El secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Fernando Ramos, se refirió esta tarde a la decisión del papa Francisco de de dimitir del estado clerical a Fernando Karadima.
“La tomo, en primer lugar, como una decisión largamente anhelada por mucha gente y que hace justicia, creo yo. Porque están más que demostrados los delitos que él cometió y eso es absolutamente incompatible con el ejercicio del ministerio sacerdotal”, dijo Ramos en entrevista con Podría ser Peor, de Radio Bío Bío.
“Personalmente no lo esperaba, porque el fallo ya se había hecho hace ocho años cuando un tribunal lo vio”, dijo, calificando la expulsión como sorpresiva.
Monseñor Ramos aseguró que la opción tomada por el Papa “no solamente es estrictamente judicial o penal, sino que también tiene un valor simbólico, en que el santo padre da a entender una posición clara frente a este tipo de situaciones”, agregó.
Sobre el momento de crisis que vive la iglesia chilena, el secretario general de la Conferencia Espicopal, sostuvo que “ha sido un tema extremadamente doloroso”.
“Cuando hablamos de abusos hablamos de personas, victimas en concreto, más aun personas menores de edad o vulnerables, desde cualquier punto de vista son irreprochables e inexplicables, que hayan personas que participando de nuestra comunidad experimenten estos abusos nos produce un desconcierto y dolor muy grande”, precisó.
“Tenemos que seguir redoblando los esfuerzos, respondiendo con investigaciones claras y eficaces y lo más rápidas posibles”, añadió.
Respecto las víctimas, Ramos lamentó que Karadima “generó mecanismos de abusos de conciencia muy graves en personas de su entorno, que de apoco han ido haciendo un trabajo de recuperar un poco su identidad”.
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