El Gobierno logró aprobar la idea de legislar el proyecto de reforma al sistema de pensiones, con votos de la Democracia Cristiana (DC) y el Partido Radical (PR).
La reforma al sistema de pensiones logró avanzar en la Cámara de Diputados, luego que por 84 votos a favor, 64 en contra y dos abstenciones, la Sala aprobara la idea de legislar, dando un respiro al Gobierno y generando una fuerte tensión en la oposición.
Tal como había adelantado el ministro del Trabajo Nicolás Monckeberg el miércoles, el Gobierno se allanó a que el 4% de cotización adicional con cargo al empleador sea administrado por un ente estatal, autónomo y único.
“Lo que nosotros hemos dicho es que va a haber un ente público nuevo y único que va a estar a cargo del tema. La forma precisa en que esto va a ser la tenemos que analizar, discutir y luego la plantearemos, pero esa es nuestra decisión”, manifestó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien dijo que no se tratará de una AFP estatal.
Los votos de la DC y el PR generaron molestia en la oposición, a pesar de que el diputado de la falange, Gabriel Silber, aseveró que no haber respaldado la aprobación de la idea de legislar hubiese sido “un disparo a los pies desde el punto de vista político”.
“Es lamentable que el Partido Radical y la Democracia Cristiana hayan sido parte de una cocina, yo no lo puedo calificar de otra forma. Se desmarca del acuerdo que habíamos tratado de impulsar dentro de la oposición”, criticó la diputada comunista Karol Cariola, haciendo alusión a las negociaciones del PR y la DC con el Gobierno.
Más tarde las diputadas Maite Orsini y Gael Yeomans del Frente Amplio anunciaron su intención de que en la Comisión de Trabajo se separe el proyecto entre el pilar solidario y el incremento a la cotización.
Ascencio vs. Soto
La posibilidad de separar el proyecto de facto depende de la mayoría de los diputados en la comisión de Trabajo y de la presidencia de la instancia. Por lo tanto, el escenario cambió radicalmente poco después, cuando se conoció que el líder de la bancada de la DC, Gabriel Ascencio, decidió sacar de la comisión a su presidente, el diputado Raúl Soto, de su propio partido.
Esto luego que Soto planteara que el Gobierno “pirquineó” votos para conseguir el respaldo a la idea de legislar el proyecto de pensiones.
“Cuando él acusa a los diputados de la bancada de haber sido pirquineados, o sea, de haber sido cooptados por el Gobierno, pasando algo a cambio de sus votos, eso es una ofensa muy grave a todos los diputados”, afirmó Ascencio.
“Si once diputados de la bancada tienen una posición respecto a un tema tan importante como el proyecto previsional y sólo dos tienen una visión parecida al presidente, lo que nosotros necesitamos en esa comisión es tener a alguien que represente a la mayoría de los diputados”, agregó.
En tanto, Raúl Soto declaró que la decisión de su compañero le pareció totalmente “antidemocrática” y que la situación en realidad está a su favor, porque de acuerdo a la normativa -según declaró- el jefe de bancada no tiene la facultad para remover al presidente de la comisión.
“Yo voy a insistir en ese argumento, vamos a impugnar esta declaración antojadiza“, detalló, esperando contar con apoyo en esta acción.
De no prosperar la idea de Soto, la comisión la presidirá el diputado Gabriel Silber, quien a diferencia de él, votó alineado con el Gobierno.
Pero más allá de la crisis en la oposición el Gobierno saca cuentas alegres. Fue el propio presidente Sebastián Piñera quien valoró la aprobación de la idea de legislar el proyecto de pensiones y destacó que en régimen la iniciativa representa un esfuerzo fiscal de 3 mil 500 millones de dólares.
El Gobierno ha dicho que, si se aprueba este proyecto de aquí a septiembre, a más tardar en enero podría haber un aumento de 14 mil pesos para aquellos que perciben las pensiones básicas solidarias. Cerca de un millón 800 mil personas son las que reciben estos montos de sus jubilaciones.