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Rusia acusa a Ucrania de provocar un "riesgo nuclear" al atacar la central rusa de Kursk, lo que ha sido negado por Kiev. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que la responsabilidad de Ucrania es evidente, destacando que el director general del OIEA pudo constatar los ataques con drones contra la planta. La Guardia Nacional de Rusia encontró fragmentos de un misil ucraniano cerca de la central. A pesar de estos incidentes, la central sigue operando con normalidad, aunque Grossi advierte sobre el peligro de un posible desastre nuclear. Todo esto ha generado preocupación sobre la vulnerabilidad de la central de Kursk ante posibles ataques.

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Rusia acusó hoy a Ucrania de instigar el “riesgo nuclear” al atacar la central rusa de Kursk, amenazada desde la incursión ucraniana hace tres semanas en esa región homónima, algo que Kiev niega categóricamente.

“La culpa de la parte ucraniana a la hora de instigar el riesgo nuclear es más que evidente”, aseguró Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, durante su rueda de prensa telefónica diaria.

Peskov destacó que el martes el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, pudo ver con sus propios ojos “los resultados de los ataques con drones contra la planta” y valorar el “peligro” que estos podrían suponer para la central.

“Por obvias razones, el OIEA apela a su falta de competencias para señalar a los culpables de estos ataques, pero es algo tan evidente”, señaló.

La Guardia Nacional de Rusia denunció hoy el hallazgo de fragmentos de un misil Himars ucraniano a unos cinco kilómetros de la planta, situada a 70 kilómetros de la frontera con Ucrania.

Según informó el miércoles la corporación Rosenergoatom, la central funciona con normalidad.

Tras su primera inspección de la planta, Grossi alertó el martes contra la posibilidad de un segundo Chernóbil, escenario en 1986 de la mayor catástrofe nuclear de la historia.

“Creemos que es muy grave que una central de esta clase esté tan cerca de un frente de batalla”, dijo Grossi a la prensa internacional al término de su visita de inspección a la planta, cuyo reactor -según dijo- está muy expuesto a un posible ataque.

Consideró una exageración comparar las centrales de Kursk y Chernóbil, pero sí admitió que sus reactores son de la misma clase (RBMK).

Al respecto, aseguró que la central no cuenta con “las estructuras de defensa y contención de otras plantas más modernas”, que -dijo- pueden resistir el impacto de un avión, y resaltó que “el núcleo del reactor está protegido por un tejado normal”, señalando uno de los edificios colindantes.

Todo esto convierte la zona activa del reactor en “frágil” y “extremadamente expuesta” ante “un ataque de artillería o de drones”.

Grossi también adelantó que en breve se reunirá en Kiev con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cuyo Gobierno ha negado que se proponga atacar o hacerse con el control de la central de Kursk.