Esta mañana, la directora nacional del Servicio Nacional de Menores (Sename), Susana Tonda, anunció la presentación de su renuncia a su cargo afirmando que no cuenta con la confianza del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín, tras el polémico convenio con la ANI y una funcionaria investigada por violación, abuso sexual y explotación infantil.
En un correo difundido al interior de la institución, Tonda señala que “dado los acontecimientos de los últimos días, me ha quedado claro que no cuento con la confianza de mi jefatura directa, lo cual es imprescindible para ejercer un cargo como éste, más aún considerando los tremendos desafíos en los que estamos empeñados”.
Minutos después que se conociera el documento, el organismo confirmó la renuncia de Susana Tonda, a través de un comunicado, donde detallan que el cargo será asumido por la actual jefa del Departamento Jurídico del Sename, Denisse Díaz.
Los acontecimientos recientes que señala la ahora exdirectora guardan relación, en primer lugar, con el convenio anunciado hace unas semanas entre el Sename y la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), el cual buscaba facilitar el acceso a la información del servicio.
Dicho acuerdo resultó fuertemente criticado por distintos sectores, incluida la Defensoría de la Niñez, por lo que unos días después, el Ministerio de Justicia anunció que resolvió dejar sin efecto el polémico convenio, “con el objeto de velar por el resguardo absoluto de datos sensibles del servicio”.
En segundo lugar, se encuentra la investigación que lleva adelante la Fiscalía, luego que la directora de una residencia colaboradora del Sename, ubicado en Hualpén, fuera acusada de violación, abuso sexual agravado y explotación sexual infantil.
Lo anterior habría sido perpetrado contra dos menores de 8 y 6 años, quienes estuvieron en el recinto desde 2014 hasta octubre del año pasado.
Finalmente, en la carta enviada por Tonda al interior del organismo, también indica que “entiendo que es posible tener opiniones técnicas distintas, incluso cometer errores, pero dudar, o insinuar una duda pública por pequeña que sea, respecto a la intención de la búsqueda permanente del bien superior de los niños y niñas, sencillamente no me ha sido posible aceptar”.