La trazabilidad se ha vuelto una de las principales medidas para evitar la diseminación del Covid-19. Por tanto, lo más efectivo para parar los contagios es realizar un seguimiento de los infectados, los posibles contagiados y sus contactos estrechos. Para tales efectos, en Chile el Ministerio de Salud posee un equipo que se encarga de la trazabilidad.
Dicho equipo se divide en dos: por un lado existe un grupo que fiscaliza los casos en terreno, mientras que otro grupo se encarga de contactarlos por teléfono. Sin embargo, hasta la semana pasada, este segundo grupo era conformado por alrededor de 80 personas, según consignó El Mercurio.
Lo anterior hacía imposible trazar completamente, por ejemplo, los 3.695 casos anotados durante el viernes. Este lunes la situación se volvió aún más crítica, llegando a los 5.471 casos.
El secretario técnico del Colegio Médico, Cristóbal Cuadrado, sostiene que la trazabilidad es lo más importante de todo. “Si no se logra que las personas que son casos o contactos se estén quedando en las casas, se está condenando al fracaso”, señaló al matutino.
En ese sentido, Salud contrató el viernes a 800 personas con motivo de reforzar los equipos de trazabilidad. Las nuevas contrataciones fueron capacitadas durante el fin de semana y ya se encuentran trabajando. Sin embargo, a pesar de que se aumentó la capacidad casi 10 veces, aún seguirá siendo insuficiente.
Para el ministro Mañalich, la trazabilidad “siempre ha sido una cosa estratégica fundamental y ha funcionado muy bien en las otras regiones que han tenido cuarentena. El problema de la región Metropolitana es que el nivel de personas de las que estamos hablando es de otra dimensión”.
“Si hay 20 mil personas activas que seguir, y estas personas en promedio tienen contacto estrecho con 10 personas, estamos hablando de dar seguimiento a 200 mil casos, y nuestro alcance en la realidad alcanzaba al 30%. Y ahora estamos llegando al 60%”, aseguró.
Al respecto, Cuadrado señala que es preocupante que falte capacidad para trazar el otro 40% de las personas. En comparación a la labor de países como Estados Unidos o Nueva Zelanda, señala que “Chile necesitaría alrededor de 3.000 personas para trazabilidad”.
Por su parte, el director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Héctor Sánchez, indica que “se ha demorado mucho y no lo entiendo. Es una contratación que debería haber sido hecha hace muchos días”.
Mientras tanto, el máster en Salud Pública, Juan Carlos Said, asegura que “es una excelente iniciativa sumar rastreadores, aunque puede que se queden cortos y se necesite aumentar la cantidad de personas”.
Además, sostiene que “es importante que se pongan metas para encontrar a los contactos en un tiempo prudente, como se hizo en Nueva Zelandia, que se puso como meta ubicar al 80% de los contactos de los pacientes enfermos dentro de los primeros dos días en el que fue diagnosticado, y eso permitió el éxito en controlar la pandemia”.
Al respecto el ministro Jaime Mañalich aseguró que se reclutará a “toda gente que sea necesaria. La cuarentena no puede terminar sin tener este dispositivo al 100%. Son muchos casos en Santiago y el esfuerzo del confinamiento produce tanto sufrimiento que debemos hacer todo el trabajo y no volver atrás”.