Este jueves, el presidente de la República, Sebastián Piñera, concurrió a la misa fúnebre del cabo primero de Carabineros, Óscar Galindo, quien falleció a los 29 años tras ser baleado en la cabeza por un delincuente en la comuna de La Pintana.
Un aspecto secundario que llamó la atención de la prensa apostada en el lugar, fue que el mandatario llegó a la ceremonia a bordo de un nuevo auto presidencial, de cuyas especificaciones no se conocen detalles, pero con un valor de venta en Estados Unidos que iría desde los US$68.350, unos 43 millones de pesos, lo que permite hacerse una idea de las prestaciones de este vehículo de alta gama.
Se trata de un Hyundai Génesis G90 entregado gratuitamente por la marca, en comodato, al Gobierno para su uso presidencial. Es un auto de lujo producido desde 2008 por el fabricante surcoreano, para enfrentarse al Audi A6, al BMW Serie 5, al Infiniti M, al Lexus GS y al Mercedes-Benz Clase E.1, en el mercado japonés, coreano y norteamericano.
Con este nuevo medio de transporte oficial, Sebastián Piñera evitará utilizar un auto propio, como había indicado tras dejar atrás la polémica del Lexus LS500, vehículo que hubiera tenido un costo de 70 millones de pesos y cuya compra fue desistida tras la incompatibilidad que representaba respecto de los planes de austeridad del Gobierno.