A 32 años del Plebiscito de 1988, de una tensa noche, que marcó a las tres décadas que le sucedieron, el exsubsecretario del Interior de la dictadura militar, Alberto Cardemil, quien como el mismo afirma, fue una especie de "notario" de los resultados que consolidaron el triunfo del NO esa jornada, traducidos en un portazo para Augusto Pinochet, su jefe, vuelve a rememorar, en conversación con BiobioChile, lo ocurrido en el hito que terminó con el régimen militar en Chile.

Cardemil revive, compara y precisa que lo de antes, pese a estar en dictadura, fue mejor que el proceso electoral de este domingo, en que se enfrentan dos opciones constituyentes.

“El Plebiscito del 1988 era muy emotivo, emocionalmente muy jugado, con franjas de propaganda muy bien hechas y muy marcadas, que definieron el voto. Fue absolutamente limpio, pese a las tensiones propias de la época, sin violencia, no faltó ningún voto. Eso tenía que ver con la nitidez de las alternativas. Todos sabían lo que significaba votar SÍ y lo que significaba votar NO. Eso dio tranquilidad, había un itinerario, en ambas opciones”, afirma.

Distante para Cardemil de lo que se observa ahora.

“Hoy esa claridad entre las alternativas no existe, nadie sabe bien qué significa el Apruebo, el Rechazo, la Convención Mixta o Constitucional. Los políticos no han sido capaces de explicar las opciones”, explica.

Facebook | Alberto Cardemil

Expresidente de Renovación Nacional, exdiputado del mismo partido, hoy Cardemil es asesor en la Seremi de Hacienda del Maule y asegura que no quiere volver a tener un rol activo en política, aunque deja una ventana abierta, que confirma al final de esta entrevista.

Hoy, a un día del Plebiscito Constitucional, que se definirá entre el Apruebo y el Rechazo, las comparaciones han salido a flote entre el pasado y el presente y Cardemil lo sabe e incluso vuelve a responder sobre las críticas a la demora en la entrega de los resultados en 1988, algo que todavía es fuente de teorías conspirativas.

“Si no se reconocía, hubiera sido un Golpe de Estado”, resume Cardemil sobre la noche del 5 de octubre del 88.

“Fui testigo de fe”

-Hace 32 años era subsecretario de Interior, ¿Cómo se preparó el Plebiscito de 1988?
Se preparó a prueba de cualquier intento de trampa, porque el padrón electoral era impecable. La elección fue por votación a boca de urna, limpia, estaban todos los medios, los comandos podían llevar sus cómputos, la ley electoral que regía, incluso más certera que ahora, porque las modificaciones la han hecho más incierta, insegura, por este padrón inflado que tenemos de inscripción automática. Hubo propaganda muy importante, absoluta claridad en su resultado, que fue reconocido. En ese momento, el subsecretario del Interior tenía un rol importante porque era el notario del Plebiscito, cuando estaban los resultados tenía que poner la firma, ganara el SÍ o el NO. Eso ha cambiado, hay un Servel con mucha más autonomía y poder, va dando los resultados.

-Pero, bajo ese rol, en la noche, cuando hubo críticas por el retraso del resultado, usted era la cara de esos cuestionamientos…
Entiendo las críticas, había tensión, pero uno tuvo que cumplir con su misión. Era ministro de fe y vi los resultados cuando estaban. Todos los números importantes, decisivos de los votos, los resultados preliminares eran con muy pocas mesas, eso me preocupó. Por lo tanto, los di cuando estaban todas las mesas y el resultado oficial, el que tenía que dar. Podía haberme hecho famoso dando informalmente a la prensa el resultado, que todos sabían, pero no era esa la idea. Era funcionario público y tenía que cumplir con mi obligación de ministro de fe, de notario.

-No obstante, igual se demoró…
La historia es conocida, el Presidente de la República, el general Pinochet, no era cualquier candidato a la Presidencia, era el candidato de la Junta de Gobierno sujeto a la aprobación plebiscitaria y el pueblo le dijo que no. Así que el Presidente me pidió informar primero a los miembros de la Junta, en una reunión en que no estuve, que se demoró un par de horas y eso retardó un par de horas los resultados, en los que no faltó ningún voto. Inició y abrió una transición ejemplar, aunque algunos hoy renieguen de ella, le dio a Chile prosperidad. Eso fue lo que se hizo esa noche, de una manera que honra al Gobierno Militar.

-Pero, igual fue de mucha tensión para usted…
Cómo no iba a haber tensión, claro que sí, pero los funcionarios públicos estamos para soportar tensiones y hacer las cosas como corresponde, con calma y corrección.

¿Arrepentido?

-¿Le hubiera gustado no estar en ese cargo esa noche?
Uno tiene que asumir los cargos que tiene que tener y hacerlo lo mejor posible. Lo que hice ese día, en conciencia del punto de vista que mi rol estuvo bien hecho y lo volvería a hacer. Había que ponerle la firma a una derrota de la Junta de Gobierno, que abría un proceso de transición, perfectamente libre, tenía esa seguridad. Había que hacerlo y entregar el poder de acuerdo a lo que la Constitución mandaba. Lo mejor que hizo el Gobierno Militar, en materia de Plebiscito, fue dar alternativas precisas y nítidas.

-Pero, quiéralo o no usted fue el rostro de los resultados y las críticas esa noche…
Después de ser subsecretario del Interior fui candidato a diputado 5 veces y candidato a senador una vez, a cara descubierta, con la gente y en terreno. Fui electo con las más grandes mayorías, así que la gente tiene muy claro si fui o no un monstruo. La gente sabe cuando se actúa de buena fe o no, lo demás son críticas que hay que escucharlas, pero dudo que se haya podido manejar el tema mejor de lo que se hizo esa noche. No veo cómo.

-Se ha dicho mucho de la reunión que hubo esa noche en La Moneda, de los comandantes en jefe con el general Pinochet.
Estuve con el auto funcionando y con la carpeta bajo el brazo, muy impaciente, como todo el mundo, de partir luego desde La Moneda al Diego Portales, a dar los resultados, que, en ese momento, los tenía hace dos horas. No estuve en esa reunión de los comandantes en jefe, pero me he enterado después por versiones. Básicamente se hizo lo que corresponde, respaldar la vida institucional que se abría.

-Claro, pero igual fue clave la declaración del general Fernando Matthei, quien reconoció el triunfo del NO, antes de entrar a esa reunión.
Sí, pero él era uno de los electores del candidato que perdió, así que tenía todo el derecho de hacerla cuando llegó a La Moneda, en eso no hay problema, al revés, creo que ayudó a bajar la tensión. Había conversado minutos antes con don Sergio Onofre Jarpa, con quien tenía una gran amistad y aprecio. Le había contado y él se estaba yendo a un programa de televisión. Le dije ‘don Sergio el Plebiscito se perdió y yo estoy esperando la reunión de los comandantes en jefes para ir a dar los resultados’. Entonces, él sabía, al igual que el embajador de Chile en USA o en el Vaticano, que igual me habían llamado.

-Entonces, como usted dice habían varios que lo sabían, incluso Sergio Onofre Jarpa, quien iba a un programa de TV y hasta pudo haberlo dicho al aire…
El no era subsecretario del Interior, pero él pudo decir: ‘yo sé que en los resultados ganó el NO y que el Gobierno va a reconocer esto en un momento más, porque en este momento se está desarrollando la reunión de los comandantes en jefe, en que el candidato perdedor le está informando a sus electores’.

-Pero, si se hubiera decidido otra cosa en ese reunión no estaríamos hablando de esto ahora, ¿o no?
Eso habría sido un golpe de Estado, desconocer los resultados de un Plebiscito limpio, claro, transparente, habría significado un golpe de Estado, una mentira, un fraude electoral, por lo tanto, otro gobierno de hecho. Pero que quede claro, nunca oí a algún comandante en jefe o a funcionarios o miembros del Ejército la idea peregrina. A nadie se le pasó por la mente desconocer los resultados del Plebiscito, era imposible. El sistema estaba hecho para no hacer eso.

-Sin embargo, durante esa reunión ¿se colocó encima de la mesa la idea de no reconocer los resultados, o no?
No, no lo he oído nunca, hay versiones claras. Nadie planteó eso. Lo que entiendo es que el ministro del Interior dijo que el SÍ había perdido, sacando una gran cantidad de votos y que eso, en el peor momento del Gobierno Militar, era importante de tener en cuenta. Eso es cierto. A mí, me gustaría eso mismo ahora, que si pierde el Rechazo, pierda con una gran cantidad de votos. Ese es un objetivo, porque eso produce un efecto de moderación, una imposibilidad de pasa la máquina. No es aquí la posibilidad de instaurar un Estado bolivariano, O’higginiano o del Frente Patriótico Manuel Rodríguez o del Frente Amplio. No, cuidado, este es un estado democrático que tiene una historia constitucional desde el año 1828.

Plebiscito actual y futuro político

-Más allá de las opciones que se juegan, ¿Cuáles son sus expectativas para el Plebiscito de este domingo?
Es un punto importante en la historia política, sea cuales sean las aprehensiones que uno tenga de como se llegó a este plebiscito. No hay muchos en Chile. Hay que afrontarlo en la forma más expedita, limpia y eficiente posible. Espero que funcione, ¿sobre la participación?, es una pregunta abierta, el voto es voluntario, los temores de la pandemia, sobre todo en regiones con una situación delicada, son reales. Creo que ese punto, sobre todo en la constitución de mesa, porque la participación más riesgosa es la de vocales. Conociendo a los chilenos, creo que pasado mañana se van a levantar y van a tomar su decisión, dependiendo de lo que vayan viendo de la normalidad del día. Espero que no vote menos gente que en la última elección presidencial.

-¿Políticamente se mantiene activo?, su domicilio siempre ha sido RN
Como expresidente de mi partido, tengo un espacio en la comisión política y un asiento permanente. Estoy muy dolido y afectado por la situación que hay hoy, en que hay voces de Apruebo y Rechazo que, a veces, confunden. Una dirigencia que está por el Apruebo, en su mayoría, y una militancia que está por el Rechazo y eso preocupa, porque se ha generado una división. Espero que al día siguiente del Plebiscito, se haga un ejercicio de unión, no sólo en RN sino que en todo Chile Vamos, porque estamos viviendo una crisis política.

-¿Tendrá un rol más activo, en lo que se viene?
Me han planteado mucho, en mi Región del Maule o en Santiago y Providencia, si gana el Apruebo, que sea candidato a convencional, pero mi respuesta es que estoy por el Rechazo y no puedo estar con doble sombrero. Si estoy por el Rechazo, no quiero que haya convención, así que no voy a andar candidateando a convenciones. Pero, ahí hay que ver dos cosas, lo convencionales de la centro derecha tienen que tener ciertas características. Tienen que tener votos, tengo mis años, he sido diputado, la gente tiene críticas con los políticos, sobre todo de la transición, por lo tanto, hay que ver si hay respaldo. Mi partido y Chile Vamos dice que lo hay. También, hay que tener ideas claras y experiencia y conocimiento constitucional, eso yo lo tengo.

Sí o No, Apruebo o Rechazo, antes con lápiz mina, hoy con lápiz pasta azul, alcohol gel y mascarilla, uno con resultado conocido y el otro con una historia constitucional por escribir.