Una década después del nacimiento de Unasur, los países sudamericanos se reúnen este viernes en Santiago para ponerle lápida a este bloque y echar a andar una nueva organización regional afín a la derecha que impera en la región.
Impulsado por el presidente Sebastián Piñera y su par de Colombia, Iván Duque, este nuevo bloque surge en medio del auge de los gobiernos conservadores de la región y la inactividad en la que entró la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que nació hace más de 10 años, en plena época de oro de los gobiernos de izquierda en la región.
“Nuestra intención hoy es avanzar en la integración sudamericana”, adelantó el mandatario colombiano, que este jueves realizó una visita oficial a Chile, previa a la reunión de mandatarios de este viernes, en la que se pretende crear un nuevo organismo llamado inicialmente Foro para el Progreso (Prosur).
“Es una herramienta de cooperación, de diálogo sin ideologización alguna, pensando en la defensa de la democracia, en la integración económica y en agendas compartidas con una estructura liviana sin burocracia”, agregó el mandatario colombiano, tras reunirse con Piñera en La Moneda.
Para este último, por su parte, lo que se busca es que “América del Sur tenga un foro, una instancia donde poder juntarnos, dialogar, colaborar, compartir ideas, buscar acuerdos que nos permitan acelerar avances en tantos frentes y que nos permita que la voz de América del Sur sea escuchada con más fuerza”.
Pero pese a los esfuerzos iniciales por plantearlo como un foro “sin ideologías”, lo cierto es que al Prosur adhieren inicialmente la mayoría de los gobiernos conservadores de la región, unidos hoy también en sus críticas al gobierno venezolano del socialista Nicolás Maduro, al que califican de ilegítimo.
Uruguay ve con cautela la iniciativa, mientras que Bolivia sigue defendiendo la existencia de la Unasur.
A su arribo a Santiago -la tarde de este jueves- el presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, dijo que intentará junto a los demás presidentes sudamericanos “sellar el final de Unasur”.
“Toda América Latina pide unirse por la democracia, libertad y prosperidad”, agregó el mandatario, en una declaración efectuada en el aeropuerto de Santiago.
Grupo más ligero
Inicialmente, el nuevo foro ha sido planteado como una estructura más ligera, sin sede permanente ni secretariado, con una estructura similar a la exitosa experiencia a nivel comercial de la Alianza del Pacífico, integrada por Chile, México, Perú y Colombia.
Al foro de este viernes, asistirán los mandatarios de Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, no viajará a Santiago, y en su reemplazo envió al vicecanciller Ariel Bergamino. Evo Morales tampoco asistiría al encuentro.
Juan Guaidó, jefe del Parlamento venezolano y autoproclamado presidente encargado de Venezuela -reconocido por 50 países-, fue invitado también a la reunión, pero no viajará a Santiago.
Esta iniciativa regional surge un año después de que Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú suspendieran sus actividades en la Unasur debido a la falta de consenso para nombrar a un nuevo secretario general.
La semana pasada, Ecuador anunció su retiro de la organización y pidió la devolución del edificio que alberga a la secretaría general en las afueras de Quito. Con esta decisión, Unasur, que en principio estaba integrado por 12 naciones, quedó reducido a cinco: Bolivia, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Militares venezolanos desertores llegarían a Chile
Previo a la cumbre, los presidentes Piñera y Duque dialogaron sobre la crisis en Venezuela en una reunión oficial en La Moneda.
“En el caso de Venezuela se acabó el tiempo de las posiciones ambiguas o las posiciones débiles, y llegó el tiempo de hablar fuerte y claro de lo que Venezuela necesita”, aseveró Piñera en una declaración conjunta con Duque leída tras la reunión.
Piñera y Duque coincidieron en utilizar “todos los instrumentos pacíficos y dentro del Estado de derecho” para buscar “sin ideologías y sin burocracias” una salida a la crisis política, económica y social que vive Venezuela, y que forzó a cerca de 3 millones de venezolanos a migrar de su país.
El presidente colombiano aprovechó para “rechazar” la detención en Caracas por parte de las fuerzas de seguridad gubernamentales de Roberto Marrero, principal colaborador de Juan Guaidó, reconocido por 50 países como presidente interino de Venezuela.
Duque destacó además la intención de Piñera de “recibir migrantes que vienen de las fuerzas militares” venezolanas, que decidieron desertar hace dos semanas en medio de violentos enfrentamientos cuando Guaidó intentó ingresar ayuda humanitaria a Venezuela desde Colombia.
Piñera no confirmó ni negó lo dicho por Duque durante su discurso. No obstante, desde La Moneda aseguraron que lo adelantado por el mandatario colombiano se enmarca en las visas especiales que tiene nuestro país de acuerdo a su nueva política migratoria.
Venezuela acusa a Piñera y Duque de “sumisión” ante EEUU
El gobierno de Nicolás Maduro rechazó las declaraciones de ambos presidentes, al considerarlas un gesto de “sumisión” ante Estados Unidos.
“Una vez más queda en evidencia la antidiplomacia, el irrespeto y la sumisión a los dictámenes de los Estados Unidos por parte de dos empresarios que defienden sus intereses económicos particulares por encima de los pueblos de Colombia y Chile”, expresó la cancillería venezolana en un comunicado.
Maduro suele acusar a Washington de encabezar una conspiración para derrocarlo con el apoyo de Colombia y otros países de la región.