La Corte Suprema de Israel aplazó este lunes su decisión sobre las familias palestinas amenazadas de expulsión en el barrio Sheij Jarrah de Jerusalén Este, un caso que generó una oleada de violencia en mayo.
Cuatro familias palestinas de ese barrio, en el sector palestino de Jerusalén ocupado y anexionado por Israel en 1967, recurrieron a la Corte Suprema después de que tribunales inferiores decidieran su expulsión en favor de colonos israelíes.
Pero en Israel solo es posible, salvo excepciones, apelar una vez a este tribunal, que en el pasado ya se pronunció por la expulsión. Las familias palestinas esperan saber si, excepcionalmente, pueden presentar este recurso.
“El tribunal podría darnos autorización para el recurso”, comentó a la Agence France-Presse el abogado de las familias, Sami Irshaid, adelantando que era “poco probable” una decisión al terminar la jornada.
La ley israelí permite a los judíos reclamar el “derecho de propiedad” de tierras en Jerusalén Este si pueden probar que su familia vivía allí antes de la guerra de 1948. Los palestinos que perdieron sus tierras en ese conflicto no disponen de tal opción.
Las familias afectadas señalaron este lunes haber rechazado una oferta para quedarse en sus casas como “arrendatarios protegidos”, pagando un alquiler simbólico pero reconociendo la propiedad israelí de las residencias.
Tras horas de audiencias, el juez Isaac Amit pidió a las partes nuevos documentos e indicó que el tribunal “publicará una decisión más tarde”, sin especificar plazos.
La cuestión es explosiva en el marco del conflicto palestino-israelí. En mayo, las manifestaciones en apoyo a los vecinos de Sheij Jarrah derivaron en enfrentamientos con colonos y policías israelíes en todo el territorio, incluida la sagrada Explanada de las Mezquitas.
La tensión desencadenó en la guerra de once días entre el movimiento islamista Hamás que domina la Franja de Gaza y el ejército israelí, en la que murieron 260 palestinos y 13 israelíes.
Un barrio en conflicto
Durante décadas, Sheij Jarrah era considerado un barrio más en Jerusalén Este, anexado por Israel, pero su historia se volvió viral en las redes sociales desde que comenzaron las protestas contra los planes de expulsar a familias palestinas radicadas en el lugar.
“Hemos logrado (…) no solo llamar la atención sobre los asentamientos en Jerusalén, sino también sobre los derechos de los palestinos de defenderse, su derecho a resistir al ocupante y el derecho a su propia narrativa”, dijo Muhamed el-Kurd.
El poeta y escritor de 23 años, uno de los que podría perder su casa, ha trabajado por dar a conocer el caso de su barrio, y tiene más de 180.000 seguidores en Twitter y más de medio millón en Instagram.
“Desde el inicio de la campaña, nuestro mensaje ha sido muy claro, estamos hablando de colonialismo y asentamientos, no solo de abusos de derechos humanos”, señaló.
El domingo, su hermana gemela Mona, también muy activa en la campaña #SheikhJarrah, fue detenida por la policía israelí. Muhamed estaba ausente en el momento de la detención, pero recibió una citación para acudir a la comisaría en Jerusalén Este, precisó su padre.
Las protestas en Sheij Jarrah se propagaron en mayo a la Explanada de las Mezquitas, lo que provocó una dura respuesta israelí contra los palestinos en el lugar.
La represión desató una guerra de 11 días entre el Estado judío y militantes palestinos en la Franja de Gaza, que a su vez motivó protestas mundiales a favor de los palestinos.
Los hashtag #SheijJarrah y #SalvenSheijJarrah se volvieron virales. Celebridades como los actores Mark Ruffalo o Viola Davis y el futbolista Riyad Mahrez, del Manchester City, postearon comentarios sobre el barrio en redes sociales.
“Cambio sin precedentes”
Kurd calificó la situación de Sheij Jarrah como “una diminuta muestra del colonialismo sionista en Jerusalén y Palestina en general”.
“Todos pudieron ver que enfrentamos a un sistema legal racista que fue creado para proteger y apoyar a los colonos”, agregó.
Israel ocupó Jerusalén Este en 1967 y luego lo anexó, lo que no fue reconocido por la comunidad internacional.
Bajo la legislación israelí, grupos judíos pueden reclamar tierras que les pertenecieron antes de la fundación de Israel en 1948, aunque familias palestinas hayan estado viviendo en ellas por décadas.
Pero palestinos que se convirtieron en refugiados en la guerra de 1948 no tienen cómo recuperar sus casas o tierras en Israel.
La organización israelí de derechos humanos Ir Amin dice que hasta 1.000 palestinos en Sheij Jarrah y el distrito vecino de Silwan podrían ser desplazados.
Afuera de su casa, la mitad de la cual fue ocupada por un colono judío, Kurd dijo que pasa conectado en línea.
“Hemos visto un cambio sin precedentes en la opinión pública mundial”, sostuvo Kurd, quien cursa una maestría en Estados Unidos.
“Creo que lo que convirtió al hashtag #SalvenSheijJarrah en un éxito fue la narrativa que usamos”, comentó.
A su juicio, “la gente ha comenzado a entender el caso de Sheij Jarrah y el colonialismo en general en Jerusalén”.
“Incluso si no logramos salvar las casas, hemos hecho algo muy grande”, afirmó.
Palestinos silenciados
Las familias palestinas en el barrio dicen que recibieron las llaves de sus casas de la agencia de la ONU para refugiados palestinos y Jordania, que controlaba Jerusalén Este entre 1948 y 1967.
En mayo, cuando aumentaban las tensiones que llevaron a los enfrentamientos en Gaza, la justicia israelí aplazó una audiencia sobre los casos de Sheij Jarrah.
Pero Kurd dice que no confía en la justicia israelí.
También advirtió de los aparentes intentos de las plataformas de redes sociales por silenciar a los activistas palestinos, inclusive cuando suben imágenes de las fuerzas de seguridad israelíes en acciones violentas contra manifestantes.
Sada Social, una organización defensora de los derechos digitales, dice que solo en mayo documentó más de 700 casos en los que las redes han restringido el acceso, o incluso removido, contenido palestino.
“Llegamos a no poder publicar nada sobre Sheij Jarrah sin que fuera removido”, contó Kurd.
“Recibimos muchas advertencias de que nuestras cuentas serían eliminadas, y a veces nuestras visitas cayeron de un cuarto de millón a 90.000 o solo 5.000”, agregó.
Pese a los obstáculos, dijo estar sorprendido del impacto de la campaña.
“No creí que un posteo o una foto pudiera cambiar algo en realidad (…) pero descubrí que nuestra primera y última batalla es de palabras, la batalla de las narrativas y de la opinión pública”, señaló.
Y para los residentes de Sheij Jarrah, es una lucha que no pueden darse el lujo de perder.
“No podemos dejar caer el tema”, sostuvo Kurd. “En el momento que lo hagamos, nuestras casas serán robadas”.