El ministro de Salud, Enrique Paris, mostró este lunes un gráfico para comparar la evolución de la pandemia en Chile con la Unión Europea. La imagen y el sistema de control criollo preocupan a los expertos: "Si no son suficientes con pocos casos, con muchos casos con mayor razón no van a ser suficientes", critica uno de ellos.
Aunque la segunda ola es una realidad en regiones como Magallanes, Los Lagos y La Araucanía, las cifras de contagios diarios a nivel nacional se habían mantenido estables, en un rango superior a las mil infecciones diarias.
Eso, hasta las últimas semanas, cuando -según reconoció el propio ministro de Salud, Enrique Paris- se ha reportado un alza sostenida, empujada principalmente por un aumento de los casos en la capital que obligó su retroceso en conjunto a la Fase 2 de Transición del plan Paso a Paso.
Este lunes, por ejemplo, la región Metropolitana sobrepasó el umbral de los 500 contagios en 24 horas por primera vez desde septiembre, mientras que el domingo recién pasado se superaron los 2 mil a nivel nacional, situación que mantiene a las autoridades en alerta.
En efecto, en el balance desde La Moneda de ayer, el ministro Paris se lamentó por los indicadores, en una alocución que estuvo acompañada de un gráfico que muestra la evolución de los contagios confirmados diariamente por millón de habitantes.
“(Los casos diarios) se habían mantenido relativamente estables, pero actualmente presentan una tendencia sostenida en las últimas dos semanas, que todavía se ve pequeña en diciembre”, espetó la autoridad sanitaria.
Junto con ello, exhibió una segunda planilla, en la que se comparaba la evolución de la pandemia en Chile con la Unión Europea.
“En algún momento nosotros cruzamos las mismas cifras en septiembre y nos mantuvimos en una cifra relativamente estable entre mil y mil 500 casos”, añadió.
¿Lo preocupante? La segunda ola es peor que la primera y podría replicarse en nuestro país.
La opinión de los especialistas
La presidenta de la Sociedad de Microbiología y académica de la UNAB, Claudia Saavedra, si bien reconoce que “efectivamente tenemos menos casos que Europa en este momento, por millón de habitantes”, asevera que “hay que considerar que en Europa disminuyeron los niveles bastante más de lo que nosotros hemos logrado”.
En efecto, tal como consignó este medio a comienzos de septiembre, países como Italia, España o Alemania demoraron alrededor de 70 días en controlar la primera ola, mientras que Chile hasta el día de hoy no ha podido lograrlo (ver A 80 días del “peak” Chile aún no controla la primera ola: ¿cuánto demoraron otros países?).
“Ellos (UE) lograron bajar los contagios a muy poco, cercanos a cero diarios, mientras que nosotros no hemos logrado eso”, explica el epidemiólogo e integrante del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud, de la Universidad del Desarrollo, Manuel Nájera.
De todos modos, el especialista advierte que la comparación podría estar desvirtuada por otros factores que deben tomarse en cuenta: aunque la primera ola de la Unión Europea se ve mucho menor a la de Chile, “la capacidad de detección era mucho menor a la que tienen ahora”.
“Entonces -añade- en realidad no sabemos si es que tenían esa misma cantidad de casos o eran mucho más al principio”, considerando que el testeo en algunos países sólo se realizaba a quienes llegaban al hospital, lo que generó un subreporte.
Otro aspecto a considerar, lo analiza el infectólogo del Hospital Barros Luco y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago, Ignacio Silva.
“Con el primer peak o el primer brote en Europa o el hemisferio norte, ellos estaban entrando a sus temporadas cálidas, por lo que eso favorece mucho a las reuniones en lugares abiertos, con buena ventilación y eso es favorable para la prevención de la infección. Ellos tuvieron una situación climática más favorable, para tener menos tasa de contagio”, señaló Silva, haciendo una diferencia con la primera ola de Chile.
La alta meseta después de la primera ola
Pero el gráfico del ministro de Salud, Enrique Paris, muestra aún más. Silva, por ejemplo, agrega que “se marca bastante que en Chile no se logró frenar significativamente la tasa de contagios y se mantuvo en endemia de circulación viral permanente, que es como esta meseta de casos”.
¿Qué conclusión se puede sacar sobre esto? El especialista explica que “la distribución geográfica y climática en Chile es muy variable y cada región ha vivido distintas pandemias simultáneas o consecutivas. Entonces en invierno se concentraron todas (…) Nosotros partimos ahora con este nuevo aumento de casos con un basal más elevado”.
En esa línea, la presidenta de la Sociedad de Microbiología, Claudia Saavedra, dice que es mucho mejor analizar el R efectivo, es decir, el número promedio de contagios que puede producir una persona infectada.
Según apunta, actualmente “16 regiones tienen un R efectivo por sobre 1”, lo que a su juicio “es un reflejo directo de cómo se han ido acelerando los contagios”.
Los cuestionamientos a la gestión
Con todo, la situación chilena deja en entredicho nuestro sistema de control, según el epidemiólogo Manuel Nájera.
“Cualquier aumento exponencial de casos al que nos podemos ver enfrentado en estos tiempos, parece que nuestras herramientas de control no están siendo suficientes. Si no son suficientes con pocos casos, con muchos casos con mayor razón no van a ser suficientes”, critica.
Esto podría explicarse también -dice el infectólogo Ignacio Silva- “en parte por el factor climático y en mayor parte por las políticas de prevención. El foco que se puso en la estrategia hospitalocéntirca y con baja concentración de los esfuerzos en la prevención”.
“Esa es la gran lección que debemos aprender”, sentencia.