La madrugada de este miércoles murió el ex fiscal militar Fernando Torres Silva, quien estaba condenado a 10 años y 1 día por el homicidio calificado del ex químico de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Eugenio Berrios, delito por el cual cumplió condena en Punta Peuco.
Torres Silva falleció en el Hospital Militar a causa de un cáncer terminal, sólo días después de que el ministro en visita, Alejandro Madrid, le otorgara el beneficio carcelario de reclusión domiciliaria total, debido a su condición de salud.
La decisión de Madrid, era la primera en que un juez sustituye la pena de cárcel efectiva por reclusión domiciliaria de un condenado por crímenes de lesa humanidad, al menos en Chile.
Además, la jornada del martes, el Gobierno había emitido un indulto humanitario en favor de Torres Silva, argumentando su delicado estado salud, considerando el cáncer terminal que padecía.
En agosto de 2015, Torres Silva, conocido como “el fiscal preferido de Augusto Pinochet”, se entregó a la PDI para cumplir con la sentencia dictada en su contra por los delitos de asociación ilícita, secuestro y homicidio de Berríos, quien fue el encargado de perfeccionar armas químicas para exterminar a opositores de la dictadura cívico militar.
También, el exauditor general del Ejército está condenado como cómplice en el homicidio del dirigente sindical Tucapel Jiménez, a una pena remitida ya cumplida.