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La llamada telefónica del presidente de Estados Unidos (EE.UU), Donald Trump, con su homólogo ruso, Vladímir Putin, se ha convertido en el foco de la atención internacional, luego que ambos aseguraran que abordaron una “solución” para el fin de la guerra en Ucrania, cuyas negociaciones -según dijo el mandatario estadounidense- comenzarían “inmediatamente”, aunque -por ahora- sin participación europea.

Según informaron desde las oficinas de ambos gobernantes de las dos mayores potencias del mundo, y el propio Trump, la conversación duró cerca de una hora y media y fue muy productiva.

Acordamos que nuestros respectivos equipos inicien las negociaciones de inmediato y comenzaremos llamando al presidente (Volodímir) Zelenski, de Ucrania, para informarle de la conversación, algo que haré ahora mismo”, dijo ayer el jefe de la Casa Blanca.

“He pedido al Secretario de Estado, Marco Rubio, al Director de la CIA, John Ratcliffe, al Asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, y al Embajador y Enviado Especial, Steve Witkoff, que dirijan las negociaciones, que, estoy convencido, serán un éxito”, detalló.

Putin, por su parte, recordó que es necesario eliminar las causas iniciales del conflicto y acordó con Trump que es posible lograr una solución a largo plazo por medio de negociaciones de paz“, informó también el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Entre otros temas clave que abordaron, se encuentran asuntos de interés bilateral, como el conflicto palestino-israelí, el programa nuclear de Irán y las relaciones económicas entre Rusia y EE.UU, según la Presidencia rusa.

Putin se ‘sale con la suya al negociar’ con Trump sobre Ucrania sin Europa

Tanto expertos como diplomáticos coinciden que la llamada con Trump significa un tipo de “victoria diplomática” para el presidente Putin.

El senador ruso Alexéi Pushkov afirmó en su canal de Telegram que la dicha conversación telefónica “ha pasado a la historia de la política y diplomacia mundiales. Si esto aún no es un avance, pues se le parece mucho”.

La cita telefónica se da tres semanas después de la investidura del magnate republicano como presidente de EE.UU, en medio las cuentas pendientes que Moscú y Washington mantienen después de la práctica congelación de los contactos durante los casi tres años de guerra, recuerda EFE.

La plática fue tan fructífera, que se abordó la posibilidad de que Trump visite Moscú y Putin viaje a Washington. Esto, luego que EE.UU sancionara a la Corte Penal Internacional (CPI), que en 2023 emitió una orden de arresto contra el jefe del Kremlin por crímenes de guerra.

Recordemos que la administración de Joe Bien no habló con el gobierno ruso desde 2022, mientras que ningún inquilino de la Casa Blanca ha visitado Rusia desde que Barack Obama estuvo a cargo en 2014.

Aún sin un acuerdo, Putin ya ‘se ha salido con la suya’ luego que Trump anunciara el inicio “inmediato” de negociaciones. Este era uno de los deseos del Kremlin, dado que en los últimos meses de la guerra había reiterado su disposición al diálogo y sólo bajo sus condiciones.

La oposición rusa en el exilio, muy crítica desde un principio con la campaña militar en 2022, advirtió que esa es una “muy mala noticia” para la democracia, ya que allana el camino para la “entrega” en bandeja de plata de Ucrania a Rusia, consigna el citado medio.

Para Steve Rosenberg, corresponsal de la BBC en Moscú, el jefe del Kremlin ha conseguido un “triunfo diplomático” ya con la conversación telefónica con Trump.

Lo anterior, principalmente porque desde el inicio de la invasión a Ucrania que Putin se encuentra aislado de la escena internacional, siendo Rusia el foco de una serie de sanciones internacionales.

Con Biden estaban todas las puertas cerradas para el Kremlin, siendo el presidente ruso catalogado como “dictador asesino” y “mafioso”. Por esto, Trump ha traído consigo, como esperaban diversos expertos, un cambio de estilo y lenguaje para abordar las diferencias entre Rusia y EE.UU.

Un aparente acuerdo “a expensas de Ucrania”: tres son multitud

El corresponsal de seguridad de la BBC, Frank Gardner, destacó la llamada entre Trump y Putin, afirmando que se trata de un importante paso para la paz en el mundo.

“La noticia de que los dos líderes de las dos naciones más fuertemente armadas nuclearmente, Rusia y Estados Unidos, han mantenido una llamada telefónica de 90 minutos aparentemente constructiva y cordial es, a primera vista, un paso positivo hacia un mundo más pacífico“, aseveró.

No obstante, advirtió que “este desarrollo positivo bien puede ser a expensas de Ucrania”.

Aquello reafirma lo aparente: el inminente inicio de negociaciones sería bajo las líneas rojas rusas, es decir, con las condiciones del Kremlin. Esto nos recuerda a 2021, con la categórica negativa de Moscú al ingreso de Ucrania en la OTAN.

El propio Trump aseguró en la víspera que la aspiración de Ucrania a formar parte de la Alianza Atlántica no es “práctica”, respaldando las afirmaciones realizadas en Bruselas por su secretario de Defensa, Pete Hegseth, señala EFE.

Éste aseguró que la mejor garantía de seguridad será el despliegue en la línea de separación de fuerzas de “tropas europeas y no europeas”. Sin embargo, descartó que puedan “estar cubiertas por el artículo 5” que garantiza la defensa colectiva de los aliados.

Hegseth también dio la razón a Moscú al considerar “poco realista” las aspiraciones ucranianas de recuperar las cinco regiones anexionadas por Moscú, lo que incluye la península de Crimea (2014).

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En ese sentido, Gardner resalta que Trump pretende un pronto y rápido final para la guerra, “incluso si eso significa obligar a Ucrania a tragar algunas píldoras muy amargas”.

De acuerdo con el profesional, es altamente probable que se alcance un acuerdo que conlleve tanto a miles de tropas de paz europeas como no europeas.

Esto se da en el marco de las propias negociaciones que EE.UU mantiene con Ucrania, las cuales, según afirmó el miércoles el propio presidente ucraniano Volodímir Zelenski, traerá beneficios a Washington y garantizará el apoyo a Kiev.

Entre algunos detalles, dicho trato está enfocado principalmente en seguridad y cooperación económica. Le permitiría a la potencia norteamericana el acceso a importantes recursos naturales -tierras raras- en suelo ucraniano, como litio.

“Pero por ahora, el 12 de febrero quedará registrado en el calendario de Ucrania como un día difícil en el que se enfrentó a una realidad nueva y no deseada”, sostiene el corresponsal de la BBC.

Los territorios anexionados por Rusia entre los deseos de Putin

Putin, que plasmó su incorporación ilegal en la Constitución, exige el reconocimiento de las regiones que Rusia ha anexionado de Ucrania como parte inalienable de la Federación Rusa.

A su vez, Moscú quiere que el arreglo de Kiev se circunscriba en el marco de unas negociaciones mucho más amplias sobre el balance de fuerzas convencionales y estratégicas entre la OTAN y Rusia en Europa, menciona EFE.

A lo anterior se suma que el Kremlin también desea hablar con Trump sobre la renovación del último tratado de desarme, el START, que expira dentro de un año, y el control de armas, aunque se desconoce si esto incluirá el nuevo armamento hipersónico ruso.

Un posible acuerdo sin participación de Europa

Pese a que a inicios de este año Vladímir Putin habló vía telefónica con el canciller alemán, Olaf Scholz, el jefe del Kremlin ha dejado de manifiesto que no piensa llamar a ningún líder europeo y sólo cogerá el teléfono si son ellos los que asumen la iniciativa de un acuerdo bajo los términos de Rusia.

“No tenemos nada que hablar con Londres o Bruselas”, dijo recientemente Nikolái Pátrushev, asesor del Kremlin y uno de los halcones más destacados de la política rusa.

Bajo ese escenario, se estaría cumpliendo una de las preocupaciones de los líderes de Europa, que temen que Rusia y EE.UU decidan la arquitectura de seguridad continental sin su participación.

En ese contexto también existe la incertidumbre sobre si Washington levantaría parte de las sanciones a Moscú a cambio de alguna concesión rusa.

“Estoy seguro que en Kiev, Bruselas, París y Londres leen con horror los extensos comentarios de Trump sobre su conversación con Putin y no creen lo que ven”, destacó Pushkov.

El senador ruso aseguró que, por ello, los europeos podrían intentar entorpecer a toda costa las negociaciones entre Rusia y EEUU.

Los países europeos, que siguen suministrando armamento pesado a Kiev, incluido aviones de guerra, se niegan a aceptar una capitulación ucraniana.

Algunos de ellos, principalmente Polonia, Holanda, los bálticos y escandinavos aún mantienen esperanzas de que Kiev pueda darle la vuelta a la situación en el frente de la guerra.

A lo anterior se suma que la futura reunión que podrían sostener Putin y Trump no se desarrollaría en alguna capital de Europa (Helsinki albergó la reunión en 2018), sino que en Arabia Saudí.

De acuerdo con la prensa internacional, Rusia habría propuesto Chine como una posible sede para la instancia, sin embargo, EE.UU rechazó esa idea.