Pasada las tres de la tarde del 24 de diciembre del año 2019, sonó la alarma general de incendios del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso. El sonido alertaba de un siniestro que terminaría consumiendo cientos de viviendas y generando una tragedia en la parte alta de la ciudad puerto.

Los cerros Rocuant y San Roque se tiñeron de un tono gris anarajado. Una intensa columna de fuego y humo se podía ver desde varias partes de la ciudad, incluso desde de zonas del interior como Quilpué y Villa Alemana.

Los equipos de emergencia trabajaron intensamente para combatir las llamas que consumieron un total de 274 viviendas. 21 quedaron dañadas de manera parcial y 253 casas resultaron con pérdida total.

Luego de controlar el incendio y asegurarse que los puntos calientes ya no revestían un peligro, se comenzó con los trabajos de remoción de escombros los que duraron casi una semana.

A un año de esta emergencia, Maritza Rojas, presidenta de la Junta de Vecinos de número once del Cerro Rocuant, señaló que la reconstrucción avanza de manera muy lenta, y si bien hay una declaración de zona de catástrofe, según la dirigente, esta medida no se ha notado.

Por su parte, Marcela Yañez, vocera del Movimiento Ceniza, agrupación formada por la reconstrucción de Valparaíso, detalló que a 12 meses de la tragedia, aún falta una visión para enfrentar este tipo de emergencias.

Las autoridades han dicho que durante el primer trimestre del próximo año, se iniciarán las obras de reconstrucción de las viviendas que fueron destruidas. Faenas que serán el primer signo concreto de recuperación de las viviendas que fueron arrebatadas en cosa de minutos a familias porteñas, y que ha sido un dolor que se ha extendido por 365 días.