El jefe del Departamento de Extranjería, Álvaro Bellolio, manifestó que el tiempo para regularizar era generoso y que bajo ningún punto de vista no se pedirán las visas correspondientes.

El Servicio Jesuita a Migrantes publicó un estudio que analiza el ingreso de extranjeros en pasos no habilitados, principalmente en las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá.

La investigación plantea que, desde que aumentaron los requisitos a ciudadanos de ciertos países para ingresar a Chile, como visas, por ejemplo, efectivamente se redujo la inmigración, pero aumentó el tránsito de migrantes por pasos no habilitados.

El informe tiene como protagonistas a los ciudadanos venezolanos, que hace un par de años han buscado un resguardo en Chile y que expone a modo de ejemplo que si en 2017 nueve venezolanos entraban por pasos no habilitados, la cifra se elevó a 3.333 en 2018.

Pablo Roessler, responsable de estudios indicó que para resolver esta problemática se requiere un trabajo internacional y que las institucionalidades de los países de origen agilicen la entrega de documentos.

La nueva ley de Migraciones y Extranjería dicta 13 categorías de visas, entre ellas, de trabajo, estudio y razones humanitarias. Asimismo, establece que para ingresar al territorio deben traer la solicitud aprobada.

También decreta que quienes ingresaron antes de su promulgación, tendrá seis meses para abandonar Chile y solicitar la visa de consulados chilenos en el exterior.

El Servicio Jesuita manifestó que si bien la iniciativa tiene consideraciones positivas, los migrantes que han ingresado por pasos no habilitados, deberían poder acceder a visas y regularizar su situación dentro de Chile.

Álvaro Bellolio, jefe del Departamento de Extranjería y Migración, fue crítico con el estudio y manifestó que la nueva Ley de Migraciones sí se preocupaba de los ingresos clandestinos.

Bellolio dijo que la ley era generosa al dar seis meses de tiempo para regularizar la situación y que bajo ni un punto de vista no se pedirán las visas correspondientes.

El jefe de Extranjería definió que prometer visas a aquellos que ingresan de manera clandestina, sólo promovía la irregularidad.