Este jueves, la Organización Mundial de la Salud declaró a la nueva cepa de Coronavirus originada en la ciudad china de Wuhan como “alerta sanitaria de interés internacional”, horas antes de que se anunciara que la cifra de muertos por la enfermedad ascendió a 212 personas.
Hasta la fecha, se han reportado más de 7.800 contagiados a nivel mundial, estando al menos 7.700 de ellos en China, mientras que los otros se han detectado en los Estados Unidos, Francia, Australia, Canadá, Alemania, los Emiratos Árabes Unidos, Finlandia y varios países de Asia.
Es la quinta vez que se declara alerta internacional por algún brote: el 2009 fue el H1N1, el 2014 fue el polio, el 2014 fue el ébola en el oeste de África, el 2016 fue el Zika y el 2019 fue el ébola en el Congo.
Ante este anuncio, la directora del centro de epidemiología de la Universidad del Desarrollo y exjefa nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud, Ximena Aguilera, explicó el anuncio indicando que “la OMS ha considerado los antecedentes, y de acuerdo al reglamento sanitario internacional ha considerado que es un evento que es suficientemente grave, inesperado, que tiene connotaciones para otros países a través de la transmisión internacional y que requiere además una respuesta coordinada a nivel global”.
Aquellos son los tres requisitos en los cuales la entidad internacional ha tomado la decisión, que significa “dar una alerta a todos los países”, junto con una serie de siete recomendaciones.
“Si uno ve los antecedentes hasta el momento del número de enfermos, número de muertes, las características de las personas que han fallecido, no es una enfermedad que sea especialmente grave, sin embargo, puede significar una alta demanda asistencial”, explicó, respecto de la preocupación de la OMS por los países con sistemas de salud menos robustos que el gigante asiático.
Relató que estuvo en China junto a la OMS cuando fue el brote del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) en 2002, quedando sorprendida por la capacidad de respuesta que aquella vez y la actual ha demostrado el gigante asiático.
De esta forma, explicó que todos los países afiliados a la OMS tienen un centro de enlace conectado todas las horas del día con el organismo, en una red por la cual se comparte información sobre los brotes en todo el mundo.
En los distintos países, como ya se hizo en Chile, se organizan comités de brote para analizar la situación y preparar un plan de contingencia, de prevención y de detección de casos sospechosos.
Acotó en este sentido que la situación es similar a cuando hay epidemias de otras enfermedades que tampoco tienen una gran mortalidad, como la influenza y el dengue.
La diferencia entre el SRAS y 2019nCoV
“La mayor diferencia es el nivel de transparencia respecto de la información”, explica la epidemióloga, detallando que “en el caso del SRAS se le acusó a China de ocultar los datos, y efectivamente se reconoció que estaba en un brote mucho después de que otros países, donde ya se habían exportado casos y habían denunciado que había una nueva enfermedad”.
En ese entonces no existía la actual nueva versión del reglamento sanitario global, lo que fue posterior a 2005. Desde entonces ha mejorado la coordinación mundial que facilitó en esta oportunidad la secuenciación del ADN del virus.
Según acota el doctor Enrique Paris, expresidente del Colegio Médico que trabajó cuando fue el brote de H1N1, “es una enfermedad grave para los que se complican, pero este virus es igual al virus del resfrío, eso la gente tiene que tenerlo claro”.
Sin embargo, el virus “sufrió una mutación al entrar al murciélago y volver al ser humano, y eso lo hizo más letal, más patógeno, más potente”.
Quienes más corren riesgo son los adultos mayores con enfermedades crónicas y probablemente niños, indicó.
“Este es el tercer coronavirus que tenemos con mutación que se hace más patógeno, más grave”, acotó. “El primero fue el SRAS el año 2002, que tenía una letalidad un poco más alta, sin embargo no fue tan grave desde el punto de vista médico. Lo que ocurrió el 2002, y por eso en China están reaccionando de la manera absolutamente diferente, es que China ocultó la información”.
El segundo, expuso, fue el “síndrome del Oriente Medio. Ese tenía una letalidad del 35%, o sea 10 veces más alto que el actual”, lo cual es una preocupación de la OMS para que no se replique en este nuevo caso.