Este mediodía el presidente Sebastián Piñera concretó el cambio de gabinete que anunció el pasado fin de semana, como respuesta al estallido social que provocó la crisis más grave que ha enfrentado en sus dos periodos frente a La Moneda.
Los cambios fueron profundos y la principal salida fue la de Andrés Chadwick, ministro del Interior fuertemente cuestionado por el actuar policial y de las Fuerzas Armadas durante el estado de emergencia y toque de queda que se decretó en gran parte del país.
El nombramiento del nuevo equipo ministerial estaba siendo esperado desde la semana pasada, a raíz del estallido social y las presiones de la oposición y al interior del propio oficialismo. Y fue un cambio amplio, tal como se esperaba: un total de ocho ministerios cambiaron de timón.
“Este equipo tendrà la misión de escuchar y abrir diálogo hacia un Chile más justo”, señaló antes de empezar el Mandatario en sus redes sociales.
Cuando todo estaba preparado, hubo un cambio de último minuto. El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, tomó la carpeta con los decretos y volvió hacia las oficinas de Palacio, donde se habría cambiado el nombramiento que tenía planeado para Felipe Ward en Interior -hasta hoy en Bienes Nacionales- y optó finalmente por Gonzalo Blumel -que estaba en Segpres- para encabezar el gabinete.
Así, pese a que durante la mañana estaba impreso el decreto para su nombramiento, no pasó. Probablemente influyó una entrevista que concedió a The Clinic en 2013, y que se viralizó durante las últimas horas, donde señaló que “los DDHH son una especie de cajero automático que usa la izquierda para sacar plata”. Finalmente se hizo un enroque, donde Ward pasó a Segpres.
En tanto, la novedad entre todos los cambios fue Julio Isamit, el líder estudiantil de la revolución pingüina de 2006, quien asumió el lugar de Ward en el Ministerio de Bienes Nacionales.
Por su parte, lo propio ocurrió con quien hasta hoy era Subsecretaria de Previsión Social, María José Zaldívar, que llegó para hacerse cargo del Ministerio del Trabajo, en desmedro de Nicolás Monckeberg.
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Con todo, el Gobierno en definitiva decidió realizar modificaciones en carteras centrales como Interior, Hacienda, Economía, Segpres, Segegob y Trabajo.
En concreto, además de Chadwick, salieron efectivamente del gabinete Felipe Larraín, Juan Andrés Fontaine y Nicolás Monckeberg. Los dos primeros altamente cuestionados previo al estallido social por sus dichos llamando a comprar flores por su baja en el IPC, en el primer caso, y la sugerencia de levantarse más temprano ante el alza del Metro, en el segundo.
Tras los cambios, las miradas se posaron sobre los “sobrevivientes” al terremoto que sacudió al gabinete: la ministra de Educación, Marcela Cubillos; el ministro de Salud, Jaime Mañalich; y la titular de Transportes, Gloria Hutt, pese a que en principio se mostró reacia a anular el alza en el Metro que acabó desencadenando el estallido social desde Santiago hacia todo el país.
Sin contar además el enroque de Cecilia Pérez, de vocería a deportes, y la continuidad de Rodrigo Ubilla en la Subsecretaría del Interior.