El anuncio de elecciones anticipadas en Francia para el próximo 30 de junio está causando revuelo en la política nacional.

Sin ir más lejos, este martes el líder del partido conservador Los Republicanos, Éric Ciotti, expresó su respaldo a una posible alianza con el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (AN), liderado por Marine Le Pen.

“Necesitamos una alianza con Agrupación Nacional para seguir siendo nosotros mismos”, señaló Ciotti.

Esta sería la primera vez que la derecha tradicional llama el denominado cordón sanitario en el país para unirse al ala más radical de esa ideología política.

“Hoy Los Republicanos somos demasiado débiles para oponernos a dos bloques que son demasiado peligrosos (…) Necesitamos una alianza con AN para seguir siendo nosotros mismos”, sostuvo Ciotti durante una entrevista con la cadena ‘TF1’.

Pero las reacciones de los miembros de su partido demuestran que esta postura -la retórica de un frente unido contra los centristas y la izquierda- no cuenta con mucho respaldo interno. De hecho, medios locales como Le Monde llegaron a asegurar que la derecha francesa está al “borde de la implosión”.

“La posición expresada por Ciotti es un callejón sin salida”, apuntaron varios diputados republicanos en un comunicado conjunto.

Y es que la derecha tradicional francesa ha apostado por una estrategia durante los últimos años: distanciarse al máximo de la extrema derecha que representan partidos como Agrupación Nacional o La Reconquista. El motivo: para las bases del partido estas agrupaciones representan el mismo -o más- peligro para Francia que la izquierda.

Una política conocida como “el cordón sanitario” y que ha diferenciado al país de sus vecinos en las últimas décadas, ya que, por ejemplo, el Partido Popular (PP) en España sí ha pactado en repetidas ocasiones con la extrema derecha representada por Vox.

“Creo en políticas que se hacen con claridad, pero nunca en las basadas en la traición”, declaró Laurent Wauquiez, representante de Los Republicanos en la región de los Alpes, durante una rueda de prensa en la que no mencionó explícitamente a Ciotti.

La tres veces candidata a la Presidencia, Marine Le Pen, por otra parte, elogió como una “acción valiente” y “responsable” la postura de Ciotti y afirmó que espera que un número significativo de figuras de Los Republicanos lo sigan.

Y junto al líder y candidato a primer ministro, Jordan Bardella, también se mostró favorable a la “ruptura histórica” de la negativa de la derecha tradicional a trabajar con la extrema derecha en Francia.

“Al responder a esta llamada a la unidad, Éric Ciotti elige los intereses de los franceses antes que los de nuestros partidos”, sostuvo Bardella en la red social X.

No obstante, las encuestas muestran que Los Republicanos solos no tienen posibilidades de ganar la Presidencia. A pesar de haber sido una fuerza hegemónica y tradicional a lo largo de la historia, hoy figuran como la cuarta fuerza de la Asamblea Nacional.

En las elecciones presidenciales de 2017, su candidato, François Fillon, obtuvo el 20% de votos y no logró pasar a la segunda vuelta. En 2022, Valérie Pécresse, la entonces candidata, solo consiguió el 4,8% de las papeletas.

La cúpula del partido es muy consciente de sus fuerzas actuales, por eso algunos como Ciotti aseguran que el movimiento Los Republicanos “no es suficiente solo” en estos comicios. Pero eso tampoco significa que los miembros del partido estén dispuestos a ceder ante la extrema derecha.

En esta línea, dos senadores influyentes, la vicepresidenta Sophie Primas y el secretario general del presupuesto, Jean-François Husson, anunciaron que abandonaban el partido conservador después de esta propuesta de alianza.

Se cae la posible alianza entre Agrupación Nacional y La Reconquista

Alianzas, dimisiones o acusaciones de “traición” son algunas de las escenas que se están viviendo en la política francesa a menos de tres semanas de la primera vuelta presidencial en Francia.

El actual presidente, Emmanuel Macron, se enfrenta a alianzas de oposición que cristalizan en la izquierda y la derecha en medio de advertencias de que su apuesta podría resultar contraproducente, ya que las encuestas solo dan en torno al 20% de los votos al mandatario de centro.

Mientras, el tablero político se sigue moviendo en la nación. Este mismo martes, Marion Maréchal, líder del partido de extrema derecha La Reconquista, se posicionó en contra “del cambio de posición” de Agrupación Nacional (RN) sobre su posible acuerdo para ir juntos a estas elecciones.

Mediante un mensaje en sus redes sociales, Maréchal confirmó que finalmente su bancada rechaza una alianza con el partido de Le Pen.

“A pesar de mis intentos de negociación, el lamentable argumento que me han esgrimido es que no quieren ninguna asociación directa o indirecta con Éric Zemmour”, explicó Maréchal en un comunicado.

La izquierda francesa llama a un “nuevo frente popular” de cara a los comicios

No solo la derecha se está agrupando, la izquierda también hace lo propio.

El lunes 10 de junio, la izquierda francesa anunció la creación de un “nuevo frente popular”, todo tras su derrota en las elecciones europeas y la victoria del partido de Marine Le Pen.

Por el momento, el nuevo movimiento ha presentado un acuerdo de prinicipio con líneas generales de su propuesta de gobierno, así como candidaturas para estas elecciones.

“Hemos negociado hoy para abordar la situación histórica del país, tras los resultados de las elecciones europeas y la disolución de la Asamblea Nacional. Llamamos a la creación de un nuevo Frente Popular que reúna de una nueva forma a todas las fuerzas humanistas, sindicales, asociativas y ciudadanas de izquierda”, anunciaron desde La Francia Insumisa (LFI), los socialistas, los verdes y los comunistas en un comunicado conjunto.

No obstante, su objetivo principal es uno: frenar el avance de la extrema derecha.

Algunos de los ideadores de este nuevo frente son los mismos que han impulsado a la gente a salir a las calles para protestar contra la ultraderecha. Este martes hay manifestaciones convocadas nuevamente en París como rechazo contra el avance de este movimiento en el país.