El 6 de noviembre pasado, cinco integrantes de la embarcación peruana “Virgencita del Buen Pastor” fueron interceptados por la Armada chilena con cinco toneladas de tiburón Azulejo pescados, ilegalmente, dentro de la Zona Económica Exclusiva de Chile.
Cinco días después, otra embarcación peruana, de igual nombre, fue decomisada con 11 toneladas de tiburón Azulejo.
En lo que va del año, 16 embarcaciones peruanas han sido incautadas, por la Armada de Chile, pescando tiburones en aguas de jurisdicción chilena.
Sin embargo, lo anterior no es historia nueva. Una investigación científica, publicada en 2014, que estudió la pesquería de tiburón de la flota artesanal, perteneciente al puerto de Ilo, al sur del Perú, señala que “el mayor éxito se encuentra en aguas chilenas de latitudes más altas, con pocos viajes de pesca que dan como resultado una captura cero”.
En opinión del biólogo marino Francisco Concha, director del Laboratorio de Biología y Conservación de Condrictios (Chondrolab) de la Universidad de Valparaíso, la atención que el último tiempo ha suscitado, en la prensa nacional, algunos de estos eventos, poco tiene que ver con la delicada situación de conservación de los tiburones. Según el biólogo, más bien se trata de “rencillas políticas y de la ilegalidad de realizar actividades de pesca en el maritorio chileno sin autorización”.
Lo cierto es que, en Chile, no solo los peruanos pescan tiburón. Miles de estos animales son pescados anualmente por las flotas chilenas.
Chile: país de tiburones
Contrario a la idea instalada en el imaginario colectivo de la sociedad chilena, Chile es país de tiburones. No solo eso, sino que “es uno de los países que tiene más especies de tiburones en el mundo”, asegura Luis Vargas, biólogo marino e investigador de la Universidad Austral de Chile. En total, son 56 las especies de tiburones que han sido identificadas en el amplio territorio marítimo de este país.
Así, aunque Chile no es un país consumidor habitual de tiburón, existen dos especies que sí representan una pesquería para el sector artesanal de las zonas centro y norte principalmente. Se trata de las especies Marrajo o Mako (Isurus oxyrinchus) y Azulejo o Azul (Prionace glauca), que “son vendidas al público generalmente como albacorilla”, explica Vargas.
El aprovechamiento de los tiburones es integral y su producción abastece de pescado fresco a las principales ciudades del norte del país y pueblos intermediarios “por lo que tiene una incidencia importante para la alimentación de las comunidades costeras”, señala un informe del Instituto de Fomento Pesquero IFOP.
Sin embargo, estas no son las únicas especies de tiburón que son pescadas en Chile. Existen varias pesquerías artesanales e industriales, que capturan, de manera incidental, otras especies de tiburón. Según un estudio del 2012, de la Organización para la Conservación Marina Oceana, especialmente en los barcos que salen a pescar pez Espada suelen caer tiburones como parte de su pesca incidental, es decir, que no es objetivo. El tiburón Marrajo y el Azulejo son las dos especies más recurrentes, pero también caen tiburones Zorro (Alopias vulpinus, squalus) Marrajo Sardinero (Lamna nasus) y Martillo (Sphyrna zygaena). Todos ellos están catalogados en estado vulnerable según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Además, el tiburón Marrajo Sardinero y el Martillo están incluidos en el apéndice II de CITES: Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres que busca asegurar que las exportaciones de productos de las especies incluidas en sus apéndices no sean perjudiciales para las poblaciones silvestres o para los ecosistemas.
La vulnerabilidad de los tiburones
Los tiburones están dentro de los grupos de animales marinos más amenazados. Tienen una larga vida, pero “son el grupo menos productivo de todas las especies de peces marinos”, señala el informe de Oceana. Comparados con otros peces, los tiburones crecen lentamente, alcanzan su madurez sexual en forma tardía, tienen largos períodos de gestación y bajas tasas reproductivas. Es por ello que “cuando las poblaciones de tiburones son sobreexplotadas, estas generalmente requieren de muchas décadas para recuperarse ya que su reclutamiento depende directamente del tamaño de su stock”, señala el mismo documento.
Aun así, existe una captura no sustentable de los tiburones a nivel mundial. Es por ello que diferentes países, entre ellos Chile, han impuesto prohibiciones y condiciones de pesca para estos animales. Y es que de los tiburones depende un frágil y perfecto equilibrio en los océanos que también se ve amenazado con la pesca indiscriminada de estos depredadores.
Walter Bustos, exdirector del Parque Nacional Galápagos, en Ecuador, explica que “los tiburones están en la pirámide de la cadena trófica. Es decir, que hacen parte de los máximos depredadores que son los que van regulando el nivel de población de las otras especies. Si no existen estos agentes reguladores, otras especies pueden disparar su población, convertirse en plaga y terminar destruyendo vastas zonas ecosistémicas”.
Es por ello que el Instituto de Fomento Pesquero de Chile (IFOP) señala que la pesca de tiburones “debe ser reducida drásticamente para recuperar las poblaciones y restaurar la actividad funcional de estos predadores topes en los diferentes ecosistemas”.
Para muchas especies de tiburones existe muy poca información respecto de su abundancia y distribución. Según la Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO) “las evaluaciones de stock a nivel poblacional, que comprenden los índices más confiables de abundancia, están solo disponibles para un 10 % de las especies de condrictios”, el grupo de animales marinos al que pertenecen los tiburones. En lo que respecta a ese porcentaje, “casi todas la evaluaciones indican que las poblaciones están reducidas y/o sobre explotadas”, señalan los reportes del IFOP y agregan que los indicadores de abundancia “están en su mayoría basados en tendencias de desembarques, donde la trayectoria de las tasas de capturas estandarizadas, hacen que el estado de conservación de este grupo sea muy delicado”.
La pesca incidental de tiburones en Chile
En 2012, Oceana denunciaba que la flota palangrera de pez Espada tenía índices de capturas de tiburones, especialmente Azulejos, “inusualmente altos”. Según el documento, los volúmenes de tiburones capturados habían alcanzado el orden de los 20.000 ejemplares anuales durante el 2006 y 2007 y que “de los datos recopilados se desprende que estamos frente a una verdadera pesquería encubierta de tiburones y no a la simple consecuencia de la poca selectividad de los palangres”.
Diez años después, el proyecto “Seguimiento Pesquerías Recursos Altamente Migratorios” realizado por el IFOP, y publicado en agosto del 2017, demuestra una disminución de casi el 50% en la cantidad de tiburones capturados en la pesquería de pez Espada.
Aun así, el estudio del IFOP señala que “en el año 2016, la fauna acompañante de esta pesquería palangrera representó el 57,3 % de la captura total”. Es decir, que más de la mitad de las capturas que se realizaron durante el año correspondieron a otras especies que no eran pez Espada. De toda esa fauna pescada incidentalmente, el 43,4% correspondió a tiburones Marrajos y Azulejos. Específicamente fueron capturados 3828 tiburones Marrajos, 2939 tiburones Azulejos, 158 Sardineros, 21 Pejezorros Ojudos y un tiburón Cocodrilo.
En cuanto a la flota redera artesanal de pez Espada, la fauna acompañante representó el 20,7% del total de la captura. El tiburón Marrajo, al igual que en la flota palangrera, encabeza la lista de las especies pescadas incidentalmente seguido del Sardinero y del Azulejo. Además, fueron pescados 151 tiburones Pejezorros, 31 Pejezorros Ojudos y 5 tiburones Martillo.
Por último, el estudio reveló que en la flota espinelera de pez Dorado también son capturados tiburones, aunque el porcentaje de fauna acompañante sólo alcanza el 8,6%. Aún así, 5987 tiburones Azulejos fueron capturados seguido de 2328 Marrajos y 66 Martillos.
Otras pesquerías, hasta ahora no evaluadas, también capturan tiburón como la de merluza, langostinos, orange roughy y bacalao. Francisco Concha asegura que “la gran mayoría de esta pesca incidental no representa ninguna utilidad comercial por lo que es descartada —es decir, devuelta al mar— sin registrar el número de ejemplares”.
Lo anterior es corroborado por el IFOP al señalar en sus informes que “en la flota redera artesanal —de pez espada— no existen estimaciones de descarte de tiburones, sin embargo, es una práctica habitual aunque la magnitud es menor respecto a la flota palangrera y espinelera”.
El problema de esto radica en que, a menudo, los animales son descartados con métodos que hacen difícil su supervivencia. Por ejemplo, “los anzuelos son arrancados rajándoles la boca por lo que de todas maneras morirán en el agua”, explica Concha.
Al mismo tiempo, “en Chile existen cifras oficiales de desembarque, pero estas cifras tienen problemas de subreporte ya que muchos pescadores no declaran lo que desembarcan”, señala Miguel Araya, biólogo pesquero, investigador de la Universidad Arturo Prat. De hecho, el IFOP apunta a que, en el caso del tiburón Marrejo Sardinero “el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura tiene los desembarques oficiales los que son subreportes y difieren de las estadísticas del IFOP en un orden de magnitud”.
Al respecto, el organismo menciona que “se deben mejorar las estimaciones de captura no reportada y realizar estimaciones de la captura ilegal”. Además, señala que se deben reforzar las medidas de gestión y fiscalización para fortalecer la custodia de esta especie. Por último indica que los funcionarios deben ser capacitados sobre la identificación de esta especie y de sus aletas a través de cartillas de reconocimiento.
El tiburón Marrajo, la principal especie capturada por las flotas chilenas y categorizado como Vulnerable por la UICN, se convirtió durante el período 2009 – 2016, en una especie objetivo. Ello puesto que es utilizado integralmente debido a que posee buen precio a diferencia del tiburón Azulejo. Sin embargo, “la mayoría de sus capturas no se registran adecuadamente, son subestimadas y los desembarques no reflejan el número de animales aleteados y descartados en el mar”, señala el informe del IFOP. De hecho, el mismo documento señala que varios análisis sugieren que “esta especie podría haber sufrido significativas declinaciones en abundancia en varias partes de su rango de distribución (…) por el inadecuado manejo que resulta en un continuo (tal vez en incremento) presión por pesca, por el alto valor de su carne y aletas”.
Al mismo tiempo, para el océano Pacífico Sur Oriental, no existen evaluaciones del estado de conservación regional de esta especie. Tampoco existen modelos demográficos y evaluaciones de stock, salvo la información levantada por el IFOP en el proyecto de Seguimiento Pesquerías Recursos Altamente Migratorios.
El Tiburón Azulejo por su parte, está categorizado como casi amenazado por la UICN. Y es que se estima son capturados, en todo el mundo, unos 20 millones de individuos al año, principalmente de manera incidental. Aun así, no existen estimaciones poblacionales y muchas capturas no son reportadas. Es por ello que existe preocupación respecto de la remoción de grandes números de este predador clave en el ecosistema oceánico.
Al respecto, Concha señala que “históricamente la composición específica de los desembarques han carecido de rigurosidad. Aunque esto tiene relación con una escasez de personal y la dificultad para capacitar fiscalizadores”. Además, en Chile no existe un plan de manejo pesquero para tiburones y niveles de captura precautorios.
Y es que “los niveles de desembarque alcanzados por estas pesquerías son insignificantes comparados con otros tipos de peces”, señala Concha y “si una pesquería no tiene una importancia mayor, en cantidad de embarcaciones involucradas, valor del producto y volúmenes de desembarques, los recursos que se invierten en su monitoreo no van a ser los más adecuados”.
Sin embargo, el científico reconoce que con el correr de los años se han tomado iniciativas tendientes a revertir esta debilidad. Hoy, las licencias de pesca de tiburón se encuentran cerradas, es decir, que nadie más puede solicitar un permiso para pescar tiburón. Además, está prohibido el aleteo, práctica que consiste en cortar las aletas del tiburón y descartar o eliminar el cuerpo en el mar, y existen restricciones de artes de pesca para la flota palangrera, redera y espinelera.
Los esfuerzos
En el año 2011, Chile promulgó la ley que prohíbe el aleteo. Los reportes del IFOP señalan que las magnitudes de las capturas retenidas, descarte y liberación confirman que “las flotas están respetando esta medida de regulación”. Además, “desde la entrada en vigencia de la Ley del aleteo, se ha producido una reducción significativa del precio de las aletas de tiburón a lo largo de la costa de Chile y se han reducido los niveles de descarte de los tiburones Marrajo y Azulejo”.
Además, Chile, junto con Perú, Ecuador y Colombia, es parte de la Comisión Permanente del Pacífico Sur: Organismo Regional para la coordinación de las políticas marítimas entre sus Estados miembros. En este marco, Chile participa de un Plan de Acción Regional para la conservación de tiburones adoptando compromisos, metas y objetivos que, según el IFOP, el país ha ido cumpliendo. Es así como se han actualizado los listados taxonómicos de especies, se han capacitado observadores científicos e indicado la relación entre condrictios y diversas pesquerías a lo largo del país.
En lo que respecta a la pesca incidental y descartes, recientemente Chile finalizó un programa de investigación destinado a elaborar un plan de reducción del descarte, tanto de la especie objetivo como de la fauna acompañante y la captura de pesca incidental. Alicia Gallardo, Directora Nacional del Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA), señaló a Mongabay Latam que “de aquí a fin de año será exigible, para los industriales, la implementación de unas cámaras que registrarán la pesca efectiva de las embarcaciones”. Dicho registro, que deberá ser entregado a SERNAPESCA para que sea revisado, promete ser una herramienta que permitirá tener información más certera sobre la real dimensión de la pesca de tiburones en el país y poder así adoptar medidas efectivas para la protección de estos animales.
Aun así, la comunidad científica concuerda en que queda mucho por hacer, en términos de investigación, para entender las reales dimensiones de la pesca de tiburones en Chile.
Este artículo fue publicado originalmente en Mongabay Latam