Este lunes comienza la asamblea de obispos en Punta de Tralca, siendo uno de los temas que esperan discutir el proyecto de ley que se encuentra en el Congreso y que establece la obligación por parte de los religiosos de denunciar ante la justicia sobre los casos de abuso sexual a menores, sin excluir en esa obligación el secreto de confesión.

Esto porque el asunto ha generado polémica y ha sido cuestionado por los sacerdotes, quienes defienden la confidencialidad de los datos que son entregados bajo esa figura.

De hecho, el secretario Feneral de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos, dijo en La Tercera que “no hay legislación en el mundo que haya pasado a llevar este principio”.

Sin embargo, Australia ya lo aplicó en al menos tres de sus ocho estados, donde también el asunto generó molestia entre los religiosos, que se niegan a acatarlo.

El obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, también defiende el secreto de confesión, tal como ocurre con el secreto profesional, ya que consideró que se deben buscar otras alternativas.

El vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Chile, Helmut Kramer, acusó desinformación de los obispos y enfatizó que -a juicio de las víctimas- el secreto de confesión es uno de los eslabones del encubrimiento en la Iglesia Católica.

En los próximos días, se espera que la Conferencia Episcopal firme el convenio de colaboración con la Fiscalía Nacional en materia de delitos sexuales.