Los Legionarios de Cristo pidieron perdón por los abusos sexuales cometidos por John O’Reilly, quien fue suspendido del ministerio sacerdotal y condenado a alejarse de por vida de menores de edad.
El Vaticano prohibió al sacerdote John O’Reilly ejercer el sacerdocio por 10 años y además le ordenó permanecer para siempre fuera de América Latina, luego de ser declarado culpable de abuso sexual a menores.
La información la dio a conocer la Congregación para la Doctrina de la Fe a través del director general de los Legionarios de Cristo, quienes notificaron al aludido sacerdote la resolución de los jueces del Supremo Tribunal Apostólico en su contra.
Las penas que le fueron impuestas por haberlo encontrado culpable de abuso sexual contra una persona menor de edad son: la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal por diez años, la obligación perpetua de fijar residencia fuera de América Latina y la prohibición perpetua de contacto voluntario con menores de edad.
“Como Congregación, estos hechos nos provocan profundo dolor y volvemos a pedir perdón por el sufrimiento causado. Conscientes del compromiso que tenemos como Iglesia, y por nuestra historia institucional, estamos firmemente comprometidos con el cuidado y la protección de cada uno de los niños y jóvenes que participan en nuestras actividades”, indicaron desde la agrupación a través de un comunicado.
La sentencia fue valorada por la familia de las víctimas, que la catalogaron como severa. Así lo manifestó el abogado José Ignacio Escobar, quien, sin embargo, consideró impresentable que primero no se notificara a los denunciantes.
“La familia no sólo estaba diciendo la verdad, sino que no había ningún tipo de persecución ni ganancia secundaria. En concepto de la familia (la sentencia) es severa”, señaló.
“La segunda cosa, impresentable a nuestro juicio, en que la congregación ha dado a conocer el fallo, un mínimo de empatía imponía la obligación de dárselo a conocer primero a las víctimas”, lamentó.
El vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Chile, Helmut Kramer, dijo que estos son castigos a medias, que no se hacen cargo de la reparación a las víctimas de O’Reilly.
“Son castigos entre comillas, porque son 10 años viviendo en residencias de lujo, no vemos que sea un castigo real”, aseguró Kramer, apuntando a que no existe un acto de reparación real.
Por su parte, el vocero de los Legionarios de Cristo en Roma, Aaron Smith, ofreció perdón a las víctimas de abusos cometidos por integrantes de esa congregación, asegurando que está consciente que no es suficiente.
Por eso es que sostuvo que la mejor contribución es la actuación inmediata y la colaboración con la justicia canónica y civil, además del acompañamiento a las personas abusadas.
“Pedir perdón, soy consciente que esta petición de perdón no basta, la mejor respuesta y la mejor petición de perdón viene a través de nuestro compromiso firme en la prevención de abusos, en una actuación inmediata cuando haya una acusación, también una colaboración con las autoridades civiles y eclesiásticas”, señaló.
La sentencia se conoce mientras O´Reilly se encuentra residiendo en Roma, luego de que debiera abandonar Chile tras cumplir la pena de 4 años de libertad vigilada concluida el 10 de diciembre pasado, en el proceso de la justicia chilena que lo encontró culpable de abuso sexual contra un menor en 2014.
Paralelamente, el Papa emérito, Benedicto XVI, abordó la crisis de la iglesia por los abusos sexuales, en un texto de 18 páginas, en el que se refirió a la situación actual.
En dicho texto, atribuye los abusos en la iglesia a la revolución sexual de los años sesenta y culpa a “una justicia garantista” con los sacerdotes, parte de su impunidad y de la falta de castigos más severos durante años.
Para el experto en la historia de la iglesia, Marcial Sánchez, es un aporte desde el punto de vista teológico, pero que no marcará pautas respecto de la situación completa de los abusos sexuales.
“Si lo miro desde un punto de vista teológico, es un aporte. Si yo lo miro a la luz de todos los abusos sexuales que se están cometiendo, solamente es un apéndice”, sentenció.
“No marca pauta, porque él sigue buscando causas y es interesante que se busquen las causas, pero también es interesante porque Benedicto lo sitúa en la época del 68, cuando se produce Vaticano II y en donde se discute la posibilidad que los sacerdotes puedan casarse. Eso se desecha al final y eso probablemente podría haber ayudado a haber evitado algunos abusos”, estimó.
Mientras, el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, se encuentra en Paraguay en un encuentro de “Pastores y políticos” convocado por la pontificia comisión para América Latina, donde está acompañado del arzobispo emérito de Santiago, Ricardo Ezzati.