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El Partido Social Demócrata (PSD) se alzó con la victoria en las elecciones parlamentarias de Rumania al obtener el 23,8% de los votos, mientras que las fuerzas europeístas suman cerca del 57% con el 91% de las papeletas escrutadas. En segundo lugar quedó la ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), seguida por el Partido Nacional Liberal (PNL) y la formación nacionalista Unión Salvar Rumanía (USR). Las formaciones ultraderechistas S.O.S. Rumania y Partido de los Jóvenes también lograron representación. El crecimiento de la ultraderecha refleja el descontento popular ante la corrupción y la pobreza. Rumania, miembro de la OTAN y la UE, se enfrenta a una incertidumbre política tras la sorpresiva victoria del prorruso Calin Georgescu en las presidenciales. La alta participación del 52,5% marcó un hito en las elecciones legislativas.

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El gobernante Partido Social Demócrata (PSD) ganó el domingo las elecciones parlamentarias de Rumania con el 23,8% de los votos, mientras que las fuerzas europeístas sumarían en conjunto cerca del 57%, cuando se han escrutado el 91% de las papeletas.

La ultranacionalista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) ha quedado en segundo lugar con el 17,8% de los votos, en tercera posición, el gobernante Partido Nacional Liberal (PNL, de centroderecha), con alrededor del 15%, y en cuarta, la formación nacionalista de centro Unión Salvar Rumanía (USR), con el 15%.

También entran en el Parlamento -tras superar la barrera del 5%- las formaciones ultraderechistas S.O.S. Rumania, con un 7,2%. y el Partido de los Jóvenes, con el 5,8%. La formación de la minoría húngara, Unión Democrática de los Húngaros de Rumanía (UDMR), logra un 6,9%.

El bloque europeísta -PSD, PNL, USR y UDMR- suma con el recuento actual cerca del 57%, mientras que las formaciones ultranacionalistas cuentan con menos del 31%.

La importancia del control del Parlamento

Los analistas preveían un giro a la derecha en Rumania -miembro de la OTAN y la Unión Europea (UE)- tras la inesperada victoria del prorruso Calin Georgescu en las presidenciales de hace una semana, cuando obtuvo casi el 23% de los votos.

Las dos formaciones que han dominado la política rumana en las últimas décadas, el PSD y el PNL, gobernando desde 2021 en una gran coalición, han encajado importantes pérdidas de apoyos.

El PSD pierde algo menos de cinco puntos porcentuales respecto a las pasadas legislativas de 2020, mientras que el PNL acumula una caída de más de diez puntos.

El control del Parlamento será un objetivo clave para las fuerzas europeístas como contrapeso ante Georgescu en caso de que llegue a la presidencia.

“Los rumanos salieron a votar y demostraron lo sólida que es la democracia en Rumania. El PSD es la principal fuerza política de Rumania”, declaró el primer ministro socialdemócrata, Marcel Ciolacu.

Cabe recordar que Ciolacu dimitió hace una semana como líder de su formación, al quedar fuera de la segunda vuelta presidencial, cuando partía como favorito.

El líder del PSD, cuyos votantes son sobre todo de zonas rurales, agregó: “Creo que todos debemos mirar cuidadosamente el resultado de hoy. Es una señal importante que los rumanos enviaron a la clase política. Sigamos desarrollando el país con dinero europeo, pero protejamos nuestra identidad, nuestros valores nacionales y nuestra fe”.

Crece la ultraderecha en Rumania

La formación que más crece es AUR, que doblaría su porcentaje desde el 9% de 2020 hasta casi 18%.

La participación, con el 52,5%, ha sido la más alta en unas legislativas desde 2004.

Con todo, en la formación había esperanzas de ganar estas elecciones y el resultado ha sido recibido con cierta decepción.

El líder de AUR, George Simion, había prometido que si llega al poder suspenderá la ayuda militar a Ucrania y, con una retórica similar a la del primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, asegura que quiere la “paz” y una “tregua” en el conflicto desatado por la invasión rusa.

El político ultra se presenta como un defensor de los valores tradicionales y los “verdaderos rumanos”, con una retórica que mezcla aspectos nacionalistas, irredentistas, religiosos y populistas.

Simion apoya a Georgescu en la segunda vuelta de las presidenciales.

El papel de Georgescu y orden de recuento de votos en primer vuelta

El ascenso de las fuerzas ultranacionalistas refleja el descontento popular ante la corrupción, la pobreza y la gestión de los partidos dominantes, PSD y PNL.

En 2023, un tercio de los rumanos estaba en riesgo de pobreza, y el ingreso medio anual seguía siendo menos de un tercio (alrededor de 6.500 euros) del promedio de la UE, según Eurostat.

Además, la inflación, que el año pasado fue del 10% y este año se prevé de un 5%, es mucho mayor en alimentos básicos, que son un 50% más caros que antes de la pandemia, según datos oficiales.

Estas legislativas han quedado ensombrecidas por una semana de alto voltaje en la política rumana, primero por la sorpresiva victoria de Georgescu y después por el recuento de todos los votos de las presidenciales ordenado por el Tribunal Constitucional debido a las sospechas de fraude.

Este lunes el Tribunal Constitucional decide si valida o anula los resultados de la primera vuelta presidencial.

Incertidumbre política

Rumania, hasta ahora un bastión de estabilidad en la región del Mar Negro y un aliado clave de la OTAN en la ayuda occidental a Ucrania, se encuentra sumida en una inédita situación de incertidumbre política.

El jefe del Estado es el responsable de designar a un primer ministro encargado de formar gobierno, una vez que las dos cámaras se hayan constituido y elijan a sus presidentes.

Aunque el presidente tiene poderes limitados, cuenta con atribuciones en seguridad, política exterior -representa al país en el Consejo de la UE- y marca tiempos políticos