Luego que el Ejército lo liberó de la reserva de la Ley de Inteligencia, el general (r) Schafik Nazal declaró por más de dos horas y media ante la fiscalía. En su testimonio detalló paso a paso cómo se intervinieron las comunicaciones de un periodista y militares que denunciaban corrupción al interior de la institución. También detalles de las resoluciones judiciales dictadas por el ministro de la Corte de Santiago, Juan Antonio Poblete, quien de acuerdo al relato, habría elegido usar las identidades de dos supuestas agentes extranjeras indagadas en otra operación de contraespionaje, para evitar que se filtraran los verdaderos interceptados. La viga central de las respuestas de Nazal, apuntaron a que si bien se intervino al reportero, esto fue solo para conocer quien le filtraba documentos que eran vitales para los países vecinos en materia de inteligencia. “Nunca se tuvo la intención de escuchar al señor (Mauricio) Weibel para causar daño a su privacidad o sus derechos como ciudadano”, testimonió. El audio íntegro de lo declarado por Nazal ante el Ministerio Público y la transcripción completa del interrogatorio, los revela la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.
El exjefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), general (r) Schafik Nazal, declaró el pasado 24 de junio ante el fiscal Centro Norte Jaime Retamal, en la investigación por supuestas interceptaciones telefónicas ilegales a periodistas y militares que denunciaron casos de corrupción institucional.
La diligencia que se desarrolló por más de dos horas y media, tuvo una particularidad: Nazal entregó su versión liberado de la obligación de guardar secreto que impone la ley del ramo a quienes trabajan y trabajaron en la “comunidad”.
En otras palabras, podía contarlo todo; o más bien todo lo que pudiera o quisiera contar. Y la viga central de su testimonio fue una sola: no hubo espionaje ni ilegalidades, sino que se hizo lo debido para proteger la seguridad nacional.
Escuche en audio la versión completa de Schafik Nazal
Nazal detalló paso a paso cómo -de acuerdo a su versión- afectaron al Ejército las publicaciones de documentos realizadas en 2015 por el periodista Mauricio Weibel en The Clinic y la aparición del libro “Traición a la Patria” (2016) que relató el millonario fraude al fisco en caso Milico Gate, que implicó un fraude al fisco por más de US$10 millones.
El militar reveló también los pormenores de la investigación que realizó inteligencia militar sobre el caso y cómo recién en 2017 -cuando los documentos recorrían libremente la internet- se gestaron las autorizaciones judiciales decretadas por el ministro de la Corte de Santiago Juan Antonio Poblete para “pinchar” los teléfonos.
Agrega las desconocidas visitas del magistrado a la DINE, los vacíos legales para operar; lo que se conversó en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Diputados en dos oportunidades y por qué se utilizaron identidades reales de supuestas agentes extranjeras en los oficios judiciales enviados a las compañías telefónicas, responsabilizando directamente al juez Poblete de ello.
Agregó que el mencionado, fue de la idea de usar los nombres de dos ciudadanas bolivianas avecindadas en Chile que eran indagadas en otra operación de contraespionaje controlada por Poblete, con miras a evitar que fueran reconocidas por funcionarios judiciales y las compañías de comunicaciones.
Sin embargo, en la raya para la suma que Nazal le entregó a Retamal, a su abogado asesor Rodrigo Álvarez y dos funcionarios de la PDI, hay un lamento: después de tanto escuchar llamadas, aseguró, nunca encontraron al “filtrador”.
Lea la transcripción completa del interrogatorio
Computador
Después de las formalidades procesales que le informó el fiscal Retamal, Nazal inició su relato: “Sí, el director de Inteligencia del Ejército me autorizó a declarar libre de secreto con respecto a esta causa”.
Básicamente, Nazal explicó que cuando en 2015 aparecieron los primeros documentos no dirigía la DINE, pero que al año siguiente -cuando sí lo hacía- y cuando Traición a la Patria llegó a las librerías, se percató que apareció nueva documentación secreta, la que en todo caso estaba relacionada, además, con el fraude al fisco del caso Milico Gate que supera los US$ 10 millones.
“Estos documentos dan cuenta de la compra de casi 90 millones de dólares en donde se exponen la adquisición de munición de diferentes calibres, el mantenimiento de vehículos blindados, mecanizados, motorizados, entre otros, además de las capacidades del Comando Conjunto Norte, nuestra principal organización de nivel conjunto”, dijo.
Y agregó: “Lo más grave, a mí juicio, era la mención del misil “Mistral”, única arma antiaérea que tiene el Ejército de Chile para proteger su armamento blindado. A lo mejor no la compra, pero sí el mantenimiento con lo cual se divulgaba por supuesto una tremenda vulnerabilidad. Todo esto le sirve a la amenazas extranjeras, al terrorismo, al crimen organizado, al narcotráfico, como ocurre en el frente norte nacional”.
Nazal aseguró que desde su cargo inició una investigación para determinar si existían otros documentos reservados y eventualmente quiénes eran los militares que los filtraban que se inició en agosto de 2016. La búsqueda, indicó, comenzó en el Comando de Apoyo de las Fuerzas, la misma repartición donde se desenredó la madeja del Milico Gate que actualmente tiene a militares en retiro condenados por la ministra en visita Romy Rutherford.
“(…) se logra determinar parte de la filtración, y que podían tener a su vez ciertos contactos con el periodista Sr. Weibel, o directamente con el periódico The Clinic. Así se pudo determinar a través de personas cercanas al Capitán Harvey, que este se había reunido en varias oportunidades con el mismo periodista que había revelado importantes documentos reservados que hacían mención a las capacidades estratégicas y que vulneraban la seguridad nacional”, siguió Nazal.
Antes de que continuara con su relato, Nazal fue interrumpido por Retamal.
“Señor Nazal, disculpe que lo interrumpa, pero no lo estamos viendo. Ah, ahí… le agradezco. La idea es mantener contacto con usted, sin perjuicio que esté con su defensor, no hay ningún inconveniente, la idea es mantener contacto visual. Muchas gracias”, le indicó sutilmente ante la sospecha de que estaba leyendo.
“Ya, perfecto, no me había dado cuenta (…) que no estaba en pantalla”, respondió.
Retamal retrucó: “Seguramente. (…) a veces uno toca el computador y se apagan las cámaras. Muy amable. Continúe”.
Lides
Nazal dijo que los cuestionamientos a las solicitudes judiciales para interceptar teléfonos se diluyeron en dos oportunidades cuando sesionó la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Diputados, una en 2019 y otra hace pocos meses.
De acuerdo a su versión del militar en retiro, los parlamentarios acogieron íntegramente sus explicaciones, el uso de nombres de verdaderas agentes extranjeras para evitar las filtraciones de los en el sistema judicial, como también al interior de telefónicas.
Todo ocurrió, dijo, “a propia petición del ministro para evitar vulnerabilidades ya que él no tenía la confianza necesaria para que esos documentos fueran claramente reservados, y así lo manifestó en sesión secreta en la Cámara de Diputados”.
“El ministro, en uso de sus atribuciones, en más de una oportunidad acudió también a las instalaciones de DINE a controlar las diferentes operaciones en curso que él había autorizado. Junto con ello, hubo que enviar personal con acabados conocimientos técnicos a su oficina para explicar diferentes procesos de los cuales él quería estar más informado aún”, indicó.
¿Nunca?
Nazal reconoció la intercepción a Weibel, porque a su juicio había militares que mantenían contactos con él, entre ellos los denunciantes de casos de corrupción Rafael Harvey, Sergio Tudezca, entre otros.
Sin embargo, le dijo a la fiscalía, desde el fono de Weibel “no se obtuvo ninguna conversación y tampoco se efectuó o se recepcionó llamada alguna, por lo tanto no quedó acreditado que perteneciera al señor, al periodista ya identificado”.
“Las razones que llevó al suscrito a la intervención de un teléfono que se presumía del periodista Weibel (fue) determinar quiénes en el Ejército estaban entregando documentos de alta sensibilidad, que de todas maneras caían en las manos de la inteligencia adversaria, ya que se estaba publicando en fuentes abiertas de donde se nutre el 80% de la inteligencia”, precisó.
Y agregó: “Nunca se tuvo la intención de escuchar al señor Weibel para causar daño a su privacidad o sus derechos como ciudadano, como tampoco inmiscuirse en su vida privada”.
Más profundo
Una vez que Nazal terminó de entregar su versión de los hechos investigados, el fiscal Retamal inició el interrogatorio formal para auscultar sus dichos.
La primera tensión se produjo con las preguntas del comisario de la Brigada Anticorrupción de la PDI. Básicamente, el policía intentaba conocer si la DINE había elegido en especial al ministro Poblete, con miras a establecer si mantenían alguna cercanía con anterioridad.
Nazal lo negó a lo largo de su testimonio en varias ocasiones. Ni vínculos personales ni institucionales, salvo para las solicitudes investigadas, le indicó al Ministerio Público.
El fiscal Retamal lo inquirió: “Usted también hizo referencia a que, en algún momento se intervino el teléfono del periodista señor Mauricio Weibel y que el sentido de esto era identificar la forma en que se le estaba entregando información (…)”.
En su respuesta, reexplicó que en la indagatoria anterior a las resoluciones judiciales firmadas por el ministro Poblete, no existía claridad quién era el filtrador de los documentos y que por esa razón se intervinieron los teléfonos.
“(…) saber si ese teléfono era o no de la persona era también parte de la investigación. Y en ese último teléfono como manifesté no escuchamos nada. Entonces tampoco puedo ratificar si es del señor Weibel”, añadió.
El comisario presente en el interrogatorio consultó: “¿La idea entonces fue del ministro?”
Así respondió Nazal: “Claro. Nosotros hacíamos lo que el ministro nos pedía. No llevábamos la Ley de Inteligencia en el manejo, por eso la responsabilidad de llevar o no llevar la investigación o de hacerla o no hacerla es del ministro. Yo cumplo de poner los antecedentes”.
Comisario: ¿O sea que fue del ministro consignar dos ciudadanas bolivianas. ¿Y quién le dio el nombre al ministro o el ministro tenía una base de datos con esos nombres?
Nazal: “Le recuerdo que había otras investigaciones que no son del caso llevarlas acá en que esas personas son reales y están involucradas (en otra operación) (…)”.
Todo legal
Este medio consultó al abogado Mario Vargas, quien patrocina a Nazal en el caso. El profesional, al respecto, indicó: “Mi representado desde un comienzo de la investigación ha sostenido su completa inocencia, es por esto que solicitamos el Ejército de Chile el levantamiento del secreto para poder declarar y entregar al Ministerio Público todos los antecedentes para terminar con esta denuncia infundada y que afecta gravemente la honra de mi representado (…)”.
“Todos y cada uno de los antecedentes y testimonios señalan de manera indubitada que el ministro de la Corte de Santiago Sr. Juan Antonio Poblete nunca fue engañado. Muy por el contrario tenía conocimiento de todas las actividades de investigación, además destacar que todas las diligencias se hicieron con total apego a la Ley de Inteligencia”, agregó.
Vargas insistió en que tanto Poblete como Nazal Así lo han “y una serie de testigos (…) declararon ante la Comisión de Control del Sistema de Inteligencia de la Cámara de Diputados, donde todos los parlamentarios presentes pudieron conocer los hechos investigados, quedando demostrando que acá jamás existió ningún tipo de engaño”.