El ex general director de Carabineros, Mario Rozas, deberá declarar en calidad de imputado por casos de violaciones a los DDHH post estallido social. Informes internacionales, heridos oculares y una investigación de Contraloría al Alto Mando, son algunos de los coletazos que dejaron los 699 días de la era Rozas al mando de la institución.
“Quiero expresar con toda la fuerza y claridad del mundo, que tengo el mayor aprecio, admiración y gratitud por la labor que ha cumplido el general Rozas”.
Con esas palabras el presidente de la República, Sebastián Piñera agradeció el pasado jueves la gestión de Mario Rozas en su rol como director general de Carabineros, al momento de oficializar su renuncia.
Menos de una semana transcurrió desde entonces, hasta que este miércoles Radio Bío Bío develó que el exmandamás de la institución uniformada deberá declarar en calidad de imputado ante la Fiscalía, en el marco de las investigaciones por casos de lesa humanidad registrados desde el estallido social.
Con informes internacionales de la ONU, Human Rights Watch y Amnistía Internacional en contra, 2.340 querellas, 405 heridos oculares (según cifras del INDH a enero de este año) y una investigación de Contraloría al Alto Mando, el otrora número uno de Carabineros deberá dar explicaciones al ente persecutor este 30 de noviembre en la causa que lidera la fiscal regional de Valparaíso, Claudia Perivancich.
Un largo listado de hechos de violencia policial pesan sobre los 699 días que Rozas estuvo al mando de la institución. Aquí algunos de ellos.
Paliza en vivo y en directo
Mientras los hechos de violencia se repetían a lo largo de todo Chile a partir del 18 de octubre de 2019, poco a poco comenzaron a surgir denuncias por abuso de funcionarios de Carabineros.
Una de las primeras que se conoció por aquel entonces fue lo ocurrido en Plaza Ñuñoa el 21 de octubre a las 20:42, bajo toque de queda, cuando un grupo de funcionarios de FFEE golpeó brutalmente a un manifestante -identificado como Moisés Ordenes-, quien transitaba por el lugar.
Los policías arremetieron esa noche con bastones y patadas, hecho que fue transmitido en vivo por televisión abierta.
Lo ocurrido en esa oportunidad llamó la atención no sólo por lo destemplado del ataque, que dejó a la víctima con un trauma ocular cerrado izquierdo grave, trauma torácico cerrado izquierdo contuso, fracturas costales múltiples, fractura dental incisivo central izquierdo, luxación anterior del hombro izquierda reducida, fractura nasal izquierda, según la constatación de lesiones por el Hospital del Salvador, sino también porque Fiscalía descubrió que los involucrados habrían adulterado el parte policial de esa noche con el que justificaban la detención.
Violencia policial en Plaza Ñuñoa
Máxima difusión pic.twitter.com/EuvOa5scIH— Máximo Quitral (@MaxQuitral) October 21, 2019
Gatica y Campillay
En noviembre de ese año se registraron dos hechos que se convirtieron en casos emblemáticos del actuar de la policía en el estallido social.
El 8 de ese mes, el joven estudiante Gustavo Gatica sufrió sendos disparos en sus ojos que le causaron ceguera total.
Lo propio ocurriría a Fabiola Campillay 18 días después. A eso de las 20:45 del 26 de noviembre, la trabajadora se dirigía acompañada de su hermana a un paradero para tomar un bus de acercamiento a la empresa donde laburaba.
Fue entonces que una bomba lacrimógena le dio de lleno en el rostro: perdió no sólo la visión, sino también el gusto y el olfato y se vio obligada a ser sometida a varias intervenciones.
En ambos casos se formalizaron a los carabineros involucrados en los disparos y las causas siguen abiertas.
Tanto Gatica como Campillay forman parte de los 405 heridos oculares registrados desde el estallido social, según cifras a enero de este año del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
En la oportunidad, se pidió la salida de Mario Rozas, pero el Presidente Piñera decidió mantenerlo en el cargo.
Muerte en Plaza Baquedano
De manera paralela, la institución debió enfrentar una nueva querella. Esta vez, tras la muerte de Abel Acuña, manifestante que sufrió un paro cardiorrespiratorio en medio de las manifestaciones de Plaza Baquedano.
En ese entonces se acusó a Carabineros de no facilitar el trabajo de los paramédicos, quienes fueron heridos con perdigones y rociados con el carro lanzaguas mientras intentaban salvarle la vida a Acuña.
En la acción legal -presentada ante el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago- justamente se acusa que “las medidas de reanimación del equipo de salud fueron obstaculizadas por funcionarios de Carabineros de Chile, quienes procedieron a disparar perdigones, bombas lacrimógenas y chorros del carro lanza agua no solo al personal de emergencias y la Cruz Roja, sino también al propio Abel”.
“Cuando llegamos se reanimó al paciente. Se hizo lo mejor que se pudo, se pidió el móvil. No se demoró nada. Con suerte estuvimos 10 o 15 minutos, no más, y no sobrevivió por culpa de los carabineros. No le dieron chance al cabro de vivir”, relató la paramédica encargada de la reanimación, según consigna un artículo de Ciper publicado un día después del deceso.
Este hecho motivó a que diputados opositores abandonaran una sesión en el Congreso e insistieron en la destitución de Rozas y la presentación de una acusación constitucional contra Sebastián Piñera, ofensiva que finalmente fracasó.
Tortura en comisaría, atropellos y más golpizas
A los ya descritos, se suma otra serie de hechos desarrollados bajo el mando de Rozas.
En octubre de este año, por ejemplo, dos carabineros fueron enviados a prisión preventiva tras ser formalizados por torturas al interior de la 43° Comisaría de Peñalolén, en el marco del estallido social.
El ataque afectó a seis personas (dos adultos y cuatro menores de edad), que estaban detenidas tras desórdenes protagonizados el 20 de octubre de 2019.
Las víctimas fueron puestas en fila mirando a la pared, con las manos atrás, siendo golpeadas en reiteradas ocasiones, e incluso, a uno de ellos, le habrían puesto polvo lacrimógeno en el rostro, según relató la Fiscalía.
El 28 de enero de 2020, en tanto, Jorge Mora, un barrista de Colo Colo murió atropellado por un camión de Carabineros en medio de manifestaciones desarrolladas al término de un partido en el Estadio Monumental.
Un mes antes, Carabineros también estuvo involucrado en el atropello de otro manifestante, quien salvó con vida, pero quedó con una fractura en su pelvis: fue embestido y atrapado por dos carros lanzagases.
🔴 El joven atropellado por Carabineros esta tarde en Plaza Italia se encuentra estable en la exPosta Central. Sufrió una fractura de pelvis. El equipo #INDHenterreno sigue en el recinto hospitalario constatando el estado de personas heridas. pic.twitter.com/UYMesdv0XJ
— INDH Chile (@inddhh) December 21, 2019
También, en febrero de este año, Carabineros de Chile determinó la baja de siete integrantes de sus filas por la agresión sufrida por un joven de Puente Alto, hecho que fue revelado en redes sociales gracias a un registro de una cámara de seguridad.
Los involucrados correspondían a dos oficiales y cinco carabineros investigados por participar en la golpiza contra Matías Soto el pasado 29 de enero en el sector de Protectora de la Infancia, tras manifestaciones justamente protagonizadas a raíz de la muerte del hincha de Colo Colo antes señalado.
El joven de 18 años resultó con fractura costal y contusiones múltiples.
Pío Nono y la gota que rebasó el vaso
Así las cosas, el 2 de octubre de este año, la figura de Rozas volvió a tomarse la agenda pública, luego de que un carabinero causara la caída de un manifestante a las aguas del Río Mapocho.
El caso en Pío Nono una vez más motivó a que varios sectores políticos pidieran la salida del entonces general director de Carabineros.
Pese a ello, y a que el carabinero involucrado enfrenta actualmente una investigación por homicidio frustrado, el Presidente Sebastián Piñera decidió nuevamente mantenerlo en su cargo.
Eso, hasta que el miércoles recién pasado dos uniformados abrieran fuego y balearan a dos menores en un hogar dependiente del Sename en Talcahuano.
Ese mismo día, el Mandatario no asistió a una reunión con Rozas y horas después se oficializó la renuncia del “número uno” de la policía.
Durante la gestión de Rozas, tres ministros del Interior debieron abandonar sus cargos por hechos asociados a violaciones a derechos humanos: Andrés Chadwick, Gonzalo Blumel y Víctor Pérez. Sólo el primero de ellos perdió la acusación constitucional presentada en su contra, pero cuando ya había abandonado el cargo. Blumel, por el contrario, no sufrió juicio político alguno, mientras que Pérez salió victorioso en el Senado.
Lo ocurrido post estallido también apresuró una modernización a Carabineros, reforma que hasta hoy no se ha concretado.