Tras un tenso debate, la Cámara de Diputados rechazó este jueves acusar constitucionalmente a tres jueces de la Corte Suprema, que en julio liberaron a siete condenados por crímenes de lesa humanidad en un inédito conflicto entre poderes.
La Cámara rechazó por 73 votos -del oficialismo y de la oposición- contra 64 el proceso de inhabilitación de los tres magistrados, después de que en una votación previa se había producido un empate a 69 votos.
Tal como se esperaba, los votos de la Democracia Cristiana fueron decisivos a la hora de rechazar la cuestión previa y luego al rechazar la acusación propiamente tal.
Desde Chile Vamos, los diputados Juan Antonio Coloma, de la UDI y Gonzalo Fuenzalida de RN, aplaudieron el rechazo y junto con afirmar que hay que ofrecer disculpas a los jueces que fueron acusados, también esperan que esta situación no condicione futuros fallos judiciales en materia de libertades condicionales.
Recordemos que un grupo de parlamentarios de izquierda, encabezados por la diputada Carmen Hertz, habían presentado una acusación constitucional destinada a inhabilitar a los magistrados Carlos Künsemüller, Hugo Dolmestch y Manuel Valderrama, de la Corte Suprema, por decretar libertad condicional para seis militares y un policía retirados, entre ellos un excoronel responsable de la muerte de tres uruguayos.
En un país donde siguen abiertas las heridas que dejó el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, el grupo de legisladores del Frente Amplio y de la extinta coalición que apoyó en el poder a la expresidenta socialista Michelle Bachelet, consideraban que la decisión de los jueces viola la legislación internacional, en particular el Estatuto de Roma que dio origen a la Corte Penal Internacional (CPI) en materia de crímenes de lesa humanidad.
Sin embargo, los jueces aseguraron que su decisión cumple todos los requisitos previstos por la ley chilena ya que los reos habían purgado gran parte de sus condenas y no existían impedimentos para otorgarles dicho derecho.
En la bancada de la izquierda, los diputados enarbolaron fotos de desaparecidos de la dictadura de Augusto Pinochet.
El primer paso hacia la inhabilitación lo había dado en la mañana una comisión de cinco parlamentarios que resolvió por 4 votos contra 1 recomendar al plenario la aprobación de la acción presentada por el grupo de legisladores.
Una primera votación sobre la admisibilidad de la causa constitucional en el plenario concluyó en un empate a 69 votos por lo que fue necesaria una segunda votación. En caso de que la moción hubiera prosperado, el Senado hubiera tenido la última palabra.
Supremos descartan roces con el Congreso
En el palacio de los tribunales en Santiago, en sus respectivos despachos, los tres supremos acusados esperaron la votación de la Cámara de Diputados.
Junto a ellos, estuvieron el presidente del tribunal máximo del país, Haroldo Brito, dirigentes de la Asociación Nacional de Magistrados y funcionarios del poder judicial.
Conocido el resultado, uno de los supremos acusados, Hugo Dolmestch, manifestó que seguirá fallando igual y dijo sentirse sometido a un juicio.
En tanto, Brito destacó que el final del proceso fue tranquilizador y descartó que se produzcan roces con el legislativo en lo sucesivo.
Conflicto de poderes
Se trata de un conflicto sin precedentes entre los poderes judicial y legislativo, que considera que lo que está en juego es “la vigencia del Estado de Derecho” y la autonomía de la judicatura, aseguran analistas.
Desde la llegada de la democracia, sólo un juez, Hernán Cereceda, fue destituido en 1992 por negarse a investigar la desaparición del militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) Alfonso Chanfreau.
Uno de los liberados, el coronel retirado Moisés Retamal, cumplía una condena de seis años de cárcel por el secuestro calificado de tres ciudadanos uruguayos a pocos días del golpe de Estado que encabezó Pinochet para derrocar al gobierno del socialista Salvador Allende.
Los uruguayos fueron detenidos por la policía cuando estaban escondidos en una mina abandonada cerca de la localidad de San José de Maipo, en el este de Santiago, cuando intentaban cruzar la cordillera de Los Andes para escapar a Argentina. Fueron torturados y luego desaparecidos.
Otro de los favorecidos por la decisión de los jueces fue el expolicía Gamaliel Soto, condenado como cómplice del secuestro de un médico que permanece desaparecido desde 1973, y el exmiembro del Ejército chileno, Manuel Pérez, condenado como cómplice del secuestro del exquímico de los servicios secretos de la dictadura Eugenio Berríos, en 1991.
También se beneficiaron el exbrigadier del Ejército, Emilio de la Mahotiere, condenado a tres años y un día como cómplice y encubridor de asesinatos, así como otros cuatro exoficiales.
Unos 122 condenados cumplían condena en la cárcel especial para represores de Punta Peuco a julio de 2017, según un Informe de Derechos Humanos de 2017 de la Universidad Diego Portales.
Al menos 31 exagentes de la dictadura de Pinochet acudieron a el año pasado a los tribunales buscando revertir las condenas en su contra, conseguir la libertad condicional o alegar inconstitucionalidad en sus casos.
Durante la dictadura de Pinochet unas 3.200 personas murieron o desaparecieron, mientras que unas 38.000 fueron torturadas, según datos oficiales.
Esta nota se redactó con información de los periodistas de Radio Bío Bío Óscar Cáceres y Erik López, además de Agencia France-Presse.