mil hectáreas. Con este remate, que se adjudicó una empresa forestal, pierde más de un 15% de sus propiedades”, señala Hempel.
Es un golpe para Villa Baviera, hoy dedicada a negocios agrícolas, forestales y de turismo y hotelería.
Todavía hay otras tres propiedades destinadas a indemnizaciones que se irán subastando sucesivamente hasta cubrir la deuda total.
“La colonia pecó de soberbia. Ahora estos terrenos están saliendo a precio de remate y si hubiera pagado las indemnizaciones no los hubiera perdido”, afirma el abogado.
Las parcelas destinadas a remate no incluyen sectores habitados o de actividad comercial, por lo que no afectarían directamente la vida y los negocios en Villa Baviera, aunque verá mermado su patrimonio.
Este es un tema sensible para otros grupos de víctimas que tienen la esperanza de recibir reparaciones, como los colonos y excolonos alemanes que trabajaron como esclavos durante décadas, sin recibir sueldo ni jubilación.
“Ahora les toca a los niños víctimas de la violencia sexual de Schäfer y mañana les tocará a otras víctimas”, espera Hempel.
Los delitos que resuenan en Villa Baviera
En el asentamiento fundado en 1961 se cometieron numerosos crímenes por varias décadas, sin que los estados de Chile y Alemania los detuvieran.
Entre otros, abuso sexual de menores, trabajo esclavo, medicación forzada, tráfico de armas, desalojo de campesinos de la zona más tortura, asesinato y desaparición de prisioneros políticos de la dictadura.
El pago de esta primera indemnización es un acto de justicia para quienes, con sus denuncias y acciones judiciales, permitieron la liberación de las víctimas de la secta y forzaron la huida de Schäfer, que finalmente fue detenido en Argentina.
Cisternas confía en que su lucha lleve a otros a seguir este camino: “Como agrupación queremos seguir ayudando a otros que viven lo mismo y no se atreven a hablar. Y también en la colonia hay muchos que son víctimas y no se atreven a decirlo”.
Las reparaciones no cambian el pasado, pero pueden ayudar a enfrentar el futuro, dice Jaime Parra.
“Fue tan horrible todo lo que vivimos en la colonia, que es imposible olvidarlo. La herida sigue abierta, los recuerdos siguen vivos, es un trauma que no se supera. Esta indemnización significa un empujón más para salir adelante”, indicó.
Las próximas subastas se realizarán en una fecha próxima en forma sucesiva, hasta completar el pago total de la indemnización adeudada.
En esta pasada, cada víctima recibirá aproximadamente unos $100 millones.
Junto con ello, señala Fernández, “queda pendiente la reparación de las demás victimas que también fueron dañadas por la colonia y por la ineficacia de los Estados”.